¡Eructen!... que algo queda


Eructo: (de latín eructus) Acción de eructar.
Eructar: Expeler con ruido por la boca los gases contenidos en el estómago.


La historia está repleta de célebres personajes. Algunos son y serán recordados por sus grandes y heroicas hazañas, otros por sus descubrimientos y aportes al avance de la humanidad, unos cuantos por su lucha contra el racismo, la esclavitud y la desigualdad social, y unos pocos por sus no tan buenas acciones.

Venezuela no se queda atrás y también posee una amplia gama de celebridades. El más grande y sin lugar a dudas es Simón Bolívar.

En estos tiempos, en nuestra variopinta y folclórica política sobran los ejemplos. Lina Ron será recordada por su verbo encendido; Iris Varela, por su parte, perdurará en nuestra memoria por su aguerrida personalidad; así como los Generales Raúl Baduel y García Carneiro, por su valentía al lograr que el 13A el país retomara el hilo constitucional; mientras que Alfredo Peña pasará a la historia por sus acciones, no tan heroicas, y por esa asombrosa habilidad para traicionar de manera vil a sus más fieles aliados.

El General de Brigada Luis Felipe Acosta Carles, jefe del Core 2, no se queda atrás y tendrá su lugar en la historia. Y no será precisamente por haberle devuelto la libertad al “osito” y a la “catira”, ni por su peculiar baile al son de las cacerolas, sino por el enorme y estruendoso eructo que soltó frente a las cámaras de televisión y que retumbó en los hogares venezolanos.

Así como Arturo Uslar Pietri fue el primero que dijo “pendejos” en televisión y Janet Kelly hace poco dijo que en Venezuela hay muchos “peos”, Acosta Carles fue el pionero en eso de los eructos televisivos.

Hay quienes le agradecen al General esta acción, por considerarla un acto de venganza contra “los cuatro jinetes del Apocalipsis” por los constantes maltratos de estos hacia un sector determinado de la población. Y ya hay quienes proponer realizar una jornada -que se me ocurre, pudiera llamarse “Gran eructazo nacional contra los medios de comunicación”-, con la cual un grupo de manifestantes se dirigiera a las sedes de cada uno de estos y al son de un único y unísono eructo, expresaran su descontento por su comportamiento.

Y mientras unos defienden a tan “heroico” eructo, otros lo consideran como algo bochornoso, asqueroso y grotesco.

¿Qué es más grotesco?, el eructo o la cara de Carlos Ortega, que además de fea está adornada por dos enormes verrugas, que de seguro, han hecho suspirar a más de una opositora.

No es grotesco acaso que muchas personas tengan que pasar hasta cuatro días haciendo cola en una estación de servicio, para llenar de combustible el tanque de su vehículo, o que en los barrios tengan que cocinar con leña porque no hay gas.

No es acaso una falta de educación que algunas industrias acaparen o boten a los ríos y cañerías sus productos, impidiendo que la población pueda abastecerse de los mismos.

Y qué me dicen de la idea de cerrar “hasta que Chávez se vaya” las escuelas, liceos y universidades, o de la intención de dejar a muchos niños sin su “niño Jesús”.

No les parece asquerosa la forma como todas las tardes Pinky, Cerebro y el “Escuadrón mete la pata” –entiéndase Carlos Ortega, Carlos Fernández y el llamado “Comité de conflicto”- celebran la falta de gasolina y gas.

No es grotesco acaso que estos “líderes” utilicen a su gente como carne de cañón, para lograr sus objetivos, o peor aún, que mucha gente, entre ellos periodistas, sepan sobre el asunto y no hagan nada por evitarlo.

No es bochornosa la manera como algunos “medios” llaman “sociedad civil” a quienes simpatizan con la oposición y “lumpen” a los bolivarianos.

¿Qué es más dañino?, un simple eructo o la intención de un grupo de “meritocratas” de vender, a precio de gallina flaca, la principal industria de la nación.

¡¡¡¡Que vivan los eructos!!!!!!!



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Rosa Latorraca


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Rosa Ángela Latorraca González

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