Las cacerolas y otras señales que los aduladores no dejan ver

El gobierno padece una enfermedad grave, la peste de la adulación. Si observamos algunos incidentes en los últimos tiempos podremos establecer algunos síntomas. Veamos.

El 6 de diciembre fue una "derrota circunstancial", "la pobreza ha disminuido", el Arco Minero en manos de los capitalistas "es socialismo", el 1de septiembre "derrotamos un golpe", "tuvimos un millón" en la Avenida Bolívar y ellos treinta mil, los clap van bien, la colas disminuyen. Lo malo que pase es culpa de la "guerra económica", o de la oposición. Las encuestas van mal, pero de eso ni se habla.

Las anteriores son algunas de las dramáticas señales que ignora el gobierno. ¿Dónde está el origen de este comportamiento? El gobierno está rodeado de lamedores, los alacranes mutaron a mensajeros de la ficción, ya no pican, sólo jalan. De esta manera, al gobierno le llega la realidad filtrada; los lamedores han creado una atmósfera alrededor del gobierno donde sólo entra lo bueno; criticar, dudar, preguntar es anatema, nadie se atreve so pena de ser arrinconado: "todo va bien", "la culpa es de la oposición", "eso es mentira" son las frases permitidas.

¿Todos duermen tranquilos? Sólo los afectados por esta peste que viven en el espejismo pueden hacerlo, los otros, los más sensatos, viven una gran tragedia: saber que vamos mal y no poder decirlo. Todos dejan que la nave se hunda.

Los apestados han tomado posiciones claves en el gobierno, no hay espacio para la mínima disidencia, todo se transformó en una sinfonía de adulación, los programas de televisión nuestros dan pena, se les ve por encimita el cuidado de no salirse del instructivo virtual, de no decir algo que hiera una piel sensible.

El PSUV, que debía tener un papel de crítico, está también tomado por la peste, se ve reducido a caja de resonancia de las tesis de los aduladores y a la de peleador callejero con algunos de la mud; así se distraen y dan apariencia de lucha.

Pero la realidad es testaruda, insiste en aparecer, en romper el cerco de los lamedores. Si se analiza la situación, no como una foto o un hecho aislado, sino como una tendencia, un movimiento, un rumbo, más allá de la anécdota, de los videos que muestran que ahora las cacerolas son a favor, encontraremos sin duda que el gobierno pierde soporte, que el amor que nos dejó Chávez se va diluyendo en medio de tanta falsedad.

¿Qué hacer?

Es poco lo que los debilitados revolucionarios pueden hacer, la situación es sui géneris, excepcional: una base chavista dura y una dirección pávida, timorata que la dejó sola; un Comandante asesinado y su legado falsificado. La masa, en estas circunstancias, espera estupefacta la señal para el camino de la recuperación de aquel mundo que se construía desde alma y no desde la mercancía. Si esta señal no llega irán por otros rumbos.

No tenemos esperanzas en la rectificación tantas veces pedida al costo de absurdos calificativos. Lo que se impone, la tarea de hoy es la conexión de la masa arisca con su dirigencia revolucionaria, y eso sólo se consigue con un corrientazo, un latigazo que asombre, un 4 de Febrero desde adentro del Chavismo, que permita restablecer la conexión y la consolidación de la fuerza, de la recuperación del Chavismo, de la Revolución.

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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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