El abogado del diablo habla por Marx y la muerte del capitalismo (III)


Siguiendo con la entrevista del periodista Carlos Rangel a Frederick Hayek, esta vez abordamos problemas del socialismo, analizamos la visión distorsionada de Hayek, su idea de nazi socialismo, social nacionalismo, sus temores, angustias ante una sociedad liberal autoritarísta que alcanzó ver la etapa de los monopolios, amenazando la libertad no solo de su sociedad sino también aquella que emergiera de la revolución rusa y sus derivados.
De la formula clásica del socialismo real a la formula moderna del socialismo verdadero, hacia el mercado y la planificación.

Para Hayek el socialismo clásico se construyó mediante “la nacionalización de los medios de producción, distribución e intercambio” y previene que el socialismo real, “no estuvo exento de riesgos de autoritarismo y de totalitarismo en un sistema de planificación central”, no hay duda que la centralización y concentración de la propiedad en la Rusia fue altamente avanzada, la propiedad social estuvo en manos privada, facilitó la concentración y centralización del capital el proceso de nacionalización, otro tanto ocurrió con las Tierras, en manos de pocos terratenientes, sin embargo la revolución rusa llamaba a democratizar la propiedad de la tierra, proyecto que congeló la primera Guerra Mundial seguido de la Segunda Guerra Mundial, el estado debió ocuparse de la producción social, de la propiedad social de los medios de producción para derrotar el nazicapitalismo, el fascismo alemán.

Así fue como se distorsionó el socialismo verdadero, el socialismo marxista, aquel donde la propiedad de los medios de producción se hace social, no estatista, pasa el estado asumir funciones que solapan la iniciativa social, la burocracia sustituye el poder de la sociedad, ahoga el mercado como hecho social natural de intercambio entre productores y consumidores, la planificación no toman en cuenta los sujetos libres, asociados, su plan, a estos le es impuesto el plan, por eso se habla de los riesgos de autoritarismo y totalitarismo, desestimula el incentivo, la productividad del trabajo, y tarde o temprano, se alcanza la ineficiencia, las bondades del socialismo sucumbe al capitalismo, al socialismo se le impide desplegar su iniciativa social, la libertad social.

Otra manera distorsionada del socialismo aparte del burocrático, es el socialismo socialdemócrata, el socialismo estatista, al respecto refiere Hayek en la entrevista que le hiciera Carlos Rangel: “ya mucho antes de 1959 había, en Occidente, buscado otras vías de acción a través del llamado “Estado Bienestar” (Welfare State) cuya esencia es lograr las metas del socialismo, no mediante nacionalizaciones, sino por impuestos a la renta y al capital que transfieran al Estado una porción cada vez mayor del PTB (Producto Total Bruto), con todas las consecuencias que eso acarrea”, Esta vía se propone reformar la sociedad, aliviar la carga social del capitalismo, su política consiste en redistribuir la renta nacional, impedir la participación del pueblo en los asuntos de estado, asumirlo de manera pasiva, clientelar, impedir la participación política del pueblo en los asuntos políticos y económicos de la nación.

En los estados Unidos en los años 20 del siglo XX con las política de Roosevelt, el New Deal, significó una política de salvataje del capitalismo, una política de estado, a la cual se refiere Hayek como que en: “los Estados Unidos. Allí había en ese entonces una especie de inocencia en relación a las consecuencias del socialismo, y una gran influencia socialista en las políticas del “Nuevo Trato” roosveltiano”, esa política era de inspiración keynesiana, de intervencionismo de estado en pro de la burguesía para la salvarla de la profunda depresión económica mediante la inversión pública como una política de conveniencia económica, de cálculo económico. La visión de Hayek frente a esto, era el cuestionamiento de las cúpulas del liderazgo de los Estados Unidos, advirtiéndoles que dichas políticas eran según Hayek a donde conducía, era como dice: Yo sabía, por mi experiencia directa del desarrollo del nazismo, que Hitler era él mismo socialista”.

El desarrollo del nazismo no era otra cosa que la evolución del capitalismo de Estado, su fusión con los monopolios, al que llamó “Hayek socialismo”, nazismo igual a socialismo, otros lo llamaron social nacionalismo, vaya monstruosidad de juicio de valor, distorsión de la historia, de la política, el poder económico de los monopolios en Alemania es contrario al socialismo, incluso a la revolución rusa de entonces a la que le declaró la guerra, si el nazismo fuera socialista, no se explica entonces que le declara la guerra a la revolución rusa, al socialismo ruso, simplemente Hayek deforma la política y la economía. Así que el Hayek socialista, pudiéramos pensar que lo que rechazó es el social nacionalismo, el social-nazismo de los monopolios capitalistas apoderados del Estado y no el socialismo verdadero, de allí que abjuró del socialismo.
 


La muerte del capitalismo y los problemas de un país tercermundista

Con la agonía del capitalismo en la segunda guerra mundial, el capitalismo moría, pero también hoy de acuerdo con Carlos Rangel como abogado del diablo le señala a Hayek: “tal como lo sostuvo Marx, es el capitalismo el sistema que se ha estado muriendo y que se va a morir sin remedio. Es un hecho que muy poca gente, aún en los países de economía de mercado admirable y floreciente, parecen darse cuenta de que el bienestar y la libertad que disfrutan tiene algo que ver con el sistema capitalista, y a la vez tienden a atribuir todo cuanto identifican como reprobable en sus sociedades, precisamente al capitalismo”.

Al respecto Hayek responde que “Eso es cierto, y es una situación peligrosa. Pero no es tan cierto hoy como lo fue ayer….”, o sea que hay algo de cierto, que lo que sostuvo Marx acerca de que el capitalismo “está muriendo” en cada crisis, en cada revolución, que pocos se dan cuenta de ello, que “el sistema está muriendo”, …Hayek afirma “Parecía ineluctable que en otros veinte años el socialismo abrumaría sin remedio al liberalismo. Pero vea usted que eso no sucedió. Al contrario, quienes por haber vivido largo tiempo podemos comparar, constatamos que mientras los dirigentes políticos siguen empeñados por inercia en proponer alguna forma de socialismo, de asfixia o de abolición de la economía de mercado,…”, para nosotros los socialistas verdaderos, reconocemos al mercado como patrimonio histórico de la humanidad, sin embargo, sus fuerzas no deben imponerse a la sociedad.
En nuestra apreciación particular; no puede ser que un lado de la ecuación del mercado se imponga sobre la libertad del consumidor, de los demandantes, sobre sus elección política, les impongan precios especulativos, la extorsión económica, precios programados con la escasez, inflación de precios mediante la dolarización de la economía, que los monopolios devoren la libertad económica, controlen las cadenas de distribución, imponga la dictadura del mercado, “el autoritarismo”, inoculen a la sociedad de neoliberalismo, imponga sus reglas económicas, la de los precios, por lo que deducimos hoy en nuestro caso, de la sociedad de la revolución bolivariana que quienes asfixian la sociedad mediante la guerra económica es el capitalismo, las sanciones externas, la deuda externas, las manipulaciones de los mercados financieros, los bloqueos comerciales, todo ello en verdad pretenden abolir la economía libre de mercado, y no solo a ella, acaba con la propiedad nacional, la soberanía del estado nación, ¿no es esto autoritarismo?. ¿Dónde está el racionalismo del utilitarismo?.
De acuerdo con Carlos Rangel, “Según el marxismo la autodestrucción de la sociedad capitalista ocurrirá inexorablemente por una de dos vías, o por sus efectos combinados y complementados: (1) La asfixia de las nuevas, inmensas fuerzas productivas suscitadas por el capitalismo, por la tendencia a la concentración del capital y a la disminución de los beneficios. (2) La rebelión de los trabajadores, desesperados por su inevitable pauperización hasta el mínimo nivel de subsistencia. Ni una cosa ni la otra han sucedido. En cambio se suele pasar por alto una tercera crítica de Marx a la sociedad liberal, terriblemente ajustada a lo que sí ha venido sucediendo: “La burguesía (leemos en el Manifiesto comunista) no puede existir sin revolucionar constantemente los instrumentos de producción y con ello las relaciones sociales. En contraste, la primera condición de existencia de las anteriores clases dominantes fue la conservación de los viejos modos de producción. Lo que distingue la época burguesa de todas las anteriores, es esa constante revolución de la producción, esa perturbación de todas las condiciones sociales, esa inseguridad y agitación eternas. Todas las relaciones fijas, congeladas, son barridas junto con su secuela de opiniones y prejuicios antiguos y venerables. Todas las opiniones que se forman nuevas, a su vez se hacen anticuadas antes de que puedan consolidarse. Todo cuanto es sólido se disuelve en el aire. Todo lo sagrado es profanado. Y así el hombre se encuentra por fin obligado a enfrentar, con sus sentidos deslastrados, sus verdaderas condiciones de vida, y sus verdaderas relaciones con sus semejantes”. ¿No corresponde en efecto esa descripción a lo que sucede en la sociedad capitalista? ¿Y no es eso suficiente para explicar el desapego de tanta gente a las ventajas de esa sociedad sobre su alternativa socialista?



A cambio de la vida, el capitalismo está muriendo, el diablo habla

Aclaremos, en primer lugar, ninguna sociedad “se autodestruye”, se suicida como tal, ello es producto de una voluntad que no nos corresponde tomar, sin embargos existen fuerzas que empujan a la disolución social, a la destrucción social, por ejemplo, veamos, “La asfixia de las nuevas, inmensas fuerzas productivas suscitadas por el capitalismo, por la tendencia a la concentración del capital y a la disminución de los beneficios”, las fuerzas productivas encarnadas en lo fuerza de trabajo la expone el capital a padecer desempleo, beneficiarse del menos costo de la mano de obra, a explotar la privatización de sus derechos, a reducir sus derechos y prolongar su vida laboral, acabar sus capacidades productivas mediante la supe explotación del trabajo, ellos, la fuerza de trabajo vive para trabajar, no trabaja para vivir en el sistema capitalista, pretendiendo una alta productividad al costo de su vida humana, otro tanto sucede con los monopolios, la máxima expresión de la materialización de la ley de la concentración de la producción y centralización del capital, ellos no solo explotan a los países y pueblos, devalúan sus monedas, revaloran su dinero (el dólar), desvalorizando las materias primas, sumergen a los países en el subdesarrollo, les quitan el derecho al desarrollo sosteniendo una balanza desigual de intercambio con los productos manufacturados, endeudando a los países para que estos eternamente paguen tributos externos al precio de saquear la naturaleza de sus economías.

En segundo lugar, la otra premisa de Carlos Rangel, “La rebelión de los trabajadores, desesperados por su inevitable pauperización hasta el mínimo nivel de subsistencia. Ni una cosa ni la otra han sucedido”, no se puede tapar el sol con un dedo, la pauperización de los trabajadores en cada subsistema del capitalismo tiene su propia particularidad, lo cierto es que el trabajador no es libre, depende de la explotación del trabajo, la pauperización es desigual según los estándares del modo de vida, en los países capitalistas desarrollados y subdesarrollados, lo común es la carencia de derechos, la privatización de los derechos elementales humanos, la salud, educación, vivienda, incluso de servicios públicos, el ciudadano en el capitalismo se ve lidiando en una sociedad incierta, plagada de desesperanza en la sobrevivencia, en la lucha por el salario, tratando de que les alcance para vivir, asa que cuando Carlos Rangel le sugiere a Hayek que no ha ocurrido ni la rebelión de los trabajadores ni la pauperización, miente, todos sabemos de las protestas y huelgas en el capitalismo, de los alzamientos populares, que la super explotación del tercer mundo mantiene el nivel de vida más elevado de los trabajadores del Primer Mundo del capital, al precio de sostener la represión del Estado el Tercer Mundo, de los trabajadores de los pueblos oprimidos por las corporaciones transnacionales.

En tercer lugar; “La burguesía (leemos en el Manifiesto comunista) no puede existir sin revolucionar constantemente los instrumentos de producción y con ello las relaciones sociales. En contraste, la primera condición de existencia de las anteriores clases dominantes fue la conservación de los viejos modos de producción. Lo que distingue la época burguesa de todas las anteriores, es esa constante revolución de la producción, esa perturbación de todas las condiciones sociales, esa inseguridad y agitación eternas. Todas las relaciones fijas, congeladas, son barridas junto con su secuela de opiniones y prejuicios antiguos y venerables. Todas las opiniones que se forman nuevas, a su vez se hacen anticuadas antes de que puedan consolidarse. Todo cuanto es sólido se disuelve en el aire. Todo lo sagrado es profanado. Y así el hombre se encuentra por fin obligado a enfrentar, con sus sentidos deslastrados, sus verdaderas condiciones de vida, y sus verdaderas relaciones con sus semejantes”.
Acabamos de ver que la burguesía existe a condición de elevar la tasa de ganancia, de levarla a los niveles de superexplotación, rebajando los salarios, creando una ilusión monetaria con el aumento de los precios, degradando los salarios, creando perturbaciones sociales, disminución de la calidad de vida, inseguridad e incertidumbre, el capitalismo no puede tolerar la elevación de los salarios a, el poder real adquisitivo de los trabajadores, existe a condición de menoscabar la existencia social, pese a revolucionar constantemente los medios de producción, dicho proceso expulsa a los obreros de las empresas, disminución de personal, elevación de la eficiencia a costa del valor del salario, mientras que los que sobreviven a dichos cambios, son superexplotados al costo de su propia vida.






 



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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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