Ojalá que nunca les paguen, se lo digo de corazón ". Pero Nicolás se comprometió publica y mundialmente a pagar

Entre todas las guerras que parece libra Venezuela, sea la económica, mediática, asimétrica, alimentaria, bachaquerosa, fronteriza, medicamentosa, corrupta, talanquelera y otras que puedan librarse en silencio, la que más ha perjudicado la mente y comportamiento ciudadano es la ideológica dogmática.


El título de este artículo me lo ha facilitado un lector socialista social de todo corazón (?) como comentario a mi artículo anterior de los miles que he recibido en su mayoría insultadores y con muy buenos deseos cristianos como ese, como si yo fuese una pedigueña o hubiese sido yo la firmante de leyes y Convenios respaldados por el Derecho Internacional Publico; o como si se tratase de una pensión graciosa regalada por el gobierno venezolano y no pre pagada forzosamente por patrono y trabajador.

Y hablaba de los dogmas porque las personas se lanzan a opinar lo primero que les dicta su querencia ideológica sin molestarse mínimamente en investigar y, por lo menos, aproximarse menos de un milímetro a la inalcanzable objetividad.

Estos "lapsus brutis" imperan en los polos políticos del país, tan intoxicados de bilis de colorines partidistas que parece que lo que buscan es que uno se enfrasque en un pleito kindergarterinamente virtual; pero como yo siempre he obedecido mi propia Ley contra el Odio desde 1946 cuando nací, mucho antes de que se pensara siquiera en la Oficial, en la mayoría de los casos termino siendo cyberamiga de mis insultadores y maldeseosos de todo corazón (el sistema me pide agregar «maldeseosos» al diccionario!)

Deseara que quede claro de una vez: sólo estoy ejerciendo un derecho a reclamar lo que por Ley me corresponde sin desearle mal a nadie ni insultando a nadie. Que soy fastidiosa? Pues si. Fastidiosisima. El otro dia hasta pensaba: «qué horrible ser yo».

Pero sospecho que es más horrible vivir como un tigre agazapado sólo esperando cualquier chancecito para drenar arrecheras con cualquiera que vaya de intruso a vilipendiar sus dogmas enquistados. En el fondo del fondo, creo que late ese miedo obsesivo ante un peligro irreal que los hace reactivos a la primera de cambio. Si tengo como 18 meses escribiendo sobre el impago de las pensiones al exterior, creen que los dólares saldrán de su bolsillo; o si nos pagasen algún día dejarían de percibirlos ellos. Es un efecto secundario de acumulación de hiel en la vesícula biliar. Qué cosa!

Debo explicar también que por estar fuera del país no soy traidora a la Patria ni «ando detrás de los dolares de los venezolanos». Venezolanos: tienen ustedes dólares para que se los arrebatemos? Nunca, nunca solicité ni un dólar ni a Recadi. Ni a Cadivi ni a Cencoex. Ni siquiera para comprar una pantaleta Victoria Secret's en Amazon. Fácil de verificar.

Para mi, la Patria no es un pedazo de tierra con lindos paisajes que nos hemos ido dejando quitar sin querer queriendo; ni una gorra ni una franela. Patria es un sentimiento transfusionado por el cordón umbilical desde que estamos en estado embrionario. La Patria no es una consigna ni la lucha por gobernarla compitiendo por quien lo hace peor. La Patria es nuestros abuelos y padres cuyas tumbas ya estarán destruidas y profanadas por ladrones en el Cementerio General del Sur; es nuestra educación (muy maleducada hoy día); nuestros hijos y nuestros gestos y costumbres que van con nosotros do quiera vayamos; nuestros buenos y malos recuerdos. Es hasta un olor que vive impregnado en las fosas nasales. Es raro, por ejemplo, que el Atlántico no huele a salitre, como olfateaba uno El Caribe apenas salir de Boquerón II y uno continúa olfateándolo. «-Respiren yodo», decía mi mamá. Es el día de hacer las hallacas y el marroncito en la panadería antes de ir a trabajar. La Patria es un fantasma inherente y nunca, nunca estás fuera de ella aunque vivas en el Punto Nemo. Las personas que critican a quienes por una u otra razón estamos lejos, deberían salir un tiempito ni siquiera para entenderlo, sino para sentirlo. Mire: usted va aquí por una autopista y ve los hologramas de los buhoneros en el tráfico de la Valle-Coche. Es arrecho, se los prometo.

Entonces que esté bien claro para mis insultadores: reclamaré y reclamaré el pago de mi pensión en el exterior y estaba ya proponiendo una huelga de hambre a sabiendas que no sería fácil de organizar: si se debe solicitar permiso y aviso a alguna autoridad; más que duro derribar los miedos de personas de edad que tal vez no se sientan muy jóvenes para ciertas aventuras arriesgadas; porque se envejece cuando se pierde el arrojo y salen con que si la tensión, la artritis, la próstata, si hay baño, si la Guardia Civil nos desalojará a porrazos, que si por la diabetes, y otras dolencias de estas edades. Tal vez hasta podríamos recoger alguna limosna y alguien se apiade y nos traiga una donut o un bocadillo.

Pero he colocado esta idea muy bien envuelta en mi cajón de "asuntos stand by" después de ver al Presidente Maduro entrevistado por el periodista español Jordi Évole en su Volumen II este Domingo 19 de Noviembre de 2017, cuando a la pregunta del entrevistador sobre el pago de las pensiones en España el Presidente Maduro se COMPROMETIÓ pública y mundialmente (porque lo vio toda la humanidad), a pagarnos nuestras pensiones y que eso se resolverá en Diciembre. Que así sea. Porque lo dijo !al fin!, quien lo tenía que decir luego de dos (2) años de silencio.

Es que soy fastidiosa. Fastidiosisima. Muy horrible ser yo.

 

iraidalambert@gmail.com

 

 



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