En síntesis

Lorenzo Mendoza, la nueva vedette del complot

Es vox populi que Henrique Capriles está más rayado que una cebra; que Leopoldo López y Ledezma pagan cana porque reprobaron recreo y plastilina como conspiradores; que Henry Falcón continúa encrochado por andar coqueteando con el gobierno y la oposición; que a Julio Borge lo desprestigió su necia estafa misión maqueta; y que Ramos Allup no cuenta para nada porque cavo su tumba cuando subestimó a sus socios de la MUD. Ante una realidad tan patética y plagada de dudas como esa, los halcones de Washington— que calculan hasta para echarse un peo--, no tardaron en preguntarse: ¿Qué hacer para recuperar esos dólares que se perdieron financiando a la extinta Coordinadora Democrática; y que ahora también representan un desangre con la fulana Mesa de la Unidad Democrática, que piden más que una cieguita.

Como es sabido en los cuatro vientos, será en abril cuando se cumpla la mitad del periodo presidencial, quedando abierta la posibilidad de activarse un referéndum revocatorio. Y cómo los imperialistas nunca han tenido paz con la miseria, tampoco hay razones para dudar que esta vez no estén dispuestos a verle el hueso a esa tramposa ventaja que obtuvo el 6D. A esta circunstancia se une el hecho de que se observa una tendencia que indica que cada vez son más los decepcionados que descubrieron que fueron vilmente engañados con la oferta de "cambio". Por ello, la CIA y el Pentágono no tardaron en picar adelante proponiendo la candidatura outsider de Lorenzo Mendoza, heredero de las Empresas Polar, que ahora también intenta producir formas de tumbar gobiernos legítimos. Que el sifrinito pitiyanqui no sepa en qué lio se está metiendo, también Pedro Carmona por ambicioso y tarugo tardó meses para percatarse que había sido manipulado por una jauría de hambrientos de poder que lo llevaron al destierro. Bien dice un viejo adagio: "todos los días sale un pendejo a la calle y quien lo encuentra es de él".

Quizás por ignorancia de la historia, más de un apátrida pasa por alto que en nuestro país los candidatos outsider han estado predestinados por una fatalidad de tragedia griega. Veamos algunos casos de quienes se pusieron a inventar y quedaron ensartados en su ingenuidad. En 1944, estaba en el ambiente la discusión del tema de la sucesión presidencial, materia que incomodaba a la mayoría de los venezolanos que desaprobaban la elección de segundo grado que reservaba al Congreso la escogencia del Jefe de Estado. Con el fin de disipar la crisis, se planteó la tesis unitaria de proponer al doctor Diógenes Escalante, Embajador de Venezuela en Washington, quien se comprometería en un tiempo considerado a convocar a elecciones directa, secreta y universal. Pero lamentablemente la mala racha estará de por medio, y Escalante se volvió loco, quedando así impedido para el desempeño de tan alta investidura. A la final, Medina Angarita propuso a su Ministro de Agricultura, Ángel Biaggini, mientras que el ex Presidente López Contera amenazaba con sacar del escaparate su uniforme de general para volver a Miraflores. Lo cierto fue que la crisis tocó fondo, y sobrevino el 18 de octubre de 1945 la ruptura del hilo constitucional. Años más tarde, Jovito Villalba también sería otra víctima por creerse que era el hombre ungido por las circunstancias. Veamos que le pasó al integrante de la llamada generación del 28 y fundador de Unión Republicana Democrática (URD). El 24 de noviembre de 1949 la Junta Militar que había derrocado a Rómulo Gallegos, restituye varias garantías constitucionales y se instala en el Palacio de Miraflores la comisión encargada de redactar un proyecto de estatuto Electoral, presidida por Luis Jerónimo Pietri, siendo vicepresidentes Rafael Caldera y Villalba. Finalmente, en abril de 1951 se promulga el Estatuto Electoral que regirá las elecciones del año siguiente. El 30 de noviembre se celebra la elección de los diputados, obteniendo URD un triunfo arrollador ante el partido oficialista Frente Electoral Independiente (FEI); pero el gobierno de Marco Pérez Jiménez decidió desconocer el resultado del 2 de diciembre del mismo año. Luego del fraude de las elecciones de 1952, Villalba junto a otros dirigentes urredistas fueron expulsados del país. Por cierto, años más tarde se llegó a especular que Villalba se había vendido, episodio bochornoso que volvió a repetirse cuando en los corrillos políticos se dijo que Andrés Velásquez había ganado y vendió su triunfo electoral a Rafael Caldera en 1993.

Con Henrique Salas Romer, alias frijolito, la historia vuelve a repetirse el 6 de diciembre de 1998. El ex gobernador de Carabobo creyó que con el respaldo de todos los partidos tradicionales tenía agarrado a Dios por las barbas, pero a la final terminó con las tablas en la cabeza, pues esta vez Chávez le dio hasta por la cédula. Que ahora un sifrinito, hijo de papa y mama quiera jugar a la política, eso es problema de ese malcriado magnate que se volvió loco y quiera perder el chivo y el mecate, o sea, ni empresario ni político exitoso. O me equivoco

Una última reflexión. En cualquier país donde el Estado haga respetar y hacer cumplir las leyes, ¿Acaso no estaría preso quien osara poner en venta la república? ¿O fue que olvidamos tan rápido que en octubre del 2015, Lorenzo Mendoza en conversación telefónica con el economista Ricardo Hausmann, confesó estar en negociaciones con el FMI para chantajear al gobierno venezolano? Y después tienen el tupe de vociferar diciendo que vivimos en dictadura, mientras ruborizados contemplamos como los traidores de la patria se pasean como Pedro por su casa.



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Freddy Elías Kamel Eljuri

Presidente del Instituto Municipal de Patrimonio Histórico de la Alcaldía Bolivariana del Municipio Miranda del estado Falcón. Vicepresidente de la academia de Historia del Estado Falcón. Escritor. Productor radial.

 kameleljuri@gmail.com

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