El populismo, Crisis del modelo populista y los problemas del desarrollo en Venezuela

Hay populismo de derecha y populismo de izquierda, ambos coincide en el uso del Estado para satisfacer las necesidades sociales de un país, de educación, salud, alimentación, vivienda, infraestructura, etc., de manera pues que el populismo como política pública es redistributiva de la renta nacional, del ingreso del cual dispone un país para colocarlo al servicio del pueblo mediante el gasto público en necesidades públicas desde este punto de vista se hace atractivo a las clases populares, a las clases sociales oprimidas por el capitalismo, de allí que el populismo se constituya en una visión política de la sociedad como defensor del "pueblo" en nombre del Estado democrático representativo e intervencionista.

El populismo es en si como concepción política y económica de la sociedad pretende ganarse la simpatía electoral, los votos, ejercer la hegemonía social mediante la seguridad y protección social, es decir mediante el paternalismo para preservar los intereses políticos y económicos de las elites en el poder. Su objetivo es mantener el poder, el status quo, por eso, bajo una democracia representativa y liberal, el populismo no va más allá, en trastornar las relaciones sociales de poder, su objetivo primordial no es transformar profundamente las estructuras y relaciones sociales, económicas y políticas, de allí que el populismo de derecha coincida de la socialdemocracia de izquierda, mejor dicho ellos, coinciden en la idea de un Estado de bienestar sin cambiar las relaciones sociales de explotación del hombre por el hombre.

De manera pues; en Venezuela el Populismo nace con el Estado interventor, con el capitalismo monopolista de Estado, apoyado primero en visión de la economía rentista, luego en la visión keynesiana, respecto del uso de la renta, como dice Pedro Rodríguez Rojas: "En Venezuela hemos tenido dos visiones enfrentadas sobre el petróleo, una visión capitalista, como la manifiesta Arturo Uslar Prieti, que considera al petróleo como un capital, nuestro capital que se está agotando y que es necesario reinvertir exclusivamente en actividades productivas y que el gasto público debe cubrirse con los impuestos que se le cobra a la clase dominante. Por el contrario existe la visión populista que nos señala que el petróleo antes que todo debe servir para saciar las necesidades del pueblo venezolano: alimentación, educación, salud. Sin embargo; ambas visiones han funcionado en Venezuela" (1).

El fracaso del modelo del populismo en Venezuela durante todo el siglo XX, responde al despilfarro de la renta petrolera, en el uso de la renta de manera improductiva, no se invirtió en actividades productivas, en un parque industrial autónomo, endógeno, independientemente de los vaivenes del mercado internacional, de las fluctuaciones de los precios del petróleo, libre de los sacudones de la deuda externa, fruto además de aparatos productivos dependientes, de aparatos productivos sustitutivos de importaciones devoradores de divisas, consumidores de materias primas procesadas, equipos industriales y maquinarias importadas capaces de afectar la balanza de pago y el comercio interno de allí la fragilidad y la reproducción de la neo dependencia, consecuencias que hoy pagamos los venezolanos, a más de un siglo, el populismo no maduró inversiones productivas solidas en el proceso de industrialización sustitutiva de importación, no consolidó un aparato industrial endógeno, soberano financieramente y libre tecnológicamente.

Sobre quienes deben hacer uso de la renta petrolera ya hay toda una discusión en torno a ello, que clase social deben disponer la renta, ayer fueron de acuerdo Rodríguez, "Siguiendo los trabajos de Asdrúbal Baptista y Bernard Mommer (1987), evidenciamos como desde 1917 —años de las primeras exportaciones de petróleo— se escenificó una controversia entre el historiador, pero también hombre ligado a las finanzas y a la propiedad territorial, Vicente Lecuna y el recién nombrado Ministro de Fomento, Gumersindo Torres, ambos veían con buenos ojos los nuevos ingresos, pero mientras que el primero lucha por la participación de los terratenientes en la distribución de la renta, es decir la privatización de los ingresos petroleros por los propietarios del suelo, el segundo abogó por la propiedad absoluta del Estado nacional. Esta última tesis, que al final triunfó, se basaba en principios jurídicos prevalecientes desde la colonia y rectificados desde 1829 por Bolívar en la era republicana: el Estado es el único propietario de los bienes del subsuelo" (2). Hoy esa lucha en el siglo XXI, la libran, los propietarios representados por la clase social de la burguesía y la clase trabajadora.

A la pregunta, ¿Qué relación tiene la renta petrolera con el modelo de desarrollo en el siglo XX, cuál clase debe hegemonizar la renta petrolera, que destino debe tener? "….Bajo una visión capitalista Uslar Pietri legitimó el uso productivo de la renta petrolera a través del gasto en inversiones y no el gasto corriente. Por ser el petróleo capital natural no renovable su único destino es la actividad productiva no petrolera, fomentando la participación privada" (3). Para Uslar Pietri, la renta debería estar orientado solo a la inversión productiva ("sembrar el petróleo") es decir en actividades económicas productivas no petroleras, en empresas productoras de bienes materiales. Pero la sociedad requería condiciones para el desarrollo, inversiones en infraestructuras, mano de obra calificada, salud para población de allí que el capitalismo necesitara hacer "inversiones improductivas", gasto social para crear las bases materiales para el desarrollo capitalista.

Por eso; "Con el golpe de Estado de 1945 y la llegada al poder de Acción Democrática, la visión capitalista sin desaparecer da paso a una visión de corte populista—paternalista y proteccionista—. Según el nuevo gobierno no podía dársele un destino productivo al ingreso petrolero si antes no se le garantizaba los mínimos niveles de vida a la población; en salud, alimentación, vivienda educación, empleo y salario. El gasto social era prioritario y en el fondo la única forma de asegurar a posteriori la eficiencia del gasto en inversión" (4). Esta visión política se sostuvo hasta el último periodo en el poder de la IV República, (1958-1999) durante el capitalismo monopolista del Estado bajo corte keynesiano se expandía el estado y el gasto público para mejorar las condiciones sociales de vida las cuales el capitalismo no invertiría dinero alguno, esas eran tareas propias del Estado.

Con el neoliberalismo en los años 80 y 90 del siglo XX, se declara al populismo enemigo del capitalismo neoliberal, el estado-nación, el gasto público, el gasto social, para el estado neoliberal, ahora es mal visto, el populismo es despilfarrador, paternalista, proteccionista, cultura que estimula la holgazanería, el parasitismo, la dependencia, relaja el espíritu laboral, la cultura del facilismo, del "todo regalado", del "ta’barato dame dos", entre otras actitudes contraria al desarrollo social. El estado burgués cuarto republicano responsable de las políticas populistas, se enmarcaban dentro de una estructura administrativa altamente burocrática, ineficiente, o con nula planificación, condicionado por el bipartidismo clientelar (Adecos y copeyanos, ahora un Nuevo Tiempo y Justicia Para Todos, además Voluntad Popular) los cuales se servían oportunistamente del Poder.

Finalmente; la expansión del gasto público, la inflación y el endeudamiento, condujo hacia la estanflación llevó al Estado a proscribir el Populismo, a condenarlo, a sacarlo del imaginario popular, aplicar un programa neoliberal capaz de obligar a la población a renunciar a la soberanía sobre el petróleo, a la propiedad absoluta del Estado, a incentivar la apertura petrolera, a fomentar la participación privada directa y extranjera en el negocio petrolero, a renunciar la sociedad al gasto social, promocionando un modelo privado. Pues Bien; ¿Qué paso con el modelo privado populista, con el capitalismo populista rentista, acaso sembró productivamente un aparato industrial sólido, independiente, soberano, o bien hizo posible la existencia de una clase social productiva, una clase burguesa innovadora con iniciativa empresarial capaz de asumir el desarrollo capitalista como así ocurrió en Inglaterra y los Estados Unidos?.

La respuesta está en que el capitalismo monopolista de Estado colapsó en los años 70 y 80 primero con el populismo y luego con el neoliberalismo entre los 80 y 90 del siglo XX, como resultado de la crisis de los modelo políticos dominantes, "…el modelo seguido y aplicado. La Administración del Presidente Chávez llega al poder en Venezuela producto del descontento, del rechazo popular rotundo a 40 años de malos gobiernos, de corruptos gobiernos, de hombres inmorales. Esos 40 años significaron un saqueo de los ingentes recursos naturales del país amparados en prácticas despreciables como el populismo, el nepotismo, la demagogia, la corrupción, insanía administrativa, desorden, derroche, improvisación y anarquía" (5) afirma Francisco Soler. El desarrollismo, el modelo de sustitución de importación quiebra con el populismo, el paternalismo del capitalismo, el proteccionismo empresarial de la burguesía nacional y el parasitismo rentista, mueren con el Estado rentista capitalista del siglo XX.

Fuentes consultada:

1.- Rodríguez Rojas, Pedro "A 80 años de una consigna… La imposibilidad de la siembra del petróleo", Aporrea, 14/07/2016.

2.-Idems.

3.-Idems.

4.-Idems.

5.- Soler, Franklin "Socialismo o populismo: he ahí la cuestión", Aporrea, 15/03/2016



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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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