Se va un pedazo de suelo patrio…

Con la muerte del guitarrista venezolano Alirio Díaz, a los 92 años de edad, se nos va un pedazo de suelo y se cierra un ciclo generacional de la guitarra. A Trujillo llegó procedente de Carora, estado Lara, en la década de los años cuarenta, en plena adolescencia. Era oriundo de La Candelaria, zona rural de diez o doce casas dispersas, muy pobres.

El emblemático vate don Pedro J Torres, recordaba a Alirio Díaz, en conversaciones que sostuvimos hace varias décadas, como integrante de aquella bohemia, de la cual también formaba parte el maestro y compositor Laudelino Mejías, autor de la conocida pieza popular "Conticinio", quienes se destacaban en el lugar por sus consuetudinarias serenatas: cantar en horas de la madrugada ante las ventanas de las casas de las beldades de entonces; travesuras inimaginables en la actualidad. Estos artistas en ciernes proveían los recursos para sus modus vivendi como integrantes de la banda municipal, y del grupo musical Buenos Aires responsable de amenizar los programas de entretenimientos en la radioemisora local.

Existe un documental sobre el maestro Díaz, digno de ser proyectado en las escuelas, en el marco de un gran programa que propenda a la motivación del surgimiento de ese hombre nuevo que anhelamos y del que tanto se ha hablado. Un plan cuyo norte se inscriba en la exaltación de figuras propias, venezolanas, dignas de ser imitadas. Un proyecto centrado en la vida y obra de personajes ejemplos, triunfadores.

Muchos de los que dieron sus primeros pasos partiendo -prácticamente- de la nada, gracias al influjo inspirador de la lectura de un libro a edad temprana o haber visto una película en el aula de clases, y alcanzaron el logro de sus metas. Obras basadas en la vida de personas, que vencieron todos los obstáculos encontrados en su camino y pudieron, finalmente, dieron con el cenit de sus anhelos. Estos son casos dignos de ser compartidos y analizados como ejemplos a imitar.

Ese documental al que me he referido fue filmado por el ballenero Daniel González, recoge el mundo enclenque y estéril de donde partió un muchacho, con su guitarra al hombro, caminando por suelos erosionados y quebradizos, debido a las inclemencias del sol, entre cardones y plantas que lloraban sus soledades.

Ese era Alirio Díaz que iba en busca de cimeros horizontes; y mire usted donde terminó casi a los cien años de edad: como concertista en las más importantes salas del mundo, reconocido y querido profesor en escuelas de música de proyección universal; admirado y glorificado mediante premios y reconocimientos internacionales.

Venezuela posee valores propios de su gente, de vieja y reciente data, cuyas obras merecen ser difundidas en las escuelas, como contrapeso a los antivalores contenidos en las horrorosas noticias que copan los principales espacios de importantes empresas privadas de comunicación.

Héroes del conocimiento como Jacinto Convit, Cristóbal Rojas, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Humberto Fernández Morán, Rafael Rangel, José María Vargas, José Francisco Torrealba, Andrés Eloy Blanco, Rómulo Gallegos, Ramón Palomares, Andrés Bello, Pío Tamayo, Morella Muñoz, Lucila Velásquez, Alirio Palacios, Carlos Cruz Diez y Jesús Soto; además, de tantos otros personajes con obras de relevancia nacional e internacional podrían ser ejemplos a considerar en un programa cinematográfico con sentido de Patria. Retos de un proyecto de país como el que soñaron nuestros libertadores, en el cual quepamos todos.

*Periodista venezolano en funciones diplomáticas en Vietnam

nelsonrodrigueza@yahoo.com



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Nelson Rodríguez A.

Periodista y diplomático. Autor de ensayos, cuentos y poesía.

 nelsonrodrigueza@gmail.com

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