Arco Minero: la oportunidad de oro

"…Revolución es luchar con audacia,

inteligencia y realismo…"

(Fidel Castro, 1 de mayo del 2000).

Es ahora, o quien sabe cuándo.

En un mundo en el cual la revolución biotecnológica, y el desarrollo acelerado de las nuevas energías renovables limpias, amenazan con desmontar los modos de la civilización de la energía fósil, y los avances en nanotecnología dan cuenta del uso de nuevos elementos que desplazarán a muchos materiales que hoy pueden ser fabricados a partir de la utilización de diversos minerales, se requiere de mucha audacia, inteligencia y realismo para aprovechar lo que hoy tenemos, creando las condiciones de desarrollo integral que eviten ser arrasados por tales procesos, o ser convertidos en nuevos esclavos del mundo tecnológico.

De allí que las palabras de Fidel Castro, pronunciadas hace ya dieciséis años, nos vienen muy oportunas, a propósito del debate sobre el proyecto "Arco Minero del Orinoco". Sólo desde la perspectiva de la audacia, —la misma que mostró Hugo Chávez para vender el proyecto Magna Reserva Petrolera a todo el mundo—, para atreverse a formular y tener la voluntad política de impulsar en la práctica un proyecto tan ambicioso como este, se podrá valorar la trascendencia de este paso.

Desde un esfuerzo supremo de inteligencia para comprender que la sociedad actual experimenta cambios impresionantes que restan utilidad a lo que parecía eterno e imprescindible para el funcionamiento de la vida social, se logra entender que tenemos poco tiempo para construir los cambios necesarios que nos permitan sobrevivir como nación. Y desde luego, sólo con una alta dosis de realismo, de observación de la realidad tal cual ella se nos presenta, y no el dibujo puro de la ideología a veces nebulosa, llegamos a la conclusión de que tales cambios se darán independientemente de nuestra voluntad, y que de nada sirven el voluntarismo ni la estridencia conceptual, pues de todos modos no podremos evitarlos, no tendremos posibilidad real de hacerlo.

El proyecto "Arco Minero del Orinoco" es, pues, un proyecto formulado con audacia, inteligencia y realismo. Tal vez sea hoy, el más importante proyecto de certificación y aprovechamiento de recursos naturales en todo el planeta, de tal forma que su anuncio ya está impactando los mercados de minerales y los financieros vinculados a los llamados commodities.

Para la nación venezolana, y esto pudiera sonar apocalíptico es, si no la última una de las pocas oportunidades que nos quedan en el complejo juego geopolítico y geoeconómico global, para producir el salto económico-social en la dimensión requerida para retomar la vía del crecimiento económico sostenido durante al menos tres décadas (a tasa del 7% interanual del PIB), única posibilidad de garantizar prosperidad y bienestar real a la población.

Porque la pregunta que debemos hacernos es, ¿Qué vamos a esperar para aprovechar como Estado-Nación tal riqueza potencial que algunos particulares

—incluidos ilustres nacionales— han usufructuado sin que las mayorías se hayan beneficiado? ¿Cuándo vamos a entender que si empresas extranjeras en el pasado, gracias al régimen de concesiones y derechos mineros prevaleciente en la IV República, hicieron negocios financieros de manera impune con estos yacimientos, el Estado puede hacerlo hoy, sin arriesgar su propiedad y sin comprometer la soberanía. Por qué si lo hicieron ellos no podemos hacerlo como Estado-Nación? No existen razones económicas que puedan sustentar lo contrario.

El valor del Arco Minero

El valor monetario potencial implícito en el "Arco Minero" ronda los cinco trillones de dólares, no existe en el globo un proyecto con un valor de tal magnitud. Pero el realismo está en que para convertirlo en valor monetario real, hay que certificarlo en reservas, extraerlas y procesarlas industrialmente, y para esto se requieren inversiones en dólares y tecnologías que no tenemos. Los yacimientos naturales no tienen valor comercial real por sí mismos y ninguna empresa o Banco otorga recursos financieros por minerales en el subsuelo, a menos que se vendan los yacimientos que no es nuestro caso. De modo que son imprescindibles las asociaciones estratégicas planteadas para convertir en un hecho real tangible la riqueza allí depositada.

El acto de audacia estriba en obtener recursos, tal como hizo el Comandante Hugo Chávez con la Faja Petrolífera del Orinoco, a partir de las certificaciones de reservas y en calidad de aportes económicos anticipados por el solo derecho a participar en el más grande y ambicioso proyecto minero del siglo XXI. Y esto es lo que pretende el Gobierno Bolivariano que encabeza el presidente, Nicolás Maduro.

Con mucho realismo debemos plantear las operaciones financieras a gran escala, emisión de bonos, certificados, acciones, etc. A partir de la participación de las empresas mixtas que se creen en las bolsas de todo el mundo. Trabajando simultáneamente en la creación de la bolsa Latinoamericana de minerales y metales, para ser capaces de fijar precios internacionales como lo hace London Metal Exchange. Ahora, esto hay que atreverse a hacerlo sin el complejo de que por ello nos convertiremos en neoliberales, porque que yo sepa, no existe en el mundo actual un sistema financiero socialista en el cual se desarrolle un juego distinto al de Wall Street.

Cómo invertir los recursos económicos

Un tema relevante en toda esta propuesta lo constituye el tiempo y el uso de los recursos económicos a obtener. Visto que el petróleo o mejor dicho, el ingreso rentístico petrolero ya no es suficiente para sostener la dinámica económica del país, se nos plantea la interrogante, en qué tiempo serán importantes los ingresos por el "Arco Minero", y en qué se van a invertir.

Acerca del tiempo —y esto puede generar algo de calma a los espíritus más inquietos— puedo decir que no serán en el corto plazo los resultados mayores; Los desarrollos industriales en minería, requieren como mínimo cinco años para alcanzar su curva favorable de retorno y rentabilidad. Sin embargo, si comenzamos con el aprovechamiento de las arenas o colas auríferas (unas 400 toneladas aproximadamente) y avanzamos en las áreas ya certificadas (Brisas-Cristinas, entre otras) con un valor certificado cercano a los 200 mil millones de dólares, podrán obtenerse beneficios importantes. A esto debemos sumar los proyectos de minerales no metálicos, algunos de ellos bien avanzados, esperando por el aumento de las capacidades productivas con incorporación de nuevas tecnologías. En el caso del proyecto de relave, nos permitirá sanear y reforestar las zonas destruidas y contaminadas de mercurio por la explotación desordenada y voraz.

En lo relativo a la inversión de los ingresos que vayan generándose desde el "Arco Minero", estimo importante invertirlo con criterios de escasez y visión reproductiva, garantizando además condiciones para el bienestar futuro. En esto debemos ser muy celosos. Algunos quienes se oponen de buena fe a este proyecto, lo hacen por el temor de que los ingresos a obtener se pierdan o malgasten. De allí la expresión de que si sólo nos consumimos tales ingresos, luego de que se agoten los minerales qué va a pasar, de qué viviremos y de qué vivirán las nuevas generaciones.

De allí que al estar en pleno apogeo los desarrollos industriales, una parte de los recursos deban ir a un fondo económico de ahorro transgeneracional que asegure el futuro, contra el cual puedan emitirse certificados a las familias venezolanas. Otra parte, orientada a las nuevas inversiones industriales en el mismo sector minero y áreas manufactureras encadenadas a la industrialización minera con miras a las exportaciones hacia el mercado mundial. Un porcentaje importante, hacia la inversión social integral vinculada a lo productivo y a la satisfacción de las necesidades fundamentales de la población asentada en el territorio del "Arco Minero". Y desde luego, un fondo de ahorro e inversión para la mitigación y reparación del daño ambiental ya causado, o que pueda generarse con los nuevos emprendimientos. Esta distribución económica bien pudiera establecerse en algún instrumento jurídico, que brinde la seguridad de que los recursos serán bien invertidos y no dilapidados como maliciosamente aseguran los críticos interesados de este proyecto. Algo de esto ya ha sido asomado por el camarada presidente, Nicolás Maduro.

Como vemos, pudiera ser una mesa de inversión con sus cuatro patas: inversión industrial minera y manufacturera asociada; inversión social productiva; inversión ambiental reparadora y preventiva, e inversión aseguradora del futuro nacional. Creo que en esto pudiera generarse un consenso nacional, y ser materia del diálogo propuesto.

Pagar el precio justo del oro

Muestra de que el plan operativo del "Arco Minero" ha arrancado con fuerza y con sentido de justicia económica fue el anuncio del presidente Maduro de que en lo sucesivo deba pagarse a los pequeños mineros que arrimen su producción al Banco Central y a las plantas procesadoras el precio de mercado real internacional de la onza troy de oro en su equivalente en bolívares. Esto se convierte en un poderoso estímulo, que además permite alcanzar varios objetivos:

  1. Evita la fuga y el contrabando del oro hacia el exterior, porque legaliza el mercado real.
  2. Permite al BCV comprar mayores cantidades del mineral para aumentar sus reservas en divisas, con lo cual se fomenta un círculo virtuoso en momentos de caída del ingreso de divisas petroleras.
  3. Estimula la producción, impactando sobre las condiciones de beneficio económico-social de más de 50.000 pequeños y medianos mineros, cooperativas y otras formas asociativas.

El próximo paso debería ser la construcción de la refinería de oro, en asociación con alguna de las empresas reconocidas en todo el mundo, a objeto de garantizar la inversión y su exitosa operatividad. Esta podría refinar, con los parámetros de ley reconocidos en el mundo minero, el oro de Perú, Ecuador y otras naciones latinoamericanas en el marco del proyecto de la bolsa de minerales y metales suramericana.

Debate realista, no para satanizar y mentir

Nunca ha sido fácil para los países dependientes y subdesarrollados relacionarse con las corporaciones transnacionales. Ellas, con el monopolio de la tecnología, las patentes y teniendo detrás o asociadas al capital financiero dominan el mundo casi a su antojo. Tienen además el tinglado jurídico, de un derecho internacional hecho a la medida de los poderosos. Esto no creo que lo discuta ningún cerebro medianamente sensato.

El problema para nosotros es que ese es el mundo que tenemos y en que vivimos, con el tenemos que lidiar, enfrentados con antagonismos, pero teniendo que negociar, avanzando a veces, retrocediendo en algunos casos, para volver a avanzar.

De allí que no tenga mucho sentido satanizar estridentemente a ciertas empresas cuando de antemano conocemos su naturaleza. El asunto está en que, en las relaciones con ellas, preservemos nuestras decisiones soberanas y protejamos los intereses nacionales buscando siempre, en la puja, ganar lo más que podamos. Tampoco sirve de mucho, sólo como tributo a una ideología izquierdista desfasada, utilizar medias verdades, para descalificar una relación económica en la cual como nunca antes, el Estado venezolano preserva los intereses económicos del país.

Es el caso de la empresa Gold Reserve, con la cual el Estado ha acordado crear una empresa mixta con una relación accionaria 55-45 a favor de Estado.

En las críticas que el intelectual Edgardo Lander hace al proyecto "Arco Minero", y al acuerdo con dicha empresa, desliza juicios que a simple vista y fuera de su contexto real parecen verdades irrefutables, pero que al analizarlas en profundidad pierden su ropaje de pretendidas verdades.

Dice Edgardo Lander:

"…La República Bolivariana de Venezuela acuerda pagar la totalidad de la indemnización que de acuerdo al laudo arbitral solicitado por la empresa al CIADI más los intereses acumulados hasta el 24 de febrero de este año por un total de $769.681.823…" (http://www.aporrea.org/...16/08/2016).

Más adelante agrega:

"…La Gold Reserve ha acordado una suspensión temporal de la exigencia legal de la aplicación de la indemnización del laudo arbitral hasta que el pago final de esta indemnización sea hecha por Venezuela…"

No dice Lander que el laudo arbitral fue solicitado por esta empresa, invocando el derecho internacional, el mismo que nosotros invocamos para oponernos a la intervención del gobierno de Barack Obama y de la OEA del señor Almagro, en virtud de las actuaciones del Ministerio de Ambiente en época de la ex - ministra Ana Elisa Osorio, al considerar que se le había causado un perjuicio económico al desconocerle el derecho que el propio Estado le había otorgado. Sencillamente la empresa ganó a la República su demanda ante el CIADI. Y allí ocurre que, o la República paga o es embargada en parte de sus activos.

Obviamente, la propuesta de asociación con la empresa evita la ejecución de la sentencia, lo cual no significa que la empresa renuncia al derecho a ser indemnizada por el perjuicio sufrido. También en el CIADI, recientemente PDVSA ha ganado una demanda. Pero ocurre que en una cierta concepción izquierdista, este ejercicio del derecho internacional (¡sí de los poderosos!) vale y se acepta cuando nos favorece, y no debe acatarse cuando nos perjudica.

Pero más curioso es que Edgardo Lander hace afirmaciones muy temerarias que sorprenden. En efecto afirma:

"…Venezuela va a utilizar el producto de toda financiación que se cierre después de la ejecución de este acuerdo para pagar a Gold Reserve las cantidades adeudadas en virtud de este acuerdo…"

Esta afirmación es falsa, como ya veremos. Pero en un acto de manipulación sirve de base al siguiente juicio político hecho más adelante en el mismo artículo. Leamos:

"…En las condiciones de profunda crisis que vive el país, donde no hay suficientes divisas para garantizar la importación de los alimentos y medicamentos básicos que requiere la población, el gobierno se compromete a entregar a la Gold Reserve, a corto plazo, más de mil millones de dólares…"

Claro, al leer y concatenar los dos párrafos, la conclusión obvia es que el gobierno bolivariano de Nicolás Maduro es un entreguista porque va a conseguir dinero a cambio del oro para dárselo todo a una transnacional, que no fue que nos ganó un laudo por errores de funcionarios extremistas con nociones socialistas de la guerra fría, sino que simplemente le estamos regalando las divisas. Luego, Maduro prefiere entregarle estas divisas a Gold Reserve, en vez de comprar alimentos y medicinas para la población, según se desprende de lo afirmado por Lander.

Así, los argumentos devienen en una horrenda mentira. Los recursos que se buscan de manera conjunta y por los cuales se tendrá que pagar intereses para adelantar el proyecto Brisas-Cristinas, ascienden a cerca de 10 mil millones de dólares para ser utilizados en la inversión industrial, que no le serán entregados como dice Lander a la empresa Gold Reserve. De tal manera que no es verdad que dejaremos de importar alimentos y medicinas para el pueblo por pagarle a una socia transnacional, y seguro que del total que ingrese por operaciones financieras con base en los minerales, el presidente Maduro destinará un porcentaje para cubrir las importaciones requeridas por el país, en este momento de caída brusca de la renta petrolera.

A Edgardo Lander y a otros intelectuales es prudente recordarle aquello que dijera Paul Baran en el sentido de que "…una de las condiciones del intelectual es su deseo de decir la verdad, junto a su valentía y disposición a continuar la investigación racional hasta donde quiera que ella conduzca, y acometer la crítica despiadada de todo lo existente, despiadada en el sentido de que no ha de echarse atrás ni por asustarse de sus propias conclusiones ni por conflictos con cualquier poder que sea. Porque un intelectual es de tal modo, en esencia, un crítico social, una persona cuya preocupación es identificar, analizar y por esa vía, contribuir a superar los obstáculos que se oponen a un orden social mejor, más humano y más racional…" (Baran, Paul: Excedente Económico e irracionalidad Capitalista. Editorial ediciones Pasado y Presente. 6ta edición. 1980).

Hay que criticar, hay que debatir, pero hay que hacerlo con la verdad, sin manipular los conceptos, sin inventar la realidad sino interpretando racionalmente la que realmente existe, sin prejuicios ideológicos, cada quien desde su identidad ideológica claro está, pero sin pretender sustituir la realidad por las elucubraciones personalistas.

15 de septiembre de 2016.



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Rodolfo Sanz

Secretario General de Gobierno del Estado Bolivariano de Miranda. Miembro de la dirección nacional del PSUV.

 fcbm29@gmail.com      @RodolfoSanzPsuv

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