Nicolás Maduro ¿resultó ser cándido?

Increíble pero cierto. Un Presidente en tiempos de guerra, Nicolás Maduro, enfrentando un largo, descarado, sabotaje a su gestión, desde varios frentes, internos y externos. Como el mismo dice, y yo creo, luchando sin descanso, a todo dar, intentando mantener el país a flote. Y ya lo que le queda de este primer gobierno es apenas un año.

Y cuando hablo de frentes internos, no se trata ahora sólo de los dirigentes de la oposición, quienes han hecho lo imposible por sacarlo del gobierno, sin importar quién se queda por el camino, recordando a todos aquellos que perdieron inútilmente, si, inútilmente, sus vidas en las varias güarimbas terroristas. Se trata ahora de los enemigos internos, los protagonistas en algún momento del chavismo. Los que llaman de disidentes, a veces traidores. Personajes algunos que aparecían al lado del Presidente Chávez en muchas ocasiones, otros ministros o personal de extrema confianza. Si no me equivoco, en este gobierno comenzó el profesor Giordani, luego Héctor Navarro, y así sucesivamente. Muy clamoroso y completamente diferente, el caso de la ex Fiscal Luisa Ortega.

Hoy sigue con relevantes figuras políticas y ejecutivos del entorno petrolero, destapándose le inmensa olla de corrupción en PDVSA. Pero también en Cadivi, en Cencoex, resaltando particularmente la famosa y nunca conocida lista de las empresas de maletín que robaron miles de millones de dólares.

Como adelanté en otra entrega, es que ¿ahora el Fiscal General es nuestro héroe? Y… ¿qué hacía Tarek W. Saab cuando fue Defensor del Pueblo? Incluso, cuando fue Gobernador en Anzoátegui no puede haber desconocido algo de lo que pasaba en PDVSA, en su gobernada región.

¿Qué le pasó a Nicolás Maduro entregando tanta confianza a personas que no la merecieron? Como él mismo confesaba ayer en un acto en el estado Bolívar, directamente en el Arco Minero.

En verdad yo sí creo en Nicolás Maduro, sí creo que, como se define públicamente, es un hombre bueno. Pero cándido. Al igual que a mí, alguien por ahí me calificó de "cándida", en relación a mi artículo sobre una fantaseada carta al Papa Francisco.

¿Nuestro Presidente Nicolás Maduro es una persona cándida? Cándido, según el diccionario es alguien sencillo, bueno, ingenuo, sin malicia, ni astucia, picardía o doblez.

Pero queridos lectores, yo aspiraría que un Presidente del país, en pleno proceso revolucionario de cambios importantes, inmensos, con una continuada, pertinaz y despiadada resistencia a los mismos, siempre en proceso, debería ser astuto. Y, sobre todo, ¡nunca ingenuo!

¿Cómo se explica ahora que alguien como Luisa Ortega haya estado diez largos años en el cargo de Fiscal de la República? Según dicen engavetó todas las denuncias sobre Cencoex y Cadivi. Y… ¿ni el Presidente ni sus asesores estrellas, se dieron cuenta de ello?

¿Cómo se explica que nuestra principal industria, la petrolera, haya tenido durante tantos años, incluyendo todos los casi cinco años del Gobierno de Nicolás Maduro, un desangre gigantesco por sus altos ejecutivos, directores y hasta presidentes deshonestos? ¿Es que acaso no fue este Gobierno quién los designó? ¿No existió ningún tipo de control, ni seguimiento? ¿Qué pasó con el papel del Contralor de la República?

Y ahora, la preocupación no termina. Ahora tenemos oro y diamantes. No son como el petróleo, oro negro, que se trasporta en los famosos barriles de la Delsa Solórzano. Son pepitas, gramos, kilos, toneladas. Fácil de robar, colocar en un bolsillo, en una maleta, en un morral, en un vehículo.

¡Ay! Y desde ahora, en el estado Bolívar, todos los candidatos a Alcalde del partido que ya no puedo llamar rojo rojito, junto al nuevo Gobernador, están hablando muy emocionados, del Fondo Minero y del uso que le darán. Los oía con asombro (ojos redondos) en el programa de la Hojilla, el pasado sábado cuando Mario Silva, autoproclamado protector de la revolución en el estado, hizo un programa de publicidad electoral con todos ellos.

Entonces el temor, mi muy apreciado Presidente, es que hace un tiempito fueron los dólares de Cadivi, Cencoex, los robados por las empresas de maletín y además la gran mafia que recorrió el país entero de remesas y usos de tarjetas electrónicas. Ahora, se destapa la gran corrupción en el petróleo y salen a la luz todos los contratos abultados, la fuga del elemento por un sistema de tubos, las comisiones y más comisiones.

Y en el futuro inmediato, tengo la seguridad, y ojalá que no, que si usted no cambia su candidez por astucia y seguimiento, por una grandísima precaución y hasta desconfianza, el oro y los diamantes venezolanos se estarán escapando de nuestras arcas del tesoro, de manos del pueblo sin escrúpulo, por directivos ávidos y con poder, por chavistas que luego usted tildará de traidores.

Revisando el diccionario y la definición de "cándido" conseguí esta frase a modo explicativo: "despierta un poco y no seas tan cándido, que te van a acabar arruinando…"

Es nuestra Venezuela, la suya y la mía, la nuestra, la de todos los venezolanos la que se está arruinando con tanta corrupción y deshonestidad.

Presidente Nicolás Maduro, no sea ya cándido, no lo siga permitiendo. Dios y la Patria se lo demandarán.



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Flavia Riggione

Profesora e investigadora (J) Titular de la UCV.

 flaviariggione@hotmail.com

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