Nosotros y nosotras, quienes cultivamos las tierras para producir alimentos en el ciclo siembra cosecha, y que domingo a domingo bajamos al encuentro con los intermediarios, para que estos a su vez distribuyan a las familias que viven en las ciudades de toda Venezuela, tenemos que expresar nuestra molestia, dolor y desacuerdo, por la situación que estamos atravesando por culpa de un grupo de personas que parecen que se han olvidado, que parte de la riqueza que tienen y disfrutan hoy, les ha sido posible por nuestro arduo trabajo, de siembra, cuidado y cosecha de todos y cada uno de los rubros que éllos, han llevado y vendido en las llamadas ferias de hortalizas.
Por eso, no entendemos cual es la razón que mueve a quienes en las últimas semanas han presionado para que muchos ferieros dejen de comprar nuestras cosechas, que son producto de nuestros sudor en cada surco de la tierra y con éllo, hacernos daño a nosotros trabajadores del campo, que históricamente hemos sido cumplidores con la entrega, al contado o al fiado, para que ahora vengan a hacernos esta maldad, que nos lleva a la perdida de nuestras cosechas y por lo tanto de nuestro trabajo e inversión.
Claro que ese grupito de ferieros ricachones y politiqueros que están detrás, no tienen nada que perder, los nuevos ricos porque están hartos de dinero y los segundos porque están siendo tarifados y cumpliendo una tarea sucia que les mandaron a realizar; mientras nosotros y nosotras campesinos y campesinas de los valles altos del Táchira padecemos esta penuria, al ver como cada día se nos pierden las cosechas; por eso exigimos que no vengan ahora hacer política con nuestro medio de trabajo y sobrevivencia.
Esto en verdad, no tiene perdón de Dios, y aun que no deseamos mal a nadie, ténganlo presente, que más temprano que tarde, van a pagar esta canallada inhumana que están haciendo contra quienes producimos comida vegetal para el pueblo, entonces la justicia divina más temprano que tarde se encargará de esta gente dañina.