La Guaratara

Coyunturas del 2018

¡Felicidades Maestras y Maestros de la Patria!

La columna anterior describió el escenario venezolano para el 2018, impactado por la complejidad regional y mundial. En síntesis, se afirma que Venezuela resistirá, con firmeza, la guerra económica, cada día más feroz y peligrosa. Por sobre esas dificultades, la militancia bolivariana seguirá fiel al legado del Comandante Chávez en los desafíos político electorales por venir, sin embargo, las sociedades tienen coyunturas o "bucles"; variaciones intensas o normales, según las circunstancias. El bucle enero y febrero analizamos hoy.

Cuando Trump, desatinado, se pregunta por qué emigran a USA desde "países de mierda", evidencia la catástrofe que desencadenará su trastorno. El magnate ansía probar sus facultades bélicas y desafía el pragmatismo norteamericano. El infantiloide aberrado, descrito en "Fire and Fury", avergüenza al pueblo donde nacieron y escribieron Nelle Harper Lee, Alex Haley y Jack Kerouac. Dominado por su patología hedonista, Donald Trump deshumaniza a sus víctimas, conducta propia de una personalidad anti social, nada saludable para una nación con capacidad nuclear. Donald Trump tiembla en la oficina oval, como el asesino de The Murders in the Rue Morgue. La llamada a Santo Domingo, el lobby en España y Suramérica, las sanciones bancarias y reactivación de operaciones encubiertas para promover violencia y saqueos en Venezuela, advierte una coyuntura de "campo minado" en éste enero Robinsoniano, en el cual el regreso a clases debe ser blindado a toda costa.

El pueblo venezolano y el mundo bueno repudian la violencia fascista, pero al tiempo de condenarla, debemos combatirla. El viernes un sujeto se instaló en el cafetín de la Unellez a promover saqueos y venganza. Igualmente lo hacían bandas delictivas en otros sectores de Barinas. Los planes no prosperaron porque la gente detesta la violencia que no resuelve nada, pero de alguna forma quiere resolver y, en ese río revuelto, paramilitares ensayan asaltos en troncales y encrucijadas, como Guárico y el Tigre, dando tiempo a los mega bachaqueros de mover enormes cantidades de alimentos, efectivo y lubricantes, con el fin de agudizar el sufrimiento de la ciudadanía, preparando la coyuntura de febrero: conmoción desorientada.

El lapso establecido por Shannon es muy claro: 01 de marzo. Diez años después de ser el país más feliz del mundo, Venezuela es asediada y presentada como una "ruina socialista". El 2008 debe ser nuestra referencia, no sólo los indicadores de la cuarta república, cuando la felicidad no se estudiaba y no había nacido la generación más afectada y vulnerable de éste tiempo. Un dato muy ilustrativo es la movilización de personas en las navidades, periodo asociado a la felicidad; del 2016 al 2017 se redujo la movilización de venezolanos de 10 millones a sólo 6 millones en vacaciones decembrinas.

En esta coyuntura de bloqueo norteamericano y violencia económica contra la clase trabajadora, debemos dialogar más con nuestro Pueblo que con los monigotes de Trump. Mientras en República Dominicana se habla "a calzón quitao´" de rutas financieras, entre nosotros tendemos simulacros. En Santo Domingo una llamada del Comando Sur tranca el juego. Aquí un monopolio corrupto paraliza el transporte, entorpece la ruta escolar e impide el acceso a los alimentos, por cierto, importados a dólar preferencial, que poco o nada, llegan al pueblo con esa conversión monetaria, mientras apellidos finos, como Gibelli y Escotet, acceden a millones de divisas.

No sólo en Dominicana debemos dialogar claro y pelao´. También hay que hacerlo en las Comunas; si en Barinas tres firmas monopolizan los lubricantes, pues hay que suprimirlas y activar la distribución comunal para el transporte. Es preferible que el mafioso de los lubricantes pase una rabieta, que paralizar el transporte de nuestros estudiantes y maestros. Lo mismo aplica para bachaqueros de arroz y pasta. Si activamos una tecnología de guías y distribución comunal de proteínas y carbohidratos, el acaparador derramará lágrimas, pero Barinitas, Barrancas y Calderas podrán acceder al arroz y la pasta a precio justo y no a 200 mil bolívares por kilo, como lo imponen los paracos.

El imperio genocida acelera su jugada estratégica: bloquearnos a nivel internacional y desmoralizarnos desde adentro para atacar en febrero. Un pueblo feliz, digno y con la moral en alto es invencible, por ello la USAID ha penetrado instituciones con el fin de facilitarle a las mafias desvirtuar todo esfuerzo de protección al pueblo, como bonos y aumentos salariales. En febrero los enemigos de la patria medirán el debilitamiento espiritual de la población. Debemos tener el liderazgo a la altura para orientar a nuestros compatriotas ante la conmoción que pudieran ejecutar las bandas captadas por la USAID.

La conmoción está en marcha. No es un episodio intempestivo. Desde ya podemos gestionarlo, consustanciándonos con la resistencia del pueblo; entendiendo que, con cinco salarios mínimos más dos bonos de reyes cada mes, no se es feliz (sumando los diversos indicadores de Chile, PNUD, Gallup y la WVS) tampoco el busetero podrá comprar un litro de aceite y por ende llegar a clases será un calvario, todo debido al monopolio del para-mercado.

Urge que nuestro liderazgo se asuma lo más Chavista posible: paternal, sincero, conectado con la realidad que enfrenta el Pueblo, gobernando desde las ODDI, dialogando con la clase trabajadora sobre el precio de la gasolina, garantizar que los insumos importados a dólar preferencial lleguen al pueblo en conversión justa, activar la inteligencia social, el sistema de guías y distribución comunal, la recepción de remesas en bitcoin o divisas y lograr niveles de satisfacción y felicidad como los del 2008, aun en las condiciones actuales.

Trump está que salta a la Rue Morgue. Sus monigotes sólo ganan tiempo en República Dominicana. Nuestro Pueblo no quiere violencia; quiere Revolución, pero, como todo combatiente, necesitamos la moral en alto y todas provisiones para la batalla por la paz. La próxima semana estudiaremos con más detalles los indicadores de la felicidad, a menos que la coyuntura nos obligue a escribir sobre la experiencia Sandinista.



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Joaquín Román Rondón Santiago

Profesor universitario

 unellezjoaquin@gmail.com      @LaGuaratara

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