Seguimos caminando por el filo de la navaja del 2018 noveno día

Hasta el diccionario, el lenguaje, las acepciones de las palabras, su concepto y significado están a reventar por los efectos de la inflación. El impacto catastrófico del capitalismo salvaje ha masificado la vulnerabilidad de la sociedad. Sólo los ricos, los dueños de los medios de producción y distribución de la burguesía importadora tienen sus bolsillos repletos de dólares y pueden ser catalogados, privilegiados o separados en un componente no vulnerable de la sociedad. La casi totalidad de la población es inclementemente vulnerable a la explotación del Trabajo por el Capital. Por eso luce desatinado, desequilibrado y anacrónico especificar, discriminar, clasificar y seguir hablando de los sectores más vulnerables de la sociedad. Las condiciones de explotación capitalistas existentes en Venezuela han hecho vulnerable a la mayoría de la sociedad venezolana no solamente a una pequeña parte de ella tradicionalmente marginada.

Todos los pacientes afectados por una enfermedad crónica grave e incurable, aunque tratable, son igualmente vulnerables a la falta, o inalcanzable encarecimiento, de su medicamento independientemente del sector de la sociedad donde se encuentren. La agresión del imperialismo nos ha igualado en la misma desgracia a todos los ciudadanos asalariados, pequeños propietarios, profesionales y proletarios. Toda la gente está ubicada, en este enfrentamiento a muerte, al lado del gobierno o de los empresarios de la burguesía. La ofensiva y la contraofensiva van y vienen convirtiéndose, a veces, en una pelea de todos contra todos. Eso está malo porque no hay definiciones claras y clasistas de quién es quién. Igual que ocurría en la guerra de independencia antes del Decreto de Guerra a Muerte de Simón Bolívar: "Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la América Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables." Aquí y ahora bastaría con que la Asamblea Nacional Constituyente hiciera un decreto de expropiación de la propiedad privada de los medios de producción y distribución para aplicárselo a esos capitalistas que están jugando a la guerra económica contra el pueblo en alianza con el imperialismo.

Digamos que podría ser así: Capitalistas y burgueses contad con la propiedad social de tus medios de producción y distribución privados , aún siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio del pueblo en esta guerra económica. Trabajadores contad con la protección del estado venezolano aunque seáis de cualquier partido político de la derecha. Nadie puede descartar una explosión social en Venezuela si los neoliberales le siguen apretando el cuello a las grandes mayorías. Todos los esfuerzos del gobierno, dentro del sistema capitalista, no son suficientes para resolver el problema de la crisis revolucionaria que se avecina.

Aquél Decreto firmado en el Cuartel General de Trujillo el 15 de junio de 1813 por Simón Bolívar sirvió para darle un rumbo claro y preciso a la lucha por la independencia de Venezuela. Lo mismo necesitamos en esta coyuntura para abrir, sin dudas ni vacilaciones, el camino de transición al socialismo señalado por Hugo Rafael Chávez Frías.



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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