De locos: Ramos Allup y Guanipa, ponen la torta de aquí hasta allá

Entre los locos, aquellos que por razones patológicas, funcionales y bioquímicas, "pierden la razón", tienen conductas que se salen de determinados parámetros, como extraños, excesivos, ataques de ira y hasta "le asaltan deseos de suicidio", no es fácil la convivencia. Pero la vaina es peor para cuerdos que vivan o intenten convivir con locos en este manicomio inmenso que es el mundo. Tan loco, que unos les disparan armas nucleares a otros aun sabiendo que ellas de alguna manera, como boomerang, se devolverán. Los humanos, por regla general somos tan locos, que sin motivo alguno podemos agredir a nuestros semejantes y hasta bombardearnos nuestra propia casa. ¿Acaso no es esto lo que hacen los países con armamento nuclear, que sólo por ensayar destruyen y contaminan el planeta? Por supuesto, a este planeta que, como suele decir Walter Martínez, es "nuestra única nave espacial".

Gringos, israelitas, ingleses, franceses, alemanes, es decir la OTAN toda lanza bombas nucleares, creo ahora les llaman misiles, de su lado para el otro para destruir lo más que puedan, todo ello en nombre de la libertad. A un país antes próspero le regresan a la edad de piedra y generan las mayores diásporas de la historia humana, creando el fenómeno de los migrantes, que es una forma como las bombas que lanzan sobre pueblos acosados se vuelven contra ellos, todo eso, extrañamente, en nombre de la libertad. ¿Qué es la libertad? Alguna vez creí tener idea de lo que ella era y en verdad, ahora se me confunde más la vaina. Pues pareciera que los poderosos la confunden con un embudo; abundan pendejos y locos que no se percatan que del lado angosto están ellos.

Del otro lado, rusos, chinos, norcoreanos, lanzan también sus bombas y misiles para probar, de ensayo les llaman, si sus motores arrancan o como dice el antes nombrado periodista Martínez, "mostrar músculo".

En ese probar el encendido, el despegue, advertir al contrario "lo que tengo" o para "conquistar la libertad perdida", los hombres destruyen su propia casa. Lo más demencial es que quienes logran su propósito con sus bombas, que dañan su propio patio, creen haber triunfado y alcanzado la ansiada libertad.

Ya en artículo anterior, señalé a los locos que desprecian la patria porque no les gusta el gobierno. Renuncian a su patriotismo porque las políticas gubernamentales son malas, según ellos. Cuando lo sensato sería denunciar al gobierno que por malo estaría destruyendo o dañando su patria. Son políticos o politiqueros tan locos, que le ceden el derecho a la patria a sus contrarios. Y cuando digo contrarios, es absolutamente así. Porque los verdaderos contrarios de esos jóvenes y hasta viejos que denigran de la patria, porque "quieren de todo sin importar que no haya patria", le hacen el juego a quienes quieren convertirnos de nuevo en colonia. Son ellos o sus agentes, pagados o tarifados, quienes manejan la estrategia de devaluar el concepto de patria. Porque ser opositor y patriota, en mi opinión, asumo la responsabilidad, no tiene por qué ser contradictorio. ¡Pero en esto hay muchos que le meten al loco!

Pero para equilibrar un poco la carga, y no se crea uno piensa que los locos están de un solo lado en Venezuela, pues como arriba dije en el planeta todo, los locos están bien repartiditos, deseo manifestar mi opinión que parece una loquera eso del Ministro Mota Domínguez, según lo cual DC, dice el funcionario – supongo se refiere al Distrito Capital – queda fuera del racionamiento eléctrico porque es "el asiento de los Poderes Públicos", siendo ese espacio, de acuerdo con la misma fuente, donde hay mayor consumo per cápita.

No sé si el loco soy yo, pero esa razón no me convence. Parece la vieja idea, desde la década del treinta, a finales del gomecismo, donde Venezuela iba de Maracay a Caracas y viceversa. Lo demás no importaba. En Caracas estaban los Poderes Públicos y en Maracay los militares arrejuntaos. Si alguien, en Maturín o Güiria se alzaba, se le mandaba gente del "centro" a someter a aquellos locos. No entiendo mucho, como en la Venezuela de hoy, con grandes urbes en lo que los caraqueños llaman despectivamente "la provincia", lo que le falta decir al ministro, se siga con la misma idea y proceder. ¡Claro! De verdad verdad si entiendo, aunque sea "provinciano" y tribal, no soy tan pendejo ni cogido a lazo. Pero así y todo es en esencia una loquera. En "la provincia" hay hasta más bases aéreas y están los puertos, por sólo decir eso. Y hay bastante de lo que ellos intentan cuidar en Caracas. Revisen las cifras. Es el mismo guión para todo.

Por allí apareció un loco, hasta profesor universitario es, según dijo la información, que él ante el pedido del gobierno de ahorrar energía, optaría consumir lo más que pueda. Es vaina de loco, sin duda alguna, desearle a los venezolanos, en estas circunstancias ya trágicas, otra tragedia. De ese gesto, que hasta infantil parece, no propio de un docente de universidad, a desear que sobrevenga una guerra civil o arriben aquí "los siete jinetes del apocalipsis", pero en helicópteros, no hay mucho trecho. Y hablando de trecho, uno puede decir sin duda alguna que estamos a un paso de la locura colectiva. Justamente esta clase de locura, aquella que pudiera llevar a muchos imitar al orate docente, obligó al ministro a decir – vaina que no cumplirá - que sólo en municipios del DC donde se aumente inexplicablemente el consumo podría haber racionamiento. Lo que es como una premonición o "Crónica de una muerte anunciada", donde habrá víctimas, cortocircuitos pero no victimarios y menos racionamiento.

Un carajito de apellido Guanipa, a quien escuché de refilón mientras iba camino al baño, se manifestó de manera que uno entendió como contrario a la pronta ayuda que el gobierno venezolano ofreció ante la tragedia ecuatoriana. Es cierto que el gobierno es como demasiado lento, si lo sabe uno y quienes de lado y lado a eso le han sacado provecho en dólares y otras hierbas, pero no es malo que esta vez haya sido veloz en socorrer al país hermano y sobre todo su gente. Es de locos y de políticos muy malos, censurar se ayude a un país en circunstancias como estas. El socorro, con lo que se pueda, es un loable gesto de amistad y solidaridad con la condición humana; no importa quién gobierne aquí o allá, se trata de un asunto de humanos y humanismo. Lo expresado por Guanipa no creo tenga antecedente alguno. Lo más que pudiera haber hecho un político cualquiera ante una situación como esa, si la tragedia acontece en un país donde gobierna alguien a quien se adversa, es mantener la discreción y hasta soltar un formal lamento. No obstante, lo percibí como una inmadurez y hasta usual en un político imberbe.

Pero la locura aumenta de decibeles, llega a la etapa de "ataques de ira y deseos de suicidio", cuando Ramos Allup se entromete en el asunto y suelta un tuit por demás hiriente contra el pueblo ecuatoriano que obliga a la Vicepresidenta de ese país a reclamarle respeto a la dignidad de los suyos. "Usted ha fracasado como ser humano", le dijo la alta funcionaria ecuatoriana a nuestro presidente de la Asamblea Nacional. Es difícil entender que un veterano de "siete plazas", como este haya descendido a donde estaba Guanipa. ¡Mano es que la locura se pega!

A estos dos locos de atar, se les olvidaron simples reglas de la convivencia y diplomacia, hoy por ti y mañana por mí. No creo haber visto poner una torta de ese tamaño. ¡Y hay que ver cuántas y grandes se ponen casi a diario! La locura es muy mala consejera.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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