Mosca CLAP

La Contraloría Social debe dejar de ser tan solo una aspiración de nuestro pueblo para convertirse en un hecho real, cotidiano, de pleno ejercicio de ciudadanía activa. No debe restringirse a una mera llamada o al envío de un correo electrónico sino que, incluso, el funcionariado público debiera esmerarse en la búsqueda de las denuncias del pueblo, tal como insistía nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez a sus ministros y ministras, exhortándolos a dejar las oficinas e ir a las comunidades a darles la cara al pueblo, a escuchar y aprender de sus vivencias, tal cual les exhortaba luego de cambiar el nombre a los ministerios por el de ministerios del Poder Popular, y ordenaba como metodología de trabajo en 2007, a su equipo ministerial, que «todo el Gabinete deberá utilizar los días lunes, martes y miércoles para realizar labores de despacho, mientras que jueves, viernes, sábado y domingo, deberán estar en la calle aplicando un plan de trabajo». La Democracia Bolivariana, debe trascender la representatividad y nuestros servidores públicos convertirse en verdaderos voceros y voceras de la opinión popular. Cuánto falta para que la Democracia Participativa y Protagónica sea una realidad, un hecho tangible que nos indique que hemos dejado atrás en nuestra historia esa vieja representatividad, característica de la cuarta república, en que la vieja élite política decidía a su antojo y conveniencia lo que era bueno o malo para el pueblo venezolano. Con mucha razón, nuestro Comandante Chávez sentenciaba en octubre, después de la gran victoria de 2012, contra los enemigos de la Patria que «sin participación popular, cualquier modelo democrático es falso». Cuántos vicios nos dejó esa forma de hacer política, de ejercer la democracia. La corrupción, fue uno de los vicios más característicos de la vieja política que, incluso, ha trascendido a la nueva República devenida en República Bolivariana de Venezuela, la Quinta República. Vicios, que de no corregirse y atacarse con mucha energía, se tragarán lo nuevo; lo que aspira emerger, como respuesta a lo malo que se enquistó en el corazón de la Patria y amenazaba destruirla, someterla a dictámenes imperiales, como evidencia toda la historia previa a 1999.

La construcción del hombre, la mujer nueva, en palabras del Che, es un proceso que no acaba nunca. Es como darles vueltas a un tornillo sin fondo en que la educación y la cultura juegan papeles relevantes. Ya sentenciaba el Padre Libertador, Simón Bolívar: «Las naciones marchan hacia el término de su grandeza con el mismo paso con que camina la educación», ideas que sembraron en el corazón de nuestro Comandante Infinito Hugo Chávez, la importancia que tiene la educación en la construcción del hombre, la mujer nueva: «La batalla del conocimiento, la batalla de la conciencia, la batalla de las ideas, debemos arreciarla; eso es fundamental para la liberación, la integración, la unión verdadera de nuestros pueblos; para la salvación del mundo, incluso un deber» (Chávez ,2005).

Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, nacidos al calor de la emergencia a la que ha sometido nuestro pueblo el imperialismo de los EEUU, al ordenarles a sus agentes de Fedecámaras y la MUD, boicotear la economía nacional mediante mecanismos tan crueles como lo son: el desabastecimiento, la inflación, el bachaquerismo, el contrabando de alimentos y demás bienes esenciales para la vida digna. Se orientan a atender a los sectores más desprotegidos de nuestro pueblo, valga decir, aquel segmento de nuestra población que, en base a sus ingresos, se les imposibilita acceder a los precios inflados por la burguesía comercial y sus agentes del bachaqueo, con un solo objetivo netamente político: propiciar descontento popular en los sectores afectos a la Revolución Bolivariana. Los CLAP, se han constituido en la fórmula perfecta para acabar con el bachaquerismo, permitiendo a nuestro pueblo acceder a los alimentos protegidos o regulados (56 en total que constituyen la llamada Canasta Básica), por ende, subsidiados por el Gobierno del Presidente Maduro. Ese conjunto de alimentos, como el arroz, la leche, la caraota, el aceite comestible, la pasta, el azúcar, el pollo, la carne y la harina de maíz, han pasado a constituir la base de la alimentación del venezolano de ingresos bajos o medianos y, a los cuales, el Gobierno del Presidente Maduro ha ideado las bolsas CLAP para que esa fuente de nutrición les llegue a sus precios justos. Una bolsa CLAP, como la elaborada para la población de Caracas, por colocar un ejemplo, contiene 4 kilos de harina de maíz, 2 kilos de arroz, 2 kilos de caraota, 2 kilos de leche en polvo, 2 kilos de azúcar, 2 kilos de pasta o espaguetis y 2 litros de aceite comestible, por el módico precio de Bs 4.800,00. Sobre esa base de alimentos más el pollo o la carne que se les expende por fuera de la bolsa pero a precios justos, cada quince días, la Revolución Bolivariana procura la atención de aquellos sectores de nuestra sociedad que más sufren las carencias derivadas de las acciones de saboteo que sobre nuestra economía ha encarado el imperialismo de los EEUU, a través de sus agentes de la MUD, Consecomercio y Fedecámaras, procurando rendir a sus dictámenes a nuestro pueblo con el hambre. Tal cual intentaron hacer, después de fracasado el golpe de Estado de abril de 2002, como contaba nuestro Comandante Chávez: «Estaban tratando de rendirnos por hambre» (…) «En ese tiempo, nosotros ni una bodeguita pues» (…) «Ustedes recordarán que la burguesía era dueña y monopolizaba todo el proceso de beneficio, pararon las plantas de harina de maíz precocida». Fue de aquellas batallas que nacieron las Misiones Sociales. Nació Mercal y un año después, el Ministerio de Alimentación. Pero, la tarea no se completó en los años subsiguientes y todo el sistema de distribución de alimentos, y demás bienes esenciales, en más del 90 por ciento continuó bajo control de la burguesía comercial; siendo allí, que desde 2013 se afincaron para darle vida al boicot comercial y, en general, de toda la economía que impusieron en procura de generar descontento popular y desconexión popular con su proyecto histórico reivindicador: la Revolución Bolivariana.

Los CLAP, han sido declarados como objetivo de guerra por los líderes negativos de la oposiMUD. Mientras el boquicloaca del Ramos Allup, los acusaba de todos los males que padece nuestro pueblo en uno de sus tuiter lanzado el 10 de junio de 2016: «La implementación de los CLAP ha producido inmediatamente consecuencia de más escasez, más protestas y bachaqueo con precios más elevados»; acusándolos, incluso, de «robarse la comida del pueblo» como lo hiciera en otro tuiter de fecha 03 de junio 2016. No menos agresivo ha sido, el otrora gobernador ausente de Miranda, Capriles Radonski, quien en uno de sus tuiter del 10 de junio de 2016, acusaba a los CLAP de ser: «…la nueva estafa y corrupción del Madurismo». La punta de lanza de la guerra alimentaria, no podía dejar de expresar su descontento con una medida que, sin duda, procura minimizar los efectos de su política de guerra, como lo es Consecomercio, quien tampoco podía dejar de manifestarse en contra de los CLAP y mediante comunicado hecho público el 06 de julio 2016, manifestó la Cámara de Comercio que «Los afiliados y del sector terciario rechazamos formalmente la pretensión gubernamental de centralizar la distribución de los pocos alimentos que se pueden producir», presentando en dicho comunicado una imagen de gobierno incapaz por no tener la logística, ni la organización para administrar la casi totalidad de la oferta de alimentos regulados, lo que los lleva a concluir que: «Esta canalización no impedirá que el sistema termine convirtiéndose en un empeoramiento de la escasez, y en un afianzamiento de la corrupción». Sorprendente la unicidad en el discurso opositor. En la misma línea, desde los supuestos «chavistas críticos», cada vez más críticos con el Gobierno del camarada Maduro y cada vez menos críticos del imperialismo y la derecha fascista de la oposiMUD, no podían faltar los cuestionamientos a los CLAP y allí saltó su talanquera para cuestionarlos, el N. Evans quien en algunos artículos disparados desde Aporrea, y entrevistas que masivamente los medios de la burguesía difundieron a nivel nacional e internacional. Destacamos un señalamiento que hiciera notitotal.com, en fecha 09 de junio 2016, hasta las fechas son coincidentes. Señala notitotal.com, en su reseña de un artículo que le reprodujera a esta especie de «nuevo niño mimado» de la derecha imperialista, titulando a letras grandes y notorias: «CLAP ponen a pelear a pueblo contra pueblo por una bolsa». ¿Se habrán reunidos para trazar la línea de campaña contra los CLAP?

Muy distinta, la postura de un Toby Valderrama, quien desde la crítica revolucionaria constructiva en artículo sobre el tema, difundido por Aporrea el pasado 22 de septiembre, advertía y proponía que «Los CLAP deben formar un tejido social de formación política, de discusión de los grandes problemas de la Revolución, fundirse con los organismos encargados de la formación ideológica, si estos organismos fueron disueltos deben reeditarse, vigorizarse». Sin duda, críticas que compartimos pues los CLAP, no deben ser solo mecanismos para distribuir alimentos, cual bodegueros de vieja data. Los CLAP, deben ser expresión orgánica del Poder Popular, organizado para satisfacer la necesidad más urgente de todo ser humano: su alimentación. El Ministerio del Poder Popular para la Alimentación, debe actuar subordinado a sus directrices, para que sea realidad esa orden presidencial emanada del camarada Presidente Maduro: «Todo el poder a los CLAP».

Y como poder organizado, trascender la entrega de una bolsa para asumirse como Poder Popular. Que esa revista, que ordenara el Presidente Maduro se reprodujera, llegue con su mensaje en cada bolsa de comida al pueblo beneficiado hecho que no está ocurriendo en la actualidad, para que, en cada familia, se pueda leer y comentar. Pero, deben trascender en lo organizativo hasta constituirse en una especie de Parlamento CLAP, en que el ciudadano ministro o ministra, jefe o jefa CLAP, pueda reunirse en las regiones una vez al mes y evaluar las políticas que, en materia alimentaria, impulsa el Gobierno Revolucionario en beneficio de nuestro pueblo. Que sea a ese Parlamento CLAP, donde el ministro o ministra de alimentación rinda cuentas de sus actuaciones en procura de garantizar el mandato constitucional de Plena Soberanía Alimentaria. Y, por supuesto, como propone el Toby, convertir los CLAP en una escuela de hacer Revolución haciendo. Trabajando en la búsqueda de la máxima felicidad de nuestro pueblo. Si V. Ilich Lenin, sentenciaba en 1920, en el VIII Congreso de Todos los Soviets: «Socialismo es soviets más electricidad». Bien podríamos utilizar como analogía, en estos tiempos de Revolución Bolivariana post Chávez, que: «Socialismo es CLAP más alimentos»…

Caracas, 03-10-2016

 

 



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Henry Escalante


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