El Aissami: el hombre

El imperio habló. Sentenció a Tarek, el Vicepresidente Ejecutivo. Vienen con todo. La canalla interna aplaude. Ese es su juego. Van y vienen. Buscan a Almagro. Buscan a Trump. Se arrodillan, sin piedad. Cuchichean aquí, cuchichean allí. Cuchichean acá. Cuchichean allá. Son unos artistas. Venden la Patria al mejor postor. No les duele nada. Son tránsfugas. Son traidores a la Patria. Se reúnen con gente como Toledo. El peruano. El prófugo de la justicia. Le cayó Odebrech. Posan con Almagro. Se ríen. Hasta se dejan pasar el brazo. Así andan por el mundo. Traicionando a su país. ¡Que gente, Dios mío!

Ahora le toca el turno al Aissami. Sin descuidar a Diosdado. Ni a Reverol. Los tres mosqueteros. Son los hombres fuertes. Son los radicales. Son los presidenciables. Son los chavistas, puros. Son los ángeles de Charlie. Son de cuidado. El imperio lo sabe. Reciben información. Los lacayos saben cómo enviarla. Hay dólares. Los viajes se multiplican. El lagrimeo es grande. Hay desesperación. Hay Temor. Hay miedo. Los tiempos no dan. El imperio reclama. Los lacayos brincan. Se dividen. Pero son lacayos. Discuten, pero son traidores.

El Aissami es el hombre. El hombre duro. El hombre conciencia. El hombre fiel al legado. El hombre peligroso. Diosdado, lo es también lo es. Reverol, también lo es. El Aissami, fue ministro del Interior. Sabe mucho. Golpeó a muchas mafias. Golpeó al narcotráfico. Es uno de los duros. Talvez, más duro que Diosdado. El hombre es de temer. Está en la mira del imperio. Pero Tareck tiene un muro. Un gigantesco muro que lo protege. Tiene al pueblo chavista. Tiene a un partido. Tiene al gobierno. Tiene fuerza protectora, de le viene de sus ancestro. El mismos es un hombre hecho muro. Muro de granito. Impenetrable. Inviolable. En fin, cuenta con la revolución bolivariana. Con el legado de Chávez, su padre político. Cuenta con todo, pues. O sea, hasta con Dios. Mientras tanto, el más duro, observa. Tiene con qué. Los tiene locos. Está alzado. Voló a lo alto. Se escapa. La pista le quedó corta. Aprendió la lección del padre político. No requiere muletas. Anda solo. Firme. Sólido. Lo respetan en el exterior. Tiene convocatoria. Y está que corta. Por donde meten la cabeza, por allí va el tanganazo. Pero tiene que golpear duro. Muy duro a la corrupción. Gente de la derecha y de la izquierda están en la movida. Están robando paraje. No hay diferencia. La IV tiene su V. Abultada de billetes. Da pena. Julio Escalona está escandalizado. JVR está cansado de las denuncias. Están desesperadamente apurados. Oyen cantos de sirena. Ojo. Mucho ojo.



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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