El 350 lo aplicaron los del cerro

Buena parte de los ciudadanos de la clase media, no escuálidos, aun así, no bajaron de los cerros a "rescatar con hidalguía a Hugo Chávez Frías, el Comandante…", y otra buena parte de los escuálidos no sabrán valorar con justeza la GMVV, con inclusión de la Misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor.

La idea es que la "clase media", definida esta como una clase proletaria que dejó de ser "obrera", de salario mínimo, misma que dejó de vivir en los cerros, que pudo hacer el gigantesco sacrificio de dar una cuota inicial para adquirir una falsa propiedad horizontal o un casa bastante onerosa que le comprometió buena parte de sus ingresos mensuales, y cuya propiedad económica[1] no comienza hasta que pague la última cuota de ese crédito a 20 años o más años, sometida a la angustia continuada de la ejecución hipotecaria que pende sobre ella permanentemente; esa clase, decimos, que logró hacerse de una título universitario gratuitamente y con cargo a muchas matracas en su carrera, y cuyos miembros entendieron que habían dejado de ser pobres y zarrapastrosos, sucios y malolientes, y quienes, , entonces, esos mismos proletarios, hijos de proletarios, se autoidentificaron como burgueses bajo el disfraz de "clase media"; esa gente, repetimos, ha solido mudarse del barrio de pobres para rodearse con otros iguales a ellos, o que terminan viviendo rodeado de otros no menos infatuados que odian la pobreza de donde innegablemente provienen, no pudieron moralmente rescatar a Hugo, como tampoco podrían hoy salir este mes a acompañar al "maburro" para salir a votar por la ANC por temor de ellos mismos, no exentos del temor que sus dueños morales les pretendieron insuflar a los mismos pobres de hoy en cuyas manos se halla la salvación e todas las libertades y reivindicaciones que ellos mismos, los de la clase media, disfrutan y disfrutarían sus propios hijos e hijas.

Los de ayer que vivían en cerros y hoy lo vienen haciendo en lujosos desarrollos habitacionales con todos las mejores condiciones urbanísticas, con gas directo, con aguas potables y servidas, con alumbrado público invisibilizados, con TV digital, con clínicas de primera calidad y atención humanitaria al margen de intereses lucrativos que caracterizan a sus miembros de la clase media, con escuelas de prescolar, escolar, media y universitaria absolutamente gratis y libre de matracas, esa gente, decimos son la única garantía de que la clase media que no bajó de los cerros siga aprovechando los beneficios populares que ayer eran sólo para ricos o para personas que sólo por la vía de la adulancia incondicional a los abusos de la burguesía parasitaria y rentista podía medio compartir.

Así, pues, esos proletarios no escuálidos parecieran no pertenecer al pueblo dotado de poder originario constituyente; pareciera que en sus manos podría perderse la república, pero no así en las de quienes ayer sí bajaron de los cerros a ejercer el vigente Art. 350.


[1] Buena parte de esa clase media, descendiente directa de la clase trabajadora al servicio doméstico y artesanal de los ricos de la época de sus ancestros, tampoco conoció los cerros porque sencillamente los terratenientes y dueños de hasta 100 casas se las cedieron en comodato, para que se las cuidaran sin perder su propiedad jurídica ni la económica, además de vivir en ellas como sus trabajadores y estar cerca de las viviendas de sus avasalladores. De allí que sean personas incapacidad para reconocer la tremenda importancia del Plan de la Gran Misión Vivienda Venezuela



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Manuel C. Martínez


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