La publicidad, en la guerra

Hay muchos que creen que la preparación para la guerra es sólo cuestión de dinero y hombres, y no de medios e industria para producirlos. La guerra es la continuación de la política por otros medios; por eso, en la preparación que la política internacional y la política interna realizan para la guerra, residen a veces factores de éxito más decisivos que los de las fuerzas mismas, la publicidad y la opinión pública son unas de ellas:

"La influencia que a principios del siglo XX adquirió la publicidad ha sido decisiva para su utilización en la política internacional y en la guerra. La opinión no pudo haber escapado a la terrible deformación de todos los valores que han caracterizado nuestro tiempo.

Hoy no es un secreto para nadie que muchos consorcios y cadenas de diarios no son sino empresas comerciales, que venden papel escrito como se venden cosméticos o artículos de ferretería. Antes, los diarios pobres pero honrados se elevaron moralmente con su información leal y su prédica honorable. Cuando apareció la publicidad fueron poco a poco envileciendo su primitiva posición para servir los móviles de sus avisadores y su propaganda. Convertidos así en un vulgar comercio, los diarios degeneraron poco a poco en verdaderos monopolios.

Los imperialismos se sustentan en algo más serio que la simple publicidad. A ellos no les es suficiente publicar un aviso para vender su artículo, sino que deben imponerlo a toda costa, y para eso no es suficiente avisar. Por eso los Estados han creado todo un servicio publicitario, disfrazado con diversos nombres o siglas. Este servicio comprende toda una organización que involucra al que hace o inventa la noticia, la estudia, la explota, la depura, la distribuye y la reproduce. Si desde un diario se puede hacer un chantaje a una persona, desde esta organización se lo puede hacer a toda una nación. POR ESTE MEDIO SE PUEDE LLEVAR EL DESCRÉDITO A UN GOBIERNO Y A UN PUEBLO ENTERO A LA GUERRA.

La libertad de prensa, que es motivo de intensa campaña, no presupone la defensa de principio alguno, sino una verdadera agitación internacional dirigida a imponer una forma de influir en la opinión por los medios publicitarios al servicio de las empresas y países que la costean. Si no, ¿cómo se explicaría que Rusia, que hasta 1945 fue para todos los diarios un modelo de democracia, ya en 1946 fuera la más atroz de las dictaduras, y que respecto a España, que hasta hace unos meses sufrió sanciones y el anatema de la tiranía, en pocos días toda "la prensa libre" cambiara diametralmente de opinión?

En su mayoría, estos diarios, que invocan aquí y allá a la opinión pública, no la representan en manera alguna. Pretenden encaminar a esa opinión hacia los intereses u objetivos que defienden, no siempre confesables, lo que los obliga a ocultarse tras el engaño que invocan. Las campañas sincronizadas a base de noticias fabricadas, calumnias Inauditas y falsedades de a puño son en manera alguna peligrosas para los pueblos que han llegado a confundir la verdad a través de estas mentiras.

Un diario que, en el fondo, no tenga responsabilidad alguna puede atribuir lo que quiera a la opinión pública y usarla a su favor. La opinión pública es susceptible de formarse y de utilizarse con fines nacionales e internacionales. La opinión pública, a los efectos de la guerra, es una realidad, se forma por un procedimiento inteligente, se maneja con prudencia.

La prepotencia ejercida sobre un gobierno, la amenaza sobre una nación, el engaño sobre un pueblo son caminos usados para ganar el corazón de los hombres. La guerra es un acto y su preparación impone un método, un plan minuciosos y acabadamente estudiado."

Argentina, Marzo 15 de 1951

El texto compartido es extraído del libro: POLITICA Y ESTRATEGIA, año 1953, que es una compilación de artículos publicados semanalmente en el diario "Democracia" de Buenos Aires, Firmado con el seudónimo "Descartes" muchos tiempo después se supo que este personaje era Perón.

Mucho tiempo después, podemos observar el poder y la importancia que juegan los medios de comunicación o información, en una guerra, como influyen ante la opinión pública nacional e internacional y como se puede a través de ella, manipular la verdad para influir en el corazón de un pueblo.

64 años más tarde, es Venezuela la que sufre no solo un boicot económico, sino una guerra mediática de alta intensidad, hoy no es solo la radio, la Tv y la prensa, sino que también entran al juego las redes sociales, con mucho más celeridad y alcance, es decir que si, antes se decía; "que una mentira repetida mil veces se convertía en una verdad", hoy una mentira twitteada, difundida, compartida es un arma de destrucción masiva.

"La preparación de la opinión pública de un país soberano es parte de la soberanía que ejerce el Gobierno y no puede cederla al extranjero sin verse incurso en el delito de alta traición." Descartes, 1953.

ronaldskuke@gmail.com



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