Ramírez y la mano de Dios el 15-O

"Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de luchas de clases", en esa pequeña pero intensa oración del Manifiesto Comunista resume K. Marx toda una metodología científica, una guía para interpretar los procesos sociales que se desarrollan en toda sociedad. Concluyendo, el revolucionario de todos los tiempos, en que: "Hoy, toda la sociedad tiende a separarse, cada vez más abiertamente, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases antagónicas: la burguesía y el proletariado". Tal cual, acostumbramos decir en Venezuela: "gobierno versus oposición", "nación versus imperio", "revolución versus contrarrevolución", "Venezuela versus Trump".

Si bien, las clases contendientes no se muestran explícitamente, pues la burguesía ha ganado adeptos en filas del proletariado o pueblo oprimido, ellas están siempre presentes tras los bastidores de cada escena del conflicto. Nos recuerda, el Trotsky historiador, en su célebre obra Historia de la Revolución Rusa, en su Prólogo, que: "Madelin afirma que "el historiador debe colocarse en lo alto de las murallas de la ciudad sitiada, abrazando con su mirada a sitiados y sitiadores". […] Sin embargo, los trabajos de este historiador demuestran que si él subió a lo alto de la muralla que separan a los dos bandos fue, pura y simplemente, para servir de espía a la reacción, y menos mal que en este caso se trata de batallas pasadas, pues en épocas de revolución es un poco peligroso asomar la cabeza sobre las murallas. […] El lector serio […] no necesita de esa solapada imparcialidad […] sino de la metódica escrupulosidad que va a buscar los hechos, honradamente investigando, […] la constatación de sus nexos reales, el descubrimiento de las leyes por qué se rigen…" (León Trotsky, Prólogo de Historia de la Revolución Rusa).

Lenin, siempre nos recordaba que la "Verdad es revolucionaria", y todo aquel que se proclame del campo revolucionario debe hablar y escribir con la verdad, expresarla sin mezquindad, tal cual se manifestaba Hugo Chávez, reconociendo virtudes y debilidades de sus camaradas, de sus compañeros y compañeras de ruta. Quien, como cristiano que era, desarrollaba a su máxima expresión el desprendimiento de que nos habla el Papa Francisco en una de sus liturgias: «Dios da en abundancia». Tanto es así que Pablo, a modo de «resumen final» de su discurso, afirma: «Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia». Este es «el amor de Dios: sin medida. Todo de sí mismo». Él, de hecho, recordó el Papa, «envió a su Hijo, se abajó para convertirse en compañero de camino, para caminar con nosotros: Él mismo caminó con nosotros, desde el inicio con su pueblo». ¿Qué significa entonces «esta sobreabundancia en el darse que es el amor de Dios»? Significa que «Dios no es Dios mezquino: Él no conoce la mezquindad, lo da todo». Así fue Chávez, reconociéndose como hijo de Dios, más no, Dios.

Entre las diversas interpretaciones al evento electoral del pasado 15 de octubre, hay una que llama poderosamente nuestra atención y esa es, la presentada por el camarada Rafael Ramírez, hoy Embajador de nuestra Patria en la ONU, residiendo en Washington D.C. Contrastaremos su opinión, y metodología de analizar los hechos ocurridos el 15-O, con la del camarada Alí Araque Rodríguez, también distante en la hermana República de Cuba, donde reside como Embajador de nuestra Patria. Rafael, deja su interpretación de los hechos ocurridos en un texto que tituló: "La mano de Chávez", publicada en Aporrea el pasado domingo 22. Mientras que Alí, se manifestó por intermedio del Correo del Orinoco el pasado sábado 21, titulando su análisis: "Chávez, siempre presente". De entrada, ambos títulos dejan entrever situaciones contrastantes. "La mano de Chávez" sugiere, al lector incauto, la presencia de alguien tras bastidores como que moviendo con hilos a los actores del hecho o los hechos históricos. Mientras que, "Chávez, siempre presente", sugiere un acompañamiento que bien pudiera ser en otro plano de la vida, ya ausente.

Apenas leímos el título del análisis de Rafael, lo primero que se nos vino a la mente fue aquel magistral golazo de Diego Armando Maradona, jugando Argentina contra Inglaterra en cuartos de final del Mundial de fútbol de 1986, celebrado en México. Venían, Argentina e Inglaterra, de enfrentarse militarmente por Las Malvinas. Hecho, que tensaba las emociones de ambos pueblos. Al minuto 54 del juego, Maradona vistiendo su número 10, metió un golazo que quedaría para la historia, el cual fue rechazado por la selección inglesa bajo el argumento de que "Maradona lo había empujado con la mano". Ante tal campaña, Maradona, termina atribuyendo el gol a la mano divina, y desde entonces, se conoció la jugada como "el gol de la mano de Dios". En julio pasado, valga decir, 31 años después, un Maradona maduro, toca el tema con periodistas, en relación a la nuevas tecnología aplicadas al fútbol, concluyendo Diego Armando: "Me puse a pensar y, claro, con tecnología ese gol no habría contado, no lo habrían convalidado". […] "Te digo más: en el Mundial de 1990 también usé la mano contra la Unión Soviética para despejar una pelota en la línea nuestra. En aquel momento el árbitro tampoco la vio, ¡tuvimos suerte! Pero en aquella época no había posibilidad de usar la tecnología, hoy es otra historia".

Señala Rafael, en su análisis de esta nueva batalla ganada por el pueblo venezolano, su liderazgo y Fuerza Armada Nacional Bolivariana: "El resultado del pasado domingo es una mano que nos sigue dando Chávez. No vaya nadie a creer que no tiene que ver con el Comandante. Que nadie cometa el error o la irresponsabilidad de decir que es su propio liderazgo o su nuevo mensaje…" Alí, piensa algo distinto: "La victoria electoral del pasado 15 de los corrientes, pone de relieve la identificación de la gran mayoría del pueblo venezolano con el conjunto de transformaciones que inauguró el Comandante Hugo Chávez en Venezuela continuadas por Nicolás Maduro". […] "Nicolás Maduro ha podido responder positivamente a la delicada responsabilidad que dejara Chávez en sus manos. El 15 de octubre representa una ratificación de la confianza que el pueblo venezolano ha depositado en lo que genéricamente llamamos el chavismo y particularmente en la gestión de Nicolás Maduro". Pero, además, Alí señala un hecho indiscutible y altamente positivo que trajo como resultado esta nueva batalla de liberación de nuestro pueblo: "Un hecho notable en las elecciones del 15 de los corrientes, está encarnado en la aparición de nuevos liderazgos jóvenes junto a cuadros curtidos a lo largo de años de lucha". No existe mezquindad alguna, en el análisis del experimentado revolucionario de toda la vida que es, y será, Alí Rodríguez Araque, viejo Comandante guerrillero. La conciencia de un pueblo, no es un hecho espontáneo u obra de una mano divina, sino que es expresión de la obra de una vanguardia, un partido revolucionario, como bien precisa L. Trotsky en su magnánima obra, que viene a bien mencionar en la conmemoración de su centenario: "A la pregunta formulada más arriba: ¿Quién dirigió la insurrección de Febrero?, podemos, pues, contestar de un modo harto claro y definido: los obreros conscientes, templados y educados principalmente por el partido de Lenin. Y dicho esto, no tenemos más remedio que añadir: este caudillaje, que bastó para asegurar el triunfo de la insurrección, no bastó, en cambio, para poner inmediatamente la dirección del movimiento revolucionario en manos de la vanguardia proletaria" (Historia de la Revolución Rusa, L. Trotsky). No es, obra de mano divina alguna esta victoria del 15-O, sino de seres humanos concretos, organizados y movilizados en partidos como el PSUV, el PCV, el PPT, TUPAMAROS, UPV, organizaciones sociales como las UBCH, los CLAP. Una clase trabajadora o proletariado consciente, pensionados y pensionadas, estudiantes y juventud revolucionaria. Una dirección política consustanciada con los anhelos de su pueblo, una Fuerza Armada Bolivariana, en fin, una Nación consustanciada en la defensa de su Soberanía e Independencia, con principios revolucionarios en los cuales, justo reconocerlo sin mezquindad, trabajó incansablemente el Comandante Hugo Chávez Frías, en su afán de construir una nueva conciencia nacional. Obra, en la cual, indudablemente tanto Nicolás Maduro como Diosdado Cabello, como dirigentes fundamentales del Partido de la Revolución Bolivariana creado por Chávez, han consolidado en Unidad Revolucionaria. Quienes, han sustentado y dado cuerpo de continuidad, al proceso iniciado por Hugo Chávez y, antes que él, el Padre Libertador Simón Bolívar. ¡La mezquindad solo refleja, el comienzo del tránsito a la traición! Pero, rectificar es de humanos y siempre se está a tiempo de hacerlo, no dejándose llevar por sentimientos mezquinos. Hora de iluminar ese lado oscuro que no permite que veamos, las bondades y virtudes del camarada, del hermano o hermana de ruta.

Post Scriptum: Dice un cuento antiguo: érase una vez un rey inmensamente rico que tenía dos hijos muy envidiosos. Para ponerlos a prueba, les anunció que estaba dispuesto a concederles el mejor de sus deseos, pero con una condición. Obtendría el deseo el primero de los hermanos que formulara su petición y, al segundo le daría el doble de lo que hubiera solicitado el primero... Ninguno se decidía a hablar esperando que empezara el otro, hasta que el rey obligó a uno de ellos a formular su deseo. Y éste le respondió: "Deseo, padre, que me arranque un ojo"...



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Henry Escalante


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