Verdad y trabajo para Venezuela

La producción de la desconfianza, acuña factores detractores, hacia las cosas que se piensan o están realizándose de manera positiva. Las apetencias sobre las causas y efectos positivos, suelen verse de formas desproporcionales, originando silencios reflexivos que conducen a la duda. Venezuela, un país lleno de gracia por sus recursos naturales, energéticos y su gente, se ha visto azotada por matrices de opiniones; que buscan quebrantar el sentimiento patrio. Son infinitas las intenciones de desestabilizar, le toca al Ejecutivo Nacional y demás poderes públicos, salirle al paso a todas esas pretensiones. No se puede vacilar en la defensa integral de la nación, es hora de operacionalizar métodos combativos efectivos, capaces de erradicar cualquier matriz de opinión negativa.

La mejor vía para enfrentar esta desagradable situación, es a través, de la práctica constante de la verdad y el trabajo. No es momento en distraernos con otros temas, que no afectan en lo inmediato el sentir y pensar de la población venezolana. No es una cosa difícil, solo es tener la valentía de querer transformar para crecer, de esa manera es la única forma de poder llamarnos o reconocernos como potencia. Cuando se operacionaliza estos dos conceptos de verdad y trabajo, no se deja espacio para la calumnia, pesimismo y la rencilla, una mente ocupada en cuestiones constructiva rechaza este tipo de distracción. Las consideraciones que se le tienen que hacer a la utilidad del tiempo, son realmente serias, el tiempo no tiene pausa es constante en su andar y las cosas que se dejaron de hacer pueden representar un costo muy alto.

La demanda que registra hoy la población venezolana (natural y jurídica) en cuanto a los sistemas procedimentales, surge como una necesidad primordial, para el arranque productivo y de estabilidad social. La posibilidad de direccionar la economía hacia la exportación de bienes y servicios, significa la estrategia más audaz para la captación de divisas. Implementar una vía cambiaria que se ajuste a la realidad no virtual, es el clamor de muchas personas jurídicas que con honestidad apuestan al desarrollo nacional, sin tener ningún problema de someterse a un proceso de vigilancia y control de los montos adjudicados. El Estado Bolivariano produjo algunos instrumentos jurídicos, con la intención de acrecentar la confianza productiva, conocimos nombres de leyes que versaban sobre: simplificación de trámites, corrupción, etc. Estos grupos de leyes, generaban las condiciones para armonizar una sociedad popular y mercantil más humana a los propósitos descritos en el plan de la patria. Sin embargo, la resistencia al cambio del modelo burocrático y corruptivo hacia la materialización de la Venezuela Potencia, no ha permitido ver los resultados que tanto se anhelan.

Es hora de hablar y actuar con la verdad, desvanecer la impunidad de quienes juegan a una doble moral, marchitando la esperanza y los sueños que encierran nuestra población. En Venezuela, hay gente con ímpetu de trabajo sincero, demostrado en las adversidades. Empresario que no utilizan sus marcas o franquicias para incursionar en la diatriba política, su única intención es aportar con trabajo al crecimiento del país. Ejemplos de estos, podemos identificar muchos: cadena SIGO en Margarita y otras ciudades del país, mientras se desarrollaban las guarimbas del año 2014. Estos empresarios se negaron a coartar el derecho a la alimentación, contra ellos se tejió un sinfín de opiniones negativas por no alinearse a esas locuras, que no le dejaron cosas positivas al país.

Verdad y Trabajo para avanzar requiere nuestra patria.



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Joselino Serrano


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