El Espejo

La victoria y la derrota

1.- No puedo analizar lo ocurrido el pasado domingo 6 en las elecciones parlamentarias, lo de fondo, en esta nota. Se trata de un hecho que trasciende el cometido específico de la jornada comicial, y de allí su complejidad. En este primer enfoque plasmaré, por supuesto, mi observación inicial dado el requerimiento de cumplir con el compromiso de escribir esta columna que, por razones obvias, diferí para esta fecha.

2.- Ante todo quiero destacar el comportamiento cívico del pueblo venezolano, su participación masiva y civilizada, especialmente si se toma en cuenta la extrema polarización que existe en el país. Cuando los pronósticos apuntaban a la violencia, la afluencia de los electores fue increíblemente pacífica. Muy pocos fueron los episodios en los que los ánimos se desbordaron. El resultado que arrojaron las urnas electores responde a muchos factores. Ni siquiera los vencedores -la MUD como emblema-, imaginaron una ventaja tan holgada sobre el adversario. Este aspecto obliga a la profundización de los análisis ya que si bien es cierto que influyó en el éxito de la oposición el dato económico, escasez, desabastecimiento, hiperinflación, no es menos cierto que también influyeron otros factores que conviene esclarecer con rigor, ejemplo, corrupción, fallas de los equipos de gobierno, políticas desacertadas y contradictorias, rechazo a consensuar y arrogancia de muchos funcionarios.

3.- Sin duda que la oposición realizó un trabajo inteligente cabalgando sobre problemas concretos que exacerbaban a la colectividad, como las colas y el difícil acceso a productos de primera necesidad. En apariencia estuvo desaparecida del escenario público, lo cual le facilitó el trabajo silencioso que realizaba y fue capaz de construir la unidad exhibiendo tolerancia con los que mantenían posiciones discrepantes internamente.

4.- En el marco de la derrota el chavismo, en circunstancias muy adversas por la insoportable carga de la situación económica, alcanzó un 42% de votos. Un voto duro, blindado, que constituye una reserva importante para asumir la política que se planteará a partir de ahora. El presidente Maduro mostró su calidad de dirigente y de luchador social, al asumir con entereza el resultado adverso. A diferencia de la caricatura que de él hicieron la oposición y los factores que jugaron papel clave en el exterior, en el sentido de que es un dictador y de que no reconocería una derrota, actuó de inmediato, tan pronto el CNE anunció el primer resultado, y llevó la tranquilidad a los venezolanos al aceptar el veredicto de las urnas sin reservas de ningún tipo. Es decir, que actuó con la honradez republicana que nunca mostró la oposición cuando en 19 procesos electorales siempre cantó fraude ante los triunfos del chavismo.

5.- En concreto, y por ahora, hay que decir que se abre una etapa de relanzamiento de nuevas políticas, de rectificaciones, de profundización de logros, de ejercicio humilde del liderazgo y de apertura de canales para el diálogo. A los que triunfaron el 6D que sepan administrar la victoria, que es la parte más difícil de ésta; y para los derrotados, que en política nunca hay derrotas definitivas y lo que cuenta es la perseverancia. Más adelante trataré otros aspectos relacionados con el tema.



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José Vicente Rangel

Periodista, escritor, defensor de los derechos humanos

 jvrangelv@yahoo.es      @EspejoJVHOY

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