La patria por un pernil

Son días propicios para medir cuáles son los límites, hasta dónde llegan el pensamiento, las angustias, los anhelos de la gente. Es sabido que los dominantes intentan que el pensamiento de los dominados no vaya más allá del domingo feriado, del licor del olvido, que sólo se preocupe de su mezquino entorno. Saben que sólo un pueblo imbuido de altos pensamientos, de razones sagradas, es capaz de hacer Revolución. Estudiemos la doctrina que guía a nuestros gobernantes de hoy.

Destacamos que los gobernantes de un país son en lo fundamental unos creadores de conductas colectivas, la masa imita, es modelada por ellos. Sus discursos, su ejemplo, se reflejan en el comportamiento nacional. La navidad fue ocasión para evidenciar la relación gobernantes-masa. Se mostró cruda la relación mercantil: "apoyo contra reembolso". La masa transfiere el poder a través del voto y el gobierno le recompensa con baratijas materiales. Una masa así embrutecida acepta todo por reflejo condicionado, o mejor, está condicionada a aceptarlo todo.

El condicionamiento es tal que ya es suficiente la promesa de pajaritos preñados, de perniles voladores, de hallacas sustanciosas para distraer a la masa mientras aprueban, por ejemplo, leyes antinacionales, como esa de protección a la inversión extranjera, o propician el linchamiento de líderes históricos; nadie se pregunta, nadie cuestiona, la mente está ocupada por la inmediatez de lo material. Los gobiernantes ven con alegría que la masa cierra calles protestando por el pernil, por las aceitunas, por juguetes, pero nunca por la entrega de la Patria.

Mientras pelean (de mentirita) con el camarada Trump, mientras los tontos intelectuales internacionales creen que aquí hay una batalla contra el imperialismo, ellos, los gobernantes aprueban una ley que abre las puertas a las empresas imperialistas, a los chinos, a los rusos, a los gringos. Ahora las empresas de Trump, que son bastantes, pueden venir a chupar sangre, estarán bien protegidas. Ya las inversiones extranjeras no tendrán problemas.

La masa no se preocupa por lo importante, no hay dirigentes que le liberen del proceso embrutecedor, sólo hay comparsas. He allí una tarea fundamental de los revolucionarios, de los chavistas: despertar al pueblo anestesiado, manipulado por la costra dirigente.

Cómo es posible que dentro de la constituyente no se encuentre una voz disidente, alguien que grite contra esa ley. Qué unanimidad tan extraña. Es aceptable que escarrá o schemel hagan silencio aprobatorio, pero allí hay gente con tradición revolucionaria. Pero el partido también calla, con silencio fúnebre. Después irán con su cara de portón a los actos a discursear contra trump, a vociferar antiimperialismo.

Primero falsificaron el Plan de la Patria, ahora la ley de protección a la inversión extranjera. Son dos hitos de la entrega de la Revolución. Es impresionante la rapidez con la que nos convertimos de ser el pueblo que asombró al mundo rescatando en abril a su líder, a ser el pueblo que tranca la calle por un pedazo de pernil mientras le descuartizan la Patria, el mundo que antes nos admiró ahora ríe. Es asombroso cómo de ser chavistas orgullosos nos convertimos en chavistas perseguidos, clandestinos, silenciosos.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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