El huracán Trump

En estos tiempos donde la naturaleza nos está reclamando a gritos que le tratemos bien, haciéndose sentir con huracanes, tormentas y terremotos, se presenta también el "huracán Trump", pero, en este caso no es tan natural, es el resultado de la arrogancia de lo que Lenin llamó, "La fase superior del Capitalismo"; El Imperialismo.

En su intervención ante la asamblea general de la ONU, el presidente de los Estados Unidos, en su primer discurso, llegó con un verbo arrasador, insinuando acabar con todo aquello que él considera malo para el mundo. Llegó mostrando su furia militar, hablando de guerras ante una asamblea que fue creada para la concertación, la pacificación. No existe antecedente alguno del comportamiento de algún presidente o primer ministro ante esta asamblea desde su inauguración. Se han dado discursos históricos, tales como el pronunciado por Fidel Castro en el año 1960, luego del triunfo de la revolución cubana con una duración de 4 horas y 29 minutos asegurándose un lugar en el libro de récords Guinness (el más largo en toda la historia de la ONU), la intervención del Che en el año 1964, también el primer ministro soviético Nikita Kruschev y por su puesto el discurso inolvidable el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez en el año 2006 con su frase destacada "…huele a azufre…" para referirse al entonces presidente de Estados Unidos George Bush. Todos estos discursos tuvieron una línea anti imperialista, promoviendo la independencia y soberanía de los países, no fueron discursos bélicos, amenazantes, fueron llamados a la paz mundial, al respeto de los destinos de cada país. En contraste con estos discursos históricos, se presenta Trump, llamando a la guerra y amenazando al mejor estilo del guapetón de barrio, llenando de amenazas financieras y militares a aquellos países que no se arrastran a sus pies. Su desconocimiento de la cultura de aquellos países "amenazados" se hace notar, ignora, por ejemplo, el "pensamiento Juche" que prevalece en la vida de los norcoreanos, donde la independencia y lo militar es una prioridad para la defensa del país. En nuestro caso, Venezuela, ya es público y notorio la participación intensa del gobierno de los Estados Unidos en la guerra económica, sintiendo sus embates que afectan las transacciones financieras y en consecuencia, las finanzas, alimentos y el comercio de bienes y servicios tienen un comportamiento negativo en nuestra nación. Ahora más que nunca es imperante el uso de otra moneda para las transacciones internacionales, lograr esa tan anhelada independencia y la desdolarización de nuestra Economía, es la oportunidad de oro.

hrdabo@gmail.com



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