Dilemas de una izquierda occidentalocentrica con retórica antipopulista

Modernidad, colonialidad y la crisis del rentismo en Ecuador, Bolivia y Venezuela

1492, según nuestra tesis central, es la fecha del "nacimiento" de la Modernidad; aunque su gestación -como el feto- lleve un tiempo de crecimiento intrauterino. La Modernidad se originó en las ciudades europeas medievales, libres, centros de enorme creatividad. Pero "nació" cuando Europa pudo confrontarse con "el Otro" y controlarlo, vencerlo, violentarlo; cuando pudo definirse como un "ego" des-cubridor, conquistador, colonizador de la Alteridad constitutiva de la misma Modernidad. De todas maneras, ese Otro no fue "des-cubierto" como Otro, sino que fue "en-cubierto" como "lo Mismo" que Europa ya era desde siempre. De manera que 1492 será el momento del "nacimiento" de la Modernidad como concepto, el momento concreto del "origen" de un "mito" de violencia sacrificial muy particular y, al mismo tiempo, un proceso de "en-cubrimiento" de lo no-europeo.

ENRIQUE DUSSEL

La Paz, 1994, págs. 8-9

INTRODUCCIÓN:

El occidentalocentrismo, en nosotros, tiene una significación relevante para el contexto regional latinoamericano, y particularmente en Ecuador, Bolivia y Venezuela, al ser uno de los componentes claves del orden mundial impuesto por la colonialidad del poder/saber (capitalista). Esta centralidad étnico/racial y político/epistémica, es en su sentido estricto, una perspectiva cognitiva de los occidentales exclusivamente, más específicamente de Europa como centro de poder a escala global, por lo que hablar de occidentalocentrismo es hablar de eurocentrismo; pero en su sentido latos, representa al conjunto total social educado bajo su hegemonía; siendo ésta, hoy, mundial; al operar en cada uno de los planos, ámbitos y dimensiones, materiales y subjetivas, de la existencia cotidiana (Quijano, 2007); en otras palabras, esta perspectiva va ligada a geopolíticas de conocimiento y cosmovisiones de lugar y espacio, desde la histórica y actual lucha, hasta sus construcciones como proyecto social, cultural, político, ético y epistémico que sigue orientado por el Proyecto Civilizatorio Moderno Eurocentrado.

En este sentido, decimos, que una Izquierda Occidentalocentrica es toda aquella izquierda que consciente o no, tiene como horizonte la Modernidad, fundándose en sus "Mitos" y rigiéndose por su narrativa, siendo esos los elementos constituyentes de un orden social que nace con la conquista, en el año 1492 de lo que hoy llamamos América. De allí se desprende el carácter sui generi ‘eurocéntrico/colonial, cristiano-céntrico, capitalista/patriarcal’ de este proyecto que desestima a las demás culturas viéndolas como inferiores, como barbaras, como atrasadas. Lo que da razones para argüir que, esto en esencia, es situar el problema desde la raíz.

Ahora, ser políticamente radical es atender los problemas desde la raíz más que a sus expresiones superficiales, de ahí la distinción crucial de un proceso que intenta safarse de las fuerzas opresoras yendo a sus raíces en pro de la emancipación y la liberación del bloque social de los oprimidos, y de otro que pretende construir un nuevo orden social, sin alterar las relaciones jerarquicas de poder-saber o la acumulación rapaz que mantiene a unos pocos del tamaño del 1% controlando las riquezas del 99% restante. Pero no se puede ignorar a priori, que todo proceso, por muy radical que sea, no puede construirse de la noche a la mañana o en un par de períodos presidenciales, o en todo caso; sin tomar decisiones globales. Menos, cuando la titánica tarea implica cambiar el imaginario colectivo de un "pueblo en-sí", constituido por 5 siglos de dominación ideológica, sino hasta que ese "pueblo" llegue a tomar conciencia de "pueblo" en cuanto tal o lo que es lo mismo decir, se erija como "pueblo para-si" (Dussel, 2007). Mientras tanto, toca ir paulatinamente avanzando sobre la realidad e ir transformándola al ritmo que imponen las circunstancias.

A este respecto, el presidente Hugo Chávez en una de sus últimas y más grandilocuentes intervenciones conocida comúnmente como "Golpe de Timón", aseveró que el problema era cultural. Claro está, que a nuestro entender, lo cultural juega un rol preponderante para el orden establecido; sin embargo, no obviamos que la crítica postcolonial caracteriza al sistema capitalista como un sistema cultural ciertamente; mientras que por otro lado, los teóricos del sistema mundial hacen énfasis en las relaciones económicas a escala mundial como constitutivas del sistema-mundo capitalista (Grosfoguel, 2007).

Por lo tanto, he aquí la necesidad de repensar el mundo moderno/colonial, de hacer un verdadero giro decolonial ante los dilemas occidentalocéntricos; que en este caso, enfrentando cultura vs. economía resulta, según Grosfoguel en:

…un falso dilema, que proviene de lo que Inmanuel Wallerstein ha llamado el legado del liberalismo del siglo XIX. Este legado implica la división de lo económico, lo político, lo cultural y lo social como arenas autónomas. Según Wallerstein, la construcción de estas arenas "autónomas" y su materialización en esferas de conocimiento separadas, como la ciencia política, la sociología, la antropología y la economía en las ciencias sociales, así como las diferentes disciplinas en las humanidades son un resultado pernicioso del liberalismo como geocultura del sistema mundo moderno (…) la división del análisis social en tres arenas: tres lógicas, tres niveles: lo económico, lo político y lo sociocultural. (…) se mantiene en medio del camino, en granito, bloqueando nuestro avance intelectual. Para muchos es insatisfactorio, pero en Mi opinión nadie ha encontrado aún la forma de prescindir del lenguaje y sus implicaciones, algunas de las cuales son correctas, pero la mayoría de ellas probablemente no lo sean. "Todos nosotros recurrimos al uso del lenguaje en las tres arenas en casi todo lo que escribimos. Es hora de que abordemos seriamente la cuestión… estamos persiguiendo falsos modelos y menoscabando nuestra argumentación al seguir usando dicho lenguaje. Es urgente que comencemos a elaborar modelos alternativos". (Grosfoguel, Ibídem, pág. 56).

Las lecciones que pueden extraerse de esta afirmación pueden ser múltiples y variadas. Pretendemos aquí resaltar apenas dos: los peligros de caer en un reduccionismo económico o culturalista, y los grandes riesgos que implica compartimentar el análisis al situarnos desde una sola disciplina, lo que a nuestro parecer conduciría a un cuadro de perplejidad que no da cuenta de la realidad en su complejidad toda. Desde ahí proponemos examinar algunas cuestiones intrigantes que se suscitan una vez que adoptamos como hipótesis el que la sociedad puede trascender la Modernidad. Pero convendrá comenzar dando un pequeño rodeo.

SITUACIÓN ACTUAL DE LA IZQUIERDA EN EL CONTEXTO REGIONAL LATINOAMERICANO

La izquierda latinoamericana se debate en un dilema existencial que podría significar el fin de los gobiernos progresistas de Ecuador, Bolivia y Venezuela. Al parecer, la actual crisis civilizatoria que atraviesa la humanidad toda, pone contra la espada y la pared no solo a estos procesos, sino a sus propios detractores que con una crítica bastante elocuente, arremeten con todas sus fuerzas cuando señalan las implicaciones ecológicas que acarrea la explotación minera y petrolera, pero al mismo tiempo no consiguen dar alternativas para la superación de la crisis inherente a esos extractivismos y hacen un silencio profundo cuando se les pregunta que de qué van a vivir estos países ahora mismo sino de la capitalización voraz de esos bienes comunes que sirven, de ser audazmente utilizados, para gestar las condiciones materiales para su propia trascendencia.

Sucede, pues, que la crítica se consagra sobre el análisis único y exclusivo de las repercusiones en el campo ambiental, ignorando las consecuencias políticas, sociales, culturales y económicas que encarnarían estos procesos de volcarse deliberadamente a la nulidad de todo accionar extractivista. Llegado a este punto, se enarbola desde el interior del dilema un enfoque cuya cosmovisión atrapa, cerca, doblega y dogmatiza a estos críticos; como lo sostiene claramente Edgar Morin (2011) cuando dice que los habitantes del mundo occidental u occidentalizado, sufrimos, sin ser conscientes de ello, dos tipos de carencias cognitivas; por un lado, la ceguera propia de un modo de conocimiento que, al compartimentar los saberes, desintegra los problemas fundamentales y globales que exigen un conocimiento interdisciplinar; y por otro, el occidentalocentrismo, que nos coloca en el trono de la racionalidad y nos da la ilusión de poseer lo universal. Por lo tanto, no es solo la ignorancia, también es el conocimiento el que nos ciega.

Tal desapego, cuyas pretensiones parecieran concebir un progreso autónomo para estos países, es realmente un tema ideológico central —en sentido Ludoviqueano— del sistema mundo moderno. En referencia a esto, extenderemos una larga cita del mismo sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel que apoyado en otros autores, sostiene que:

Los dependentistas reprodujeron la ilusión de que la organización y el desarrollo racionales pueden lograrse a partir del control del Estado-nación. Esto contradecía la posición de que el desarrollo y el subdesarrollo son resultado de relaciones estructurales dentro del sistema mundo capitalista. Aunque los dependentistas definieron el capitalismo como un sistema global más allá del Estado-nación, seguían creyendo que era posible desvincular o romper con el sistema mundo en el plano del Estado-nación.

Esto implicaba que un proceso socialista revolucionario en el plano nacional podía aislar el país del sistema global. Sin embargo, como lo sabemos hoy, es imposible transformar un sistema que opera a escala mundial privilegiando el control/administración del Estado-nación. Ningún control "racional" del Estado-nación alteraría la posición de un país en la división internacional del trabajo. La planeación y el control "racionales" del Estado-nación contribuyen a la ilusión desarrollista de que es posible eliminar las desigualdades de un sistema mundial capitalista desde un plano del Estado-nación. (Grosfoguel, 2007, pág. 59)

Y continúa afirmando:

En el sistema mundo capitalista, un Estado-nación periférico puede experimentar transformaciones en su forma de incorporación a la economía mundial capitalista, una minoría de los cuales puede incluso moverse a una posición semi-periférica. Sin embargo, romper con el sistema total desde un plano del Estado-nación o transformarlo está más allá de su rango de posibilidades.

Por esta razón, un problema global no puede tener una solución nacional. Con esto no se pretende negar la importancia de las intervenciones políticas en el plano del Estado-nación. El punto aquí no es reificar el Estado-nación y entender los límites de las intervenciones políticas en este plano para la transformación a largo plazo de un sistema que opera a escala mundial. El Estado-nación, aun cuando sigue siendo una institución importante del capitalismo histórico, es un espacio limitado para las transformaciones políticas y sociales radicales. (Grosfoguel, Ibídem, pág. 60)

Estas nociones nos dan luces para apreciar el problema desde lo complejo, es así como decimos que el problema estriba en el Estado-nación propiamente y no en quien lo preside, siendo este condicionamiento las fallas de origen de los procesos (de Ecuador, Bolivia y Venezuela) que llegaron al poder político por medio de la vía electoral, lo que se traduce a una aceptación de las reglas de juego que impone la democracia formal y el Estado liberal burgués. Por ello, nos resistimos a las limitaciones del pensamiento analítico del cual se apoya una izquierda que pretende dar un salto cuántico sin considerar otros factores que siguen siendo inherentes al orden en cuestión; consolidándose estas posiciones en posturas que se fraccionan, se dividen, se antagonizan y se materializan entre un Pachamamismo conservador vs. un Extractivismo rentista, es decir; ante la evidente complejidad de la situación, esa "izquierda crítica" se sigue ubicando dentro de la racionalidad cartesiana, que fragmenta la realidad para analizarla conduciendo todo accionar a callejones sin salida; razón por la cual hoy no sirve esa lógica mecánica y ortodoxa para estar a la altura de las circunstancias, es por ello que se debe librar un enfrentamiento radical contra la fuerza de la costumbre, contra la colonialidad epistemológica en clave eurocéntrica y todo su despliegue coercitivo que se cimienta en un Estado-Nación Republicano y comenzar a situarse desde distintas epistemes que la Modernidad no pudo subsumir (léase el concepto de exterioridad en Dussel), y desde esa diversidad epistémica generar al menos dos posibilidades: por una parte, un diálogo horizontal que ponga en cuestión toda jerarquía de poder-saber; y por otra, un golpeo político incisivo sobre el metabolismo predador del capital en su división internacional del trabajo, y así ir construyendo lo que los teóricos del giro decolonial llaman Pluriverso de alternativas que tributan a una nueva etapa Transmoderna.

Por lo tanto, el desafío nos remite a la fundación de una nueva izquierda diferente a las concepciones occidentalocentricas. Una izquierda que garantice la justicia social y ambiental, la igualdad y el respeto a las diferencias, si se acepta que; unas no pueden ser alcanzadas sin las otras, que como un tejido se entrelazan, se entrecruzan y son mutuamente dependientes y esenciales para la formación de lo nuevo.

En este sentido, el surgimiento de una nueva izquierda, nos desliza, a un pensamiento "nuestro-americano", pensado e interpretado desde lo endógeno de sus procesos, desde sus fenomenologías y contradicciones, partiendo de pensamientos "otros" descoloniales. Entendidos estos, como singularidades que se suman para el estudio del mundo en su dinámica toda, en su funcionamiento todo, capaces de comprender la realidad como un todo derivado de la adición de partes; para así poder planificar estratégicamente desde lo particular, lo diverso y lo complejo; sin caer en la misma pretensión eurocéntrica de hegemonizar una cosmovisión por encima de las demás, esto quiere decir, siguiendo al mismo autor que:

Frente al proyecto de universalismo abstracto, racista e imperial, y contrario a los fundamentalismos tercermundistas, la descolonización, para Césaire, desde la experiencia afro-caribeña, no pasa por afirmar un particularismo estrecho y cerrado que conduzca a un provincialismo o a un fundamentalismo segregacionista, que se amuralla en su particularidad. Para Césaire la descolonización pasa por la afirmación de un universalismo concreto, depositario de todos los particulares. Si el universalismo abstracto establece relaciones verticales entre los pueblos, el universalismo concreto de Césaire es necesariamente horizontal en sus relaciones entre todos los particulares. Aquí la noción de universalismo concreto adquiere otra significación muy distinta a las de Hegel y Marx. Si el universalismo concreto en Hegel y Marx eran aquellos conceptos, ricos en múltiples determinaciones pero dentro de una misma cosmología y un mismo episteme (en este caso el occidental), donde el movimiento de la dialéctica tritura toda alteridad en lo mismo, en Césaire el universalismo concreto es aquél que es resultado de múltiples determinaciones cosmológicas y epistemológicas (un pluri-verso, en lugar de un uni-verso). El universalismo concreto césaireano es el resultado de un proceso horizontal de diálogo crítico entre pueblos que se relacionan de igual a igual. El universalismo abstracto es inherentemente autoritario y racista, mientras que el universalismo concreto de Césaire es profundamente democrático. Esta intuición filosófica de Césaire, pensada desde la geopolítica y corpopolítica afro-caribeña, ha sido fuente de inspiración para pensar en salidas prácticas a los dilemas contemporáneos de la explotación y dominación del sistema-mundo contemporáneo. (Grosfoguel, Op. cit. 2007, pág. 72)

A diferencia del pensamiento analítico que divide y ordena en partes para concluir aisladamente. De no ser así, se presume que cada discernimiento, por muy elocuente que sea, puede servir para algunas incomprensiones que no dan cuenta del entorno geopolítico todo y los riesgos sociales, económicos y hasta militares que encararían, como ya dijimos, estos países de inclinarse a la velocidad de un rayo o al ritmo de sus impaciencias a ese nuevo estadio social que necesitamos.

Siguiendo esta línea, consideramos crucial el hecho de referenciarnos (de igual a igual) en otras alternativas que surjan de diversas culturas no-eurocentricas o pensadas desde exterioridades relativas, como por ejemplo: la llamada Democracia de la Tierra, auspicia desde el oriente del mundo y que logra vincular como dice Vandana Shiva (2006) lo particular con lo universal, lo diverso con lo común y lo local con lo global. Incorporando la familia de la Tierra y su concepción de la vida como un continuo entre especies (humanas y no humanas) y entre generaciones (presentes, pasadas y futuras). Todo ello sin perder de vista los acontecimientos globales que derivan de un imperialismo en decadencia, cuyas repercusiones intensificarán el desprecio social y el despojo de "recursos" sobre el sur global apoyados no solo en el recetario abiertamente liberal de nuevo tipo al estilo de Milton Friedman y los ideólogos de la escuela de Chicago conocidos como los "Chicago Boys", sino peor, en los postulados filosóficos radicales y asquerosamente hiper-neoliberales, antropocentristas e individualistas que plantea el llamado "objetivismo" de la rusa Ayn Rand.

LA RETÓRICA ANTIPOPULISTA DESDE UNA PERSPECTIVA DUSSELIANA

El término "populismo" ha sido usualmente utilizado para señalar a los gobiernos progresistas de la región; sin embargo, los acontecimientos políticos que dieron enunciación teórica por primera vez al término fueron los ocurridos desde la Revolución mexicana de 1910 hasta el golpe de Estado contra J. Arbenz en 1954, en ese período de tiempo surgen procesos de "pacto social", donde una débil burguesía nacional crecía simultáneamente a una clase obrera y a la organización (por ejemplo en México) de los campesinos. Confederaciones Generales de empresarios, de obreros o campesinos manifestaron la irrupción organizada de una nueva constelación política, económica, social, cultural que se denominó "populismo". Como afirma Dussel en sus Cinco tesis sobre "populismo" (Mexico, 2007).

Resulta entonces elemental tener conciencia histórica del término para comprender el uso inapropiado que dan múltiples voces, tanto de derechas como de izquierdas, que han venido transformándolo en otras versiones. Una de esas modificaciones da cuenta, según el filósofo de:

...un deslizamiento semántico, una redefinición político estratégica del término. Ahora "populismo" significa toda medida o movimiento social o político que se oponga a la tendencia de globalización tal como la describe la teoría de base del "consenso de Washington", que justifica la privatización de los bienes públicos de los Estados periféricos, la apertura de sus mercados a los productos del capital del centro, y que niega la priorización de los requerimientos, de las necesidades de la grandes mayoría de la población, empobrecida por las políticas adoptadas por las dictaduras militares (hasta aproximadamente el 1984) y aumentadas posteriormente por las decisiones de reformas estructurales dictadas desde los criterios de una economía neoliberal... (Dussel, Ibídem, pág. 4).

A partir de estas desviaciones conceptuales, el término "populismo" no resulta para nada pasivo, es por ello que el concepto de "populismo" recobro un significado peyorativo que busca descalificar a estos gobiernos, al usar la palabra como insulto, como crítica, con un significado próximo a lo demagógico, lo fascista, de derecha extrema. Ese significado eventual no permanecerá por mucho tiempo porque no tiene teoría alguna que lo funde. Es una denigración [agresión diríamos nosotros] superficial retórica del oponente. (Dussel, 2006, pág. 93). Llegado a este punto, quisiéramos colocar el significado de la obra de Dussel en diálogo con lo que plantea Juan Carlos Monedero.

En la interpretación que hace Monedero del término, el "populismo" sería equivalente al "gobierno de todos" y "para todos". De ahí, que al "populismo" se le atribuya nuevamente una concepción despectiva, porque atenta contra la figura democrática formal representativa, siendo el "populismo" una institucionalización "otra" que demanda reivindicaciones "populares". Para Monedero, esto deviene en una dicotomía a la hora de entender la política, lo que implica dos vertientes contrapuestas que se resumen en: a) política como (polis), es decir; estados que representan autonomías con razón, orden, paz; y, b) política como (politeia), es decir; guerra o lucha de opuestos que describe la naturaleza auténtica de la realidad como un conflicto interno que obliga a cambiarla con voluntad, justicia, lucha.

En este sentido último, podemos notar el carácter analógico que encierra la palabra "populismo" con la categoría política "pueblo"; siendo ambas conceptualmente diferentes. Entonces, para que ese "pueblo" pueda devenir como actor político, situándonos desde la política como "politeia"; es necesario que:

...se torne en "pueblo para-sí" o toma "conciencia de ser pueblo", abandonando la pasividad de la obediencia cómplice [orden, paz para Monedero] ante la dominación encubierta bajo una hegemonía que en verdad no cumple con sus necesidades, y entra en un "estado de rebelión" [voluntad, lucha para Monedero] –lento proceso que puede durar decenios, a veces siglos-. El disenso del "pueblo", fruto de la toma de conciencia de necesidades materiales incumplidas, comienza a organizarse. Los llamados "nuevos movimientos sociales" son grupos populares que manifiestan en el campo político (ontológico) la presencia no sólo de necesidades materiales incumplidas, sino de dichas necesidades formuladas lingüística explícita como reivindicación... (Dussel. Op. cit., 2007, pág. 9).

Esto según el mismo Dussel quiere decir que:

...La categoría política de "pueblo" no puede confundirse con al categoría económica de "clase" (tampoco de clase obrera). La clase obrera es el conjunto de los sujetos del "campo económico" que son subsumidos por el capital transformándolos en trabajadores asalariados que producen realmente (formal y materialmente) el plusvalor de las mercancías. El "campo político" debe distinguírselo formalmente del "campo económico" –la confusión de ambos campos es una de las falencias de una cierta extrema izquierda economicista-. Las categorías de un "campo" no deben atribuirse ni usarse ligera ni superficialmente en el otro, aunque siempre determinan (a su manera, material económicamente o formal políticamente) a las del otro campo. La "clase obrera" es una categoría económica esencial del capital, que cuando entra en el campo político puede o no jugar una función con mayor o menor importancia, según sea el desarrollo económico o político del caso coyunturalmente analizado. Así J. C. Mariátegui mostró en la década del 1920 en Perú, que el actor colectivo popular político que podía tener un proyecto hegemónico era la población indígena (económicamente no esencial para el capital en abstracto), y no la inexistente clase obrera (y ni siquiera la clase campesina en sentido estricto), porque el capitalismo industrial no existía prácticamente en el Perú. Por el contrario, el pueblo indígena originario era la referencia hegemónica en la política peruana del momento. Mariátegui fue tachado de "populista" por los marxistas ortodoxos que fundaron el Partido Comunista peruano (así como el mismo Marx debió de ser tachado por Vera Zasúlich o Plejanov de "populista", por haber dado razón a Danielson y sus amigos en Rusia en la cuestión de la obshina). (Dussel. Ibídem, pág. 9).

Todo lo anterior nos permite decir que no puede lograrse un proyecto verdaderamente emancipatorio y liberador sin una descolonización del conocimiento en el mundo moderno. Una cognición que ponga en cuestión al monólogo vertical de Occidente requiere una transformación en las narrativas globales histórico/epistémicas. No podemos asumir una retórica que vacíe de contenido a anteriores luchas (si bien casi todas capitalistas) que intentaron plantarse ante la fuerza del capitalismo central.

Con esto no pretendemos dar por sentado la discusión, solo intentamos a groso modo, demostrar el uso indebido que se hace del "populismo" como epíteto despreciativo, sobre todo en voces de importantes "intelectuales" de izquierda1 cuando al emitir sus críticas contra los gobiernos de Ecuador, Bolivia y Venezuela utilizan la etiqueta de "populista", para señalar el extractivismo que se practica en estos países que sirven para materializar la redistribución de riquezas que han cambiado el panorama de los oprimidos en estos años de transición. Pero es evidente, al menos en nuestra lectura, que esta "izquierda crítica" adopta ciertos términos (para formular sus denuncias y justificar su supuesto "pensamiento crítico" que es solo "analítico"), que de sobremanera, por descuido o por miopía; omiten sus verdaderos significados. Es una muestra más del deterioro discursivo de occidente, de la crisis cognitiva, de la colonialidad del saber que se mantiene en nuestro imaginario social y académico.

LA CRISIS RENTISTA QUE ATRAPA A LAS FUERZAS EN PUGNA

La crisis civilizatoria es concebida por varios autores (Morin, 2011; Boron, 2012; Grosfoguel, 2016), como una policrisis sistémica de un orden social en su totalidad universal. Es así como se manifiesta con expresiones diversas, que pasan por lo social, cultural, político, económico, epistémico, urbano, demográfico... hasta llegar en una de sus expresiones al rentismo.

Esta crisis del rentismo, hunde a los países del sur global en una dependencia económica que los hace exportadores de toda clase de materias primas, lo que les permite poder sustentar sus economías nacionales y financiar, en el caso de Ecuador, Bolivia y Venezuela distintos programas sociales, pero a la par, este hecho sirve para mantener a flote el Proyecto Civilizatorio Moderno/Colonial que los sitúa del lado más desfavorable de la relación. Desde este punto de vista, podemos decir que la crisis del Estado rentista es también de estas pequeñas economías relativas a un proceso mundial de acumulación de capital que las cerca y las caracteriza. Por tales motivos, las transformaciones económicas están más relacionadas a los ciclos de acumulación de capital que se dan a escala planetaria que a las medidas que se tomen desde Quito, La Paz o Caracas, como lo pretende la izquierda disidente de estos procesos.

Así podemos notar el carácter asimétrico que implica la exportación de esos rubros, donde estos países heredan más problemas que soluciones; ya que una vez procesados y convertidos en bienes de consumo, son revendidos de vuelta a precios y en cantidades desproporcionales a su producto bruto, es decir; cuyo valor de mercado sobrepasa ampliamente su valor intrínseco como materia prima en cuanto tal, lo que se traduce en una forma de extraer plusvalia, en un saqueo desmedido que acentúa las desigualdades del norte sobre el sur pero que paradójicamente contribuye a la disminución de miserias a la interna de esas naciones (Ecuador, Bolivia y Venezuela).

En el caso de Venezuela, país netamente dependiente de la renta petrolera y dirigido bajo una institucionalidad burguesa y su estado liberal, se ha dado un paso atrás en la conformación de la nueva geometría del poder debido a la intensificación de un extractivismo ahora no solo petrolero sino también minero, todo ello considerando la abismal caída de los precios del crudo y la gigantesca fuga de dólares ocurrida en plena bonanza, pero no esta demás insistir y mostrar la otra cara de la misma moneda, que conlleva a estos gobiernos a profundizar políticas de extracción para poder sostener programas sociales que sirven para saldar una deuda histórica que sumió a su población en la miseria, el atraso, la insalubridad, el analfabetismo, la delincuencia... De allí la importancia tanto de la dirigencia política y su partido como la de sus detractores para leer con claridad la coyuntura política y económica actual, tanto interna como externamente y no dejarse subsumir por el aparato de un Estado rentista que debemos mantener para seguir gobernando pero al mismo tiempo subvertir hasta transformarlo.

Este dilema de tipo económico-ambiental; conservación del ambiente vs. satisfacción de necesidades y también de tipo político; estado de gobernabilidad vs. disolución de ese estado, pone en jaque a los gobiernos de Correa, Morales y Maduro; situación que puede ser aprovechada por la derecha para retomar el poder político.

Pero entonces, las fuerzas políticas en pugna por el consenso de la comunidad política, son atrapadas por el mismo proyecto civilizatorio cuando una u otra, administrando esas riquezas; buscan imitar las concepciones de vida, los patrones de consumo y el supuesto desarrollo de los países centrales, razón por la cual la crisis del estado rentista arrastra tanto a derechas como izquierdas occidentalocéntricas, que repiten los errores al perseguir el Proyecto Civlizatorio Moderno, lo que se traduce en una cuestión particularmente cultural, política y también filosófica de entender el mundo. Siendo la crisis del rentismo también la crisis de los "Mitos" fundantes de la civilización occidental u occidentalizada.

Una pancarta: "Peor que un ejército invasor es una mente colonizada".

BIBLIOGRAFÍA CITADA Y RECOMENDADA

Boron, Atilio. (2012). América Latina en la geopolítica del imperialismo. Caracas: Premio Libertador al Pensamiento Critico. Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

Chávez, Hugo. (2012). "Golpe de Timón". Correo del Orinoco.

Dussel, Enrique. (1994). 1492: El encubrimiento del Otro: hacia el origen del "Mito de la Modernidad". La Paz: Plural Editores.

Dussel, Enrique. (2006). "Tesis 11: El pueblo. Lo popular y el populismo". En: 20 tesis de política. México: Siglo XXI editores, s,a.

Dussel, Enrique. (2007). Cinco tesis sobre el "populismo". México: UNAM-Iztapalapa

Grosfoguel, Ramón. (2007). "La descolonización de la economía política y los estudios poscoloniales: transmodernidad, pensamiento fronterizo y colonialidad global". Disponible en:http://biblioteca.clacso.edu.ar/Panama/cela/20120718102251/descolonizacion.pdf CELA, Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena

Grosfoguel, Ramón. (2007). "Descolonizando los universalismos occidentales: el pluri-versalismo transmoderno decolonial desde Aimé Césaire hasta los zapatistas". En: El giro decolonial: Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá D.C: Siglo del Hombre Editores

Grosfoguel, Ramón. (6 septiembre, 2016). "Estamos en medio de varias "crisises" civilizatorias". Entrevista disponible en: http://juliaardon.net/la-bitacora-personal/estamos-en-medio-de-varias-crisises-civilizatorias/

Monedero, Juan Carlos. [CLACSO TV]. (2014, Noviembre, 25). "Populismo y democracia por Juan Carlos Monedero (Modulo 5, Clase 1, Seminario Virtual)". [Archivo de video]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=MCMtKV0aM4k

Morin, Edgar. (2011). La Vía: Para el futuro de la humanidad. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, S.A.

OXFAM. (2016). "Informe de OXFAM: Una Economia al Servicio del 1%: Acabar con los privilegios y la concentración de poder para frenar la desigualdad extrema". 18 de enero de 2016. Disponible en http//www.oxfam.org

Quijano, Aníbal. (2007). "Colonialidad del poder y clasificación social". En: El giro decolonial: Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá D.C: Siglo del Hombre Editores

Rand, Ayn. [Editora Sextante]. (2010, Septiembre, 26). Mike Wallace entrevista Ayn Rand (1959) 1/3 [Archivo de video]. Recuperado de: goo.gl/MmraQB

Rand, Ayn. [Objetivismo]. (2010, Febrero, 12). Ayn Rand, entrevista [1 de 3] con Tom Snyder [Archivo de video]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=ectDwAdRu7M

Shiva, Vandana. (2006). Manifiesto para una Democracia de la Tierra: Justicia, sostenibilidad y paz. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, S.A.

_______________

  1. Para apreciar el inapropiado uso del término "Populismo" que hacen algunos intelectuales de izquierda, véase: "¿Quiénes son tus enemigos?" y "Acción Ecológica, 30 años de Amor por la Madre Tierra.". Disponibles en: http://bit.ly/2lCTnHi y http://bit.ly/2l8wjQ5 respectivamente.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1012 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter