S.O.S Mintrabajo Por qué se encadenan las alzas de precios

En esta inflación belicosa todas las mercancías suben sus precios, menos la fuerza de trabajo

En presencia de inflación, la inelasticidad de la demanda suele regir para todas las mercancías de la cesta básica. Como la desigualdad salarial es una constante en las sociedades capitalistas, a corto plazo inflacionario la demanda comienza tornarse elástica y el hambre o la satisfacción deprimida se instala en las familias trabajadoras.

Venimos observando y algunos sólo mirando que si bien resultaría explicable que suba el precio de una mercancía, importada total o parcialmente, nos parece carecer de sentido que los cambures y hasta las silvestres auyamas suban de precios con iguales porcentaje de ganancias.

Por una parte, los bienes complementarios e imprescindibles (cesta básica) suelen subir de precio al unísono sin afectar su demanda, tal como lo hace el azúcar y el café, la melaza, los batidos y sus correspondientes frutas. Desde luego, hablamos de una renta también elástica respecto del nivel de precios de la cesta básica, ya que sin incremento de la renta, toda inflación desemboca en hambre y empobrecimiento acelerado del trabajador.

Sin embargo, ocurre que los salarios siempre se hallan rezagados, y mientras los precios de las mercancías suben de súbito, los salarios pasan por la ralentización contractual mediada, a su vez y por lo general, por sindicalistas corruptos.

Recordemos que los sindicatos fueron coadmitidos por los capitalistas sólo cuando ellos cayeron en la cuenta de que era mejor negociar con un puñito de directivos sindicales que hacerlo con c/u de los asalariados[1].

Independientemente de que sólo se incremente o baje el precio de una de las mercancías básicas, los efectos son automáticamente reflejados en todos los bienes de consumo diario, o sea, las mercancías de la llamada cesta básica que, en el fondo, se trata del valor del salario porque, por ahora, es una reacción de mercado, aunque no justificable.

Sin embargo, no se trata de emulaciones ni pescas en río revuelto, ni de caprichos malvados de los comerciantes, llámense estos supermercados, abastos, bodegas buhoneros o bachaqueros.

Se trata de una ley comercial habida cuenta de que tanto las cantidades ofrecidas como las demandadas son funciones de los precios-en el mercado-, y también de sus costes-en la producción.

Si bien la escasez induce alzas de precios, también restringe la demanda mientras no se incrementen los salarios. De aquí que toda inflación sea temible por sus efectos a mediano y largo plazos. Con hambrientos, con trabajadores pagados con salarios rezagados no habrá mayor demanda, la oferta se contraerá más y el crac económico hará su entrada: la crisis se torna inevitable.

Este es el verdadero plan de la derecha en Venezuela. Por eso venimos advirtiendo, aunque infructuosamente, que las atípicas reacciones de la Asamblea Nacional y sus derivados mediáticos no han pasado de ser simples trapos rojos.

El proceso inflacionario suele autoalimentarse ya que iniciada la suba del bloque de mercancías básicas o estratégicas, las mercancías del capital constante cogen cola y, así, vemos incrementarse el precio de las materias primas y otros insumos fabriles lo cual potenciaría la inflación inducida en el mercadeo. Estos incrementos en los precios de la oferta se trasladan a la producción misma de las mercancías fabricadas con mercancías de consumo productivo.

Ocurre que en presencia de procesos inflacionarios la demanda y la oferta se muestran atípicas ante las subas de precios; por ejemplo, las mercancías de la cesta básica suelen ser inelásticas respecto al precio, pero la suba en una de sus mercancías, e independientemente de que sean complementarias entre sí, tanto los bienes sustitutivos como los complementarios suben emparejadamente, el consumidor ve mermado su peculio, agota sus ahorros y al final queda limpio y con mucha hambre.

El caso de inflación canalizada por los bachaqueros, se trata de reacciones comerciales "normales" en un mercado capitalista libre, pero que la riqueza súbita de aquellos va con cargo inmediato a los trabajadores. Ya está mal que haya explotación salarial en las fábricas, pero ahora la estamos sufriendo en el mercado con la figura del bachaquero o transbuhonero.

Por supuesto, cada bachaquero actúa como cualesquiera otros comerciantes, sin darse cuenta o importarle muy poco que él no incrementará los salarios de sus clientes ni ellos están comprándole a fabricantes que pudieran mejorar los salarios antiinflacionarios, contrarrestantes o ajustadores del salario al nuevo-cada día- valor de la cesta básica.

Por ejemplo, ante esta inflación canalizada por bachaqueros, el Estado bien y necesariamente debe decretar nuevos ajustes del Salario Mínimo que estaría por el orden de un incremento , por medida subpreciada, de 100% -200% para que sean los propios fabricantes los que de vuelta reciban las alzas del precio de la única mercancías que ha escapado de estas subas de precios = la fuerza de trabajo.

En tal sentido, el bachaquero coyuntural pudiéramos catalogarlo como un comerciante que debe ser sometido a un tratamiento muy especial. Por ejemplo, si antes se emplazaba a los buhoneros a sitios aislados y se trataba de comerciantes que vendían n a precios inferiores al comerciante formal, hoy tenemos ese mismo buhonero pero vendiendo con precios superiores a los comerciantes debidamente establecidos.

Se trata de comerciantes ajenos al proceso de la circulación del capital, que se queda en el mercado donde la oferta suele minimizarse y abrirle oportunidades de riqueza fácil que ya no puede evitar el empresario privado ya que él es el mismo que ha iniciado este macabro proceso inflacionario.

Ahora, cómo explicar la suba generalizada de precios, pues, lo hacemos al caer en la cuenta de que todas las mercancías tienen en común estar cargadas de valor trabajo y si se incrementa el precio de una mercancía se infiere que habría aumentado el costo constante de producción y de la mano de obra, la paga salarial, y como todas las mercancías contienen mano de obra, en consecuencia todas las mercancías tienen que recibir incrementos de precios.

En resumen con fabricantes que no incrementan las salarios indexadamente y con bachaqueros que suben sus precios sin medida, estamos FRITOS.

9/7/2016 7:03:20 p. m.


[1] La LOTTT y regulaciones laborales anteriores han contemplado una cuota mínima de asalariados para la formación de un sindicato. Ese condicionamiento cuantitativo responde a que para empresas pequeñas resulta casi indiferente negociar con la directiva sindical cuyo número se hallaría cerca del pequeño número de asalariados sindicalizados.

 

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2377 veces.



Manuel C. Martínez


Visite el perfil de Manuel C. Martínez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:


Notas relacionadas