Los movimientos revolucionarios cívico militares de Carúpano y Puerto Cabello de 1962, apoyan las medidas del Presidente Nicolás Maduro para erradicar el contrabando fronterizo, la violencia paramilitar, la delincuencia común y convertir las fronteras en zonas de paz.
Apoyamos el despliegue de nuestras fuerzas militares y civiles para combatir y erradicar a los paramilitares que tanto han perjudicado el bienestar de los pobladores fronterizos, cometiendo toda clase de atropellos y crímenes que no existían en nuestro país.
Respaldamos la exigencia al gobierno de Colombia para que derogue los decretos que legalizan el ataque a nuestra moneda que conllevan a una crisis de graves consecuencias económicas al país.
Criticamos la posición de la Alta Jerarquía Católica en relación con lo que ella define como presos políticos, pero respetamos su posición de apoyo consecuente a los guarimberos. Solo le pedimos elevar una oración por los asesinados en las guarimbas.
Denunciamos las maniobras del Comando Sur para estimular los problemas fronterizos de su gran base militar suramericana.
Respaldamos la atención fraternal recibida por los millones de colombianos que traspasan la frontera en busca de atención social y paz que el gobierno de la oligarquía nunca ha tenido la menor intención de solucionar y, por el contrario, estimulan la fuga de la masa, en su mayoría campesina, que viene a Venezuela para salvarse de los crímenes del paramilitarismo creado por la oligarquía para "solucionar" sus problemas sociales. Cinco millones de colombianos pueden dar fe de que aquí viven en paz.
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