El Perezjimenismo está vivo

La complicada coyuntura política que atraviesa la nación, agravada por la parálisis del gobierno revolucionario frente a los embates de la derecha cipaya y del capital internacional, ha puesto en la agenda política el proyecto de país que se encarnó en el Nuevo Ideal Nacional, propuesto por el General Marcos Pérezjimenes cuando derrocó al gobierno del novelista Rómulo Gallegos en 1948. Esta resurrección es aclamada por los desencantados del chavismo y por los frustrados del oposicionismo. En el espectro político actual, los que no comulgan con ninguno de los dos polos en contienda, cada día se acrecientan en busca de un nuevo pacto social. Por supuesto, la tradición militarista que arranca desde los tiempos de los padres fundadores, comienza a pesar en la conciencia de los venezolanos. La nostalgia por el proyecto Perezjimenista creemos encontrarla en las siguientes determinaciones:

1.-El gobierno Perezjimenista en materia petrolera fue mucho más radical que la propuesta por los adeco del Trienio; pues, acabó con la política imperialista de No Mas Concesiones y elevó la regalía petrolera hasta un 25%.

2.-En materia de seguridad ciudadana, el pueblo recuerda con nostalgia los tiempos Perezjimenista cuando se dormía con las puertas abiertas, a pesar de que existía la actividad delincuencial.

3.-La inflación en la década Perezjimenista fue prácticamente desconocida. La dictadura impuso una estabilidad de precios que hoy resulta increíble.

4.-A pesar de que el gobierno Perezjimenista tuvo serios encontronazos con la oligarquía, a Fedecamaras jamás se le ocurrió la práctica del bachaqueo.

5.-En ese gobierno el nivel de gobernabilidad era sustantivo. La autoridad de un policía o de un guardia nacional no se retaba, y quien lo hacía era severamente reprimido.

6.-Las obras públicas que construyó esa dictadura todavía están en buen estado, lo que atestigua la idoneidad de quienes ejecutaron tales construcciones.

7.-Por último, la actitud del perezjimenismo frente a los problemas limítrofes fue radical, tal como se demostró cuando los colombianos quisieron apoderarse del islote Los Monjes, y el gobierno puso el aparato militar en guardia para rechazar las pretensiones neogranadinas.

Ante este capital histórico-político del perezjimenismo, la Revolución Bolivariana debe aceptar que la masa no está para bollo; en frente tiene la propuesta neoliberal de la MUD y el nacionalismo-desarrollista radical del General Marcos Pérez Jiménez.



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Humberto Trompiz Vallés

Historiador y profesor universitario jubilado, especializado en historia petrolera de Venezuela.

 htrompizvalles@gmail.com      @trompizpetroleo

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