Presupuesto anual y presupuesto sexenal

Señor Presidente Hugo R. Chávez F.: Ya deje de adaptarse ciegamente al Imperio Financiero Internacional. No despilfarre más el Superávit del Presupuesto de este año, guárdelo para cubrir faltantes del año que viene, ¿o usted va a autoentregarse un país endeudado por usted mismo?

Efectivamente, hemos escrito hasta la saciedad que el Presupuesto de Ingresos y Gastos del Estado Venezolano, constitucionalmente, debemos mirarlo en su contexto sexenal; Así lo dispone el Art. 311, vigente, cuyo texto a la letra es como sigue:

*La gestión fiscal estará regida y será ejecutada con base en principios de eficiencia, solvencia, transparencia, responsabilidad y equilibrio fiscal*.

Por eficiencia se entiende que los desembolsos realizados deben quedar suficientemente plasmados en los destinos que los causaron. Por solvencia debemos entender que dentro del sexenio ningún mandatario puede entrar en mora ni adquirir, validar ni convalidar compromisos que desborden su período como mandatario. En ambos casos, la presencia y Control del Poder legislativo sería determinante.

Transparencia alude a que todo desembolso debe estar apoyado en partidas de gasto debidamente calculadas y aprobadas. Y la responsabilidad y el equilibrio fiscal explicitan que al final de su mandato todo administrador debe entregar su cargo sin deudas pendientes, mediante un rígido balance entre deudas asumidas para el sexenio y sus correspondientes amortizaciones, de tal manera que cualquier superávit de un año debe ser reservado como parte integral de los Ingresos del presupuesto inmediato, o usado para cubrir los déficit presentados anteriormente.

Pero, ya lo hemos denunciado: Metodológicamente, con apoyos académicos y universitarios, por el mundo de influencia y control burgueses se desparrama, enseña y recomienda la perniciosa praxis, según la cual, estos países que entran en la jurisdicción del Imperio Financiero Internacional normalmente, anualmente, violando descarada e impunemente el mandato constitucional, suelen subestimar ingresos y eso no sería malo, lástima que lo hacen para justificar posibles endeudamientos públicos a la Banca Internacional, y complementariamente suelen sobrepasarse en partidas públicas proselitistas y políticas las más de la veces y en mayor número, en obediencia a la práctica no menos imperialista de la conseja neokeynesiana de un Estado intervencionista, como empresario, pero liberalista en materia de fiscalización y descontrol del mercado.

O sea, nuestro Estado es proteccionista para suplir deficiencias empresario privadas, y liberal para dejar que los comerciantes y banqueros esquilmen y desangren a nuestros pueblos.
Lo correcto, lo revolucionario, Señor Presidente, sería que usted economizara hasta el último céntimo de esos sobreingersos petroleros que usted impuso dejar fuera de todo control popular, con unos diputados a su servicio, para que no sea usted mismo quien reciba nuevamente un país sobreendeudado, lo que sin lugar a dudas le acarreará un descontento popular que lo sacará de Miraflores antes de cumplir enteramente su segundo y aspirado mandato.

Desde luego, pecamos de ingenuos porque muy posiblemente usted todo lo ha hecho en estricto cumplimiento, no de nuestra Constitución, no de nuestro pueblo, del mismo que lo eligió en masa, sino de los irrefragables mandatos de su amo: el Imperio Financiero Internacional.

Le rogamos que termine de entender el significado popular que tiene el Art. Constitucional ya citado, de tal manera que sus ingresos/gastos anuales se compensen con los de sus sextenio. Si usted termina seis años más de mando, y sigue como va, usted le entregará a otro un país endeudado como lo está haciendo ahorita para sí mismo, y quienes le sucedan en el poder no le estarán nada agradecidos.


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Manuel C. Martínez M.


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