En que momento de su lucha está Venezuela

El domingo 16 de julio fue un día de mucho sabor a elecciones en
Caracas, como seguramente lo será también el domingo 23 y ni que decir
el domingo 30 de julio. En esta última fecha serán las elecciones de
los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente convocada por el
Presidente Nicolás Maduro. En los dos domingos anteriores se
efectuarán simulacros promovidos por el Colegio Nacional Electoral
(CNE) en los centros electorales que son parte de los actos
preparatorios del gran evento electivo. A juzgar por el vivo
movimiento de electores en todos los centros electorales es de
presumir que habrá una convocatoria masiva para la Constituyente.
La oposición, por su parte, llamó a un plebiscito para el mismo primer
domingo 16 de julio, solo que éste es ilegal porque no cuenta con el
aval del CNE, único organismo autorizado para la realización de
cualquier proceso electoral en el país. Tiene carácter subversivo, fue
diseñado para impedir el proceso electoral de la Constituyente. Ni en
la Constitución Nacional, ni en alguna otra ley venezolana figura del
plebiscito como método de consulta popular.

Pero, ¿en qué momento está la lucha por consolidar el proceso
revolucionario bolivariano iniciado por Hugo Chávez en aras de la
plena asunción por el pueblo venezolano de la soberanía sobre las
riquezas naturales, la historia y el futuro de esa nación caribeña y
suramericana?

La Dirección Nacional de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora
(CRBZ) del Partido Socialista en un comunicado hecho público el día 3
del mes de julio en curso valora que el conflicto en Venezuela se
encuentra en un nuevo nivel, no por voluntad de la revolución, sino
porque así lo impuso el plan de Golpe de Estado en marcha luego de dos
meses de infructuosos intentos.

La estrategia es trazada por el Departamento de Estado de EEUU, el
Comando Sur del Departamento de Defensa de EEUU con sede en Miami y la
derecha económica y política venezolana. Hasta la fecha se ha
observado el despliegue de diferentes armas golpistas: la
comunicacional, la psicológica, la internacional, la económica, la
institucional, y la violencia. Han ensayado y avanzado cada una de
ellas, como parte de la guerra de cuarta generación, que combina las
distintas formas bélicas. Su mayor debilidad ha sido siempre la falta
de apoyo popular.

Es en el ámbito institucional en el que más trabajan y golpean hoy,
apostando a eventuales fracturas en el bloque chavista.
Dada su escasez de apoyo popular, la derecha ha optado por poner en
práctica varias tácticas a la vez. Una consiste en presionar sobre la
economía para alzar los precios, desabastecer y atacar puntos de
abastecimiento y transporte de alimentos a fin de profundizar las
dificultades económicas de la gente humilde para empujarla al saqueo.
Otra se basa en desplegar grupos de choque para asediar ciudades
enteras durante varios días, dejando tras de sí una estela de muertes,
destrozos, saqueos, incendios, terror y otras imágenes que golpean el
tejido social, denuncia la CRBZ.

Lo radical de la guerra que plantea la derecha se explica por la
desesperación estadounidense y el carácter clasista del conflicto.
Buscan con desespero recuperar el control político y lapidar el
proyecto histórico que es la revolución bolivariana.

"Ante este escenario, es imprescindible mantener la unidad del
chavismo, defender la revolución no solamente desde el Estado, sino
también desde el protagonismo popular, involucrando gente en la
protección organizada de las instituciones, los territorios, los
hospitales, centros de alimentos. Lograr que médicos, trabajadores,
comuneros y vecinos, cuiden sus espacios para que la derecha no
destruya lo construido por el pueblo en ejercicio de la democracia
participativa y salvaguardar sus conquistas de tantos años".

El otro gran propósito del chavismo es llegar al 30 de julio habiendo
puesto en marcha un proceso de participación y debate alrededor de la
Asamblea Nacional Constituyente. "Debemos activar asambleas en los
territorios, recrear la política desde las bases, escuchar las
críticas, construir espacios de intercambio que no sean solamente para
aplaudir dirigentes y repetir lo mismo. Ese ejercicio nos permitirá
convocar al voto a las mayorías el 30 de julio y tener mejores
condiciones para enfrentar los siguientes pasos".

El chavismo se propone aportar urgentes respuestas a las demandas
materiales de la gente: gas, estabilización de precios,
abastecimiento, fármacos. Y no hacerlo desde una óptica electoral,
sino desde la imperiosa necesidad de responder a necesidades que se
multiplican en los territorios y que son caldo de cultivo para el
descontento, la abstención y la despolitización.

"Estamos en un mes decisivo –reconocen los chavistas- la derecha, por
designio de Estados Unidos, hará todo lo posible para intentar su
asalto final. La revolución tiene fuerzas para resistir y seguir
avanzando. Es necesario utilizar todas esas fuerzas, en particular la
del protagonismo de la gente".



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Manuel Yepe

Abogado, economista y politólogo. Profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, Cuba.

 manuelyepe@gmail.com

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