- Si el proceso de diálogo se va a mantener bajo consulta electoral, no hay otra alternativa, requiere la consulta, el debate y la discusión de la oposición.
Tal vez sea una ventaja que la oposición disponga, en estos momentos, de unas regulares conversaciones con el presidente Maduro a partir de esa solicitud de aplazar la constituyente para inscribirse también. Hay que atreverse en medio de un proceso de diálogo a partir de lo que se está construyendo, la paz.
Si se quiere ser fiel a la complejidad, a la diversidad, lo más sensato es que el presidente Maduro sea flexible en recoger –y sin duda encausar- la complejidad de una causa político-social que sedujo a muchos en todo el pais. Si el proceso de diálogo se va a mantener bajo consulta electoral, no hay otra alternativa, eso requiere la consulta, el debate y la discusión de la oposición. Por eso a mucha gente no le gusta la democracia porque es más lenta en recoger las expresiones del debate. Pero, si saben, que el tema de la constituyente se está discutiendo en barrios, en organizaciones de trabajadores y en distintas ciudades del pais.
Ahora, no se trata de renunciar al carácter inédito del proceso constituyente para imponer ahora esquemas conocidos porque eso significaría una ruptura en la que aparecerá un tiempo antes de que se produzcan las definiciones que se están esperando. No se pueda meter en un sólo conducto porque cualquier decisión que surja no puede renunciar a reconocer esa complejidad o pretender dirigirla: ella destruiría o pasaría por encima.
Lo señalado por el Presidente Maduro en su entrevista con Mario Silva, significa un enfoque de profundidad, el "hasta dónde", en el cual trata de visualizar el "hacia dónde", refiriéndose a la dirección estratégica del mismo proceso de diálogo. Lo certero fue la respuesta de que la oposición tenga que salir con una declaración que diga al país y al mundo que quieren participar en la constituyente. Y esto requiere unidad, solidaridad, cooperación y el apoyo de todos con el presidente Maduro, por lo que proponemos como un asunto de principios:
- Dejar que el pueblo organizado vote por sus candidatos porque existe en el propio seno del pueblo una fuerza legítima indetenible, capaz de impulsar la transformación de ese marco institucional intacto.
- Que sean las organizaciones propias del pueblo con las características y la profundidad que ellas mismas se vayan dando en las luchas reales y no según las expectativas de determinados grupos y/o dirigentes.
- Que los dirigentes del PSUV sólo deben convertirse en facilitadores y movilizadores para evitar la tentación que se viene realizando de imponer liderazgos por encima del proceso mismo que le da origen, el que determina a las organizaciones políticas, el que les da vigencia y las legitima.
¡En el nombre de Bolívar, de Cristo y de Chávez, la lucha sigue!.. Que viva el presidente obrero¡
