Preguntas calientes (Los billetes....Los Clap)

1

Los billetes

Suceden cosas increíbles en el gobierno revolucionario de Nicolás Maduro Moros. Dignas de Replay. O de ocupar un lugar de privilegio en el récord Guinness. O de un salón de la fama. Porque digo esto, elemental mi querido Watson. ¿Cómo sacaron tantas toneladas de billetes de Venezuela? Destino Colombia. Brasil. Europa. Y Paraguay no se quedó atrás. Hace días descubrió la policía paraguaya un alijo, o un escondite, mejor dicho, de la bicoca de 30 toneladas de billetes de mi país, tu país, nuestro país: Venezuela. Pregunta inocente: ¿Cómo hicieron estos bandidos, conspiradores y apátridas para sacar tanto dinero sin que las autoridades venezolanas se hayan dado de cuenta? ¿Qué hicieron las autoridades bancarias? ¿Qué hizo el BCV? ¿Dónde estaban los centenares de organismos de seguridad de este bello país?

Suceden cosas raras en este gobierno revolucionario. Se vienen a dar de cuenta que nos están desangrando, cuando ya el mal estaba hecho, gracias a Dios, en parte. La sangre no llegó al río, por poquito. Ahora bien, pregunto: ¿Cuántos funcionarios venezolanos hay presos por este descuido? ¿Todo va a seguir igual, tal como sucedió con la gran estafa de más de 30 mil millones de dólares a través de Cadivi, hace pocos años? En aquel desfalco no hubo ningún chinito que pagara los platos rotos. Aquí, en el caso de los billetes, tampoco. ¿Qué revolución es está? En Cuba (en la primera etapa de la revolución) por menos, ya hubiera fusilados. Yo no estoy diciendo, entiéndase eso, que aquí deben ser fusilados los apátridas, ladrones y conspiradores contra el Estado venezolano. No, no estoy diciendo eso. No soy tan estúpido. Conozco mi Constitución, y punto. Pero, por favor, presos deberían haber, como cómplices en el hecho jamás visto en Latinoamérica, y tal vez en el mundo. No hay derecho, señores, no hay derecho.

2

Los Clap

Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, fueron creados, si no estoy equivocado, en el mes de mayo de 2016, como una respuesta, por parte del gobierno de Nicolás Maduro Moros, a la guerra económica implantada, desde hace tiempo, por el imperio estadounidense en conchupancia con los lacayos locales. Me pareció un acierto, ya que la intención, según lo creadores de los Clap, era llegar a la mayoría del pueblo venezolano con una "bolsa" contentiva de alimentos de primera necesidad. Todo perfecto. Es decir, la idea. Pero, siempre, se atraviesa un bendito "pero": "No contaban con mi astucia", dijo la corrupción, parodiando al Chavo. Esto es para contarlo y no creerlo. Un organismo recién creado, bajo el control de los de abajo, llega y se contamina. Es penetrado por la corrupción. Y es como vemos a gente del pueblo, que nunca ha tenido un carajo, haciendo pingües negocios. Venden pacas de harina precosida. Venden aceite. Etcétera. Todo con sobreprecio. Y, como si fuera poco, rompen las bolsas y extraen productos. Se los roban, pues. Bernal, el "macalachimba" de los Clap lo sabe. Tarek El Aissami, lo sabe. Nicolás Maduro, nuestro Presidente, lo sabe. Me preguntó: ¿Hasta cuándo esta tragedia? En la Cuba de Fidel, en sus primeros años ¿qué hubiese pasado en un caso como este? Entiéndaseme bien. No estoy diciendo que se haga acá lo que se hizo en Cuba. Eso lo subrayo. Por si acaso. Conozco mi Constitución, que es la misma de todos los venezolanos y venezolanas. Pero, de que vamos mal, vamos mal. Y saben una cosa: la derecha apátrida, maltrecha y arrastrada, no va a tumbar a Nicolás Maduro, ni va acabar con la revolución, pero la corrupción sí. De eso no tengo la menor duda…

Puerto Ordaz, 18 de febrero de 2017.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2486 veces.



Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

Visite el perfil de Teófilo Santaella para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Teófilo Santaella

Teófilo Santaella

Más artículos de este autor


Notas relacionadas