Economía política de la distorsión de los precios del mercado

            Anabella Abadi y Carlos García Soto comparten la idea de queVenezuela tiene, entre otras cosas, una economía profundamente distorsionada. Y el sistema de asignación de precios es la piedra angular de muchas de esas distorsiones”. Totalmente cierto; no hay la menor duda, la economía distorsionada es aquella donde se afectan los flujos de producción, circulación, distribución, intercambio y consumo. Estos flujos o  la corriente de bienes y servicios y su contraparte monetaria son las que reciben los impactos de decisiones económicas que tienen que ver con “las políticas de asignación de precios” esencialmente en el mercado por aquellos los que fijan los precios (los oferentes de las mercancías y servicios) mejor dicho por quienes son responsables de asignar un precio racional (justo), de equilibrio.  Cuando éstos no llevan a cabalidad, ---una política de precios congruentes con los costos más los gastos administrativos (incluyendo gastos de importación si lo hubiere) y por supuesto más una tasa de ganancia calculada oficialmente hasta un 30%--- se produce un fenómeno en el mercado de distorsión de precios.

DESBARAJUSTES DE PRECIOS (ANARQUIA DE PRECIOS)

La distorsión de precios se manifiesta en el mercado (abastos, tiendas, supermercado, restaurantes, etc.) como un desbarajuste económico en el mercado,  ya sea un bien puede costar al consumidor un precio hoy, más allá otro y mañana tiene otro,  nadie tiene idea del precio justo de las mercancías, por eso son llamados “precios distorsionados” y ellos son producto de la inflación (elevación de los precios sin base real como resultado de la competencia, la especulación, la escasez inducida, incluso la fluctuación del dólar y en definitiva el lucro desmedido). El empresario capitalista procura como dice un lector: libertad (…), el derecho al individuo de lucrar (se) de su ingenio e inventiva (….) que la usufructua sin costo ni esfuerzo premiando la improductividad y todos los vicios que matan a las economías”. El capitalista se lucra sacrificando el consumo de la sociedad, acumulando todo el capital que pueda a expensa de la inflación que paga el consumidor, muchas veces sin mejorar la productividad técnica, sin costo ni esfuerzos productivos, haciendo uso únicamente de la manipulación de los precios, para asegurarse ganancias extraordinarias (especulativas) y la acumulación del capital.

Así que la formación de precios en el capitalismo venezolano en el contexto de racionamiento de divisas (dólares) el Estado desempeña un importante papel en “el control de precios” del mercado, al menos de los bienes de primera necesidad y los medicamentos. Esta decisión de regular “la asignación de precios” (de los capitalistas) se corresponde a la filosofía política del gobierno socialista de quien Anabella Abadi y Carlos García Soto  fijan posición como “fijación –arbitraria y poco transparente– de precios por parte del Gobierno Central”. Para estos ciudadanos lo ideal sería que el gobierno no contuviera la liberación de precios, no los regulara, lo dejara al libre juego arbitrario entre oferta y demanda, --la interacción entre los agentes económicos–. Si es así, que los agentes económicos determinan los precios, o lo fijan entonces el gobierno los regula, para que el arbitrario juego de los ofertantes no los anarquice a los mismos, entonces si esta premisa se cumple no deberían manifestarse la distorsión de precios. ¿Pero qué pasa en realidad con la distorsión real de precios en el mercado venezolano, de todos los precios internos de los bienes y servicios dentro del país, en todos los niveles de la cadena productiva y de consumo?

Existe una distorsión  de precios, la burguesía culpa de la misma a la existencia de cuatro tipos de cambios, del dólar por bolívares, Por ejemplo, indican Abadi y Garcías “en Venezuela es posible comprar una misma divisa a 4 precios diferentes, y el relativamente bajo tipo de cambio promedio oficial hace que sea más rentable importar que producir localmente”. Sin embargo; todos sabemos que los capitalistas (y comerciantes) compran dólares al mercado paralelo (Raspa Reserva Internacionales, Raspacupos) a un precio por encima del valor del fijado del Banco Central, las causas, la escasez de divisas debido a la baja de los precios del petróleo, luego importan sus mercancías y las venden a un precio especulativo deprimiendo el valor del trabajo (el salario).

Veamos los ejemplos que aportan Abadí y Garcías: el precio del Toyota Corolla 2015 se ubica entre Bs F 1,6 y 1,9 millones, o entre 285 y 338 salarios mínimos (…). En contraste, en EEUU cuesta 11 salarios mínimos, en Colombia 87 y en Brasil 88. …Aún más, con lo que cuesta un café grande en Venezuela se puede llenar el tanque de gasolina de un carro mediano (40 litros) durante tres meses y una semana, pero se puede comprar sólo una lata de refresco. En contraste, en Colombia, con lo que se compra un café (tinto) grande se puede pagar por –en el mejor de los casos– medio galón de gasolina o dos latas de refresco. … otro ejemplo, la matrícula anual de una de las universidades privadas de Caracas para el año 2014-2015 es de BsF 48.000 aproximadamente, lo que equivale a 960 cafés grandes. Es decir, con el costo de un año de pregrado universitario, un venezolano puede tomar apenas 2,6 cafés grandes diarios por un año. Pero al mismo tiempo representa 8,5 salarios mínimos”.

¿Qué está pasando?, un desbarajuste, una irracionalidad en la formación de precios, una desvinculación del costo de producción, desligamiento con las leyes objetivas de la economía, eso producto de adoptar el patrón dólar en la fijación de precios, enviando especulativas señales al mercado, deformando el funcionamiento de la economía, mejor dicho cesando el juego libre entre ofertante y demandantes, incluso contagiando a los mercados informales el impacto del valor de los bienes escasos, con esto se quiere decir que ni los mercados informales se salvan las distorsiones de precios.

DESEQULIBRIOS ENTRE LOS QUE PUEDEN PAGAR Y LOS QUE QUIEREN COBRAR

Al tratar de explicar las distorsiones de precios de la economía venezolana, --Abadi y García--, es decir las graves consecuencias sociales y económicas repiten el credo liberal: “…En condiciones de libre mercado, la libre interacción entre oferentes y demandantes se traduce en un precio de equilibrio que refleja –entre otras cosas– lo que los demandantes o consumidores quieren y pueden pagar, y lo que los oferentes o productores/comercializadores pueden y quieren cobrar”. Hoy en circunstancias de la existencia de una economía dominada por el capitalismo en la producción y la distribución, mal se puede decir que los consumidores están dispuesto a pagar  un precio que “quieren y pueden”, el precio lo fija quien produce o distribuye arbitrariamente, no lo somete caprichosamente al juego entre la oferta y demanda, lo fija arbitrariamente, incentivando la oferta por la vía de inflacionaria de los precios al costo social del empobrecimiento social progresivo de la población.

Quiere decir que puesto que la población se dirige al mercado principalmente al mercado privado (capitalista) para comprar sus bienes y servicios se encuentran con los precios altos de los bienes, el consumidor quiere comprar pero no puede, la oferta no puede satisfacer la demanda al precio ofertado, es por tanto el precio fijado un precio de desequilibrio del sistema, de allí que tenga que intervenir el gobierno central, para auxiliar al consumidor, para garantizarle acceso a los bienes, proteger la libertad de consumo en especial, amparar las familias, permitirle “el acceso a los bienes básicos, a los grupos más desfavorecidos” ¿Cómo lo hace el gobierno?, subsidiando los bienes, importando bienes subsidiados al colocarlo en el mercado (público) y también por la vía de regular la tasa de ganancia de los empresarios privados.

¿De qué manera la regulación de precios influye en los consumidores y en los empresarios capitalistas? De acuerdo con Abadi y García, “…Los controles de precio son atractivos para el Gobierno Central, porque mantienen la promesa de que permitirán garantizar el acceso a bienes básicos a los grupos de la sociedad más desfavorecidos. No obstante, fijar precios artificialmente bajos incentiva la demanda de todos los grupos de la sociedad, mas no incentiva la oferta que debe producir con menor ganancia e incluso –en Venezuela– con pérdidas”. Quiere decir que la empresa privada no conforme con un precio justo, de equilibrio entre ofertantes y demandantes, decide contradecir las regulaciones del gobierno, la razón es porque no puede colocar el precio lucrativo, aquel capaz de incentivar la oferta, vale decir producir más a un precio que le rinde más ganancias de lo normal, por eso, disminuye la producción, la escasea, creando un precio elevado, inflado que distorsiona el mercado a causa de victimizar a los mismos consumidores capaces de comprar un bien caro y escaso a un precio especulativo, tales son “los vicios del capitalismo”.

DISTORSION DEL PATRÓN VALOR-DÓLAR

¿Cuál es la eficacia de que la fijación de precios pueda derivar del libre mercado o pueden ser fijados por el Gobierno Central?. Si el Gobierno interviene garantiza “el acceso a bienes básicos a los grupos de la sociedad más desfavorecidos” a precios justos, sin embargo los capitalistas no están conformes, piensan que ese precio justo no es “precio de equilibrio” para ellos, no es el precio que quieren y pueden cobrar los oferentes, “los desincentiva”, piensan que a ese precio no puede producir y obtener una ganancia extraordinaria, obviando la elevación de la productividad técnica del trabajo, tomando en cuenta solo el impacto del valor del patrón del dólar, discriminando la influencia de éste sobre valor del trabajo (el salario). El resultado la disminución del poder adquisitivo y la generación de la pobreza.

Veamos cómo la dolarización de la economía (distorsión de la economía) influye en el empobrecimiento de la población venezolana, devalúa el bolívar, a causa de la escasez de divisas debido a la caída de los precios del petróleo que es la principal fuente de divisas del mercado, en su defecto el mercado negro, (la succión de los raspacupos: no olvidemos que una gran porción de venezolanos cambia divisas subsidiadas por bolívares) ha provocado que el país no pueda importar el 70% de los bienes que el país importa obligando a racionalizar las divisas con la resolución 011, estos hechos impactan el consumo, por efecto de la devaluación del bolívar frente al dólar, y con ello, sacrificando el valor del trabajo, desvalorizándolo. Pone por ejemplo Abadi y Garcías: “Las distorsiones también se hacen evidentes en el valor del trabajo. Con un salario mínimo (BsF 5.622) se pueden comprar 112 cafés grandes (sin leche) en Venezuela –a un costo promedio de BsF 50–. Es decir, quien compre dos cafés grandes por día, gasta la mitad de su salario mínimo”.

Siguiendo con las razones que presionan hacia la baja el nivel de vida, “El Fondo Monetario Internacional pronostica que la inflación en Venezuela cerrará en 96,8 % este año, muy por encima de la del año pasado, en 60 %. En su informe de Perspectivas Económicas Globales (WEO por sus siglas en inglés), publicado hoy, indica que la economía venezolana sufrirá la mayor contracción este 2015 en Latinoamérica. Calcula que caerá 7 %, más que lo registrado en 2014, de 4 %....Tras crecer un 2,9 % en 2013 y un 1,3 % el año pasado” ¿Que genera la inflación que frena la economía? Ya vemos que las limitaciones de divisas o el patrón del dólar en la economía venezolana tienen un importante efecto de desacelerar el crecimiento económico y el desarrollo social, aún el rentísmo del petroestado pesa mucho sobre el desenvolvimiento del país, sin embargo las decisiones de los agentes económicos inciden en la dinámica económica, por ejemplo el año pasado (2014) se contrajo el aparato productivo en 2,8%, “estas malas perspectivas” son producto de una economía capitalista rentista dependiente de las divisas para incentivar la oferta ( y de parte del estado, la demanda) creando en la situación de escasez de divisas, “la intensificación de la carencia de productos básicos lo que algunas personas llaman “crisis de alimentos”.

Conocemos el efecto de la renta del petróleo sobre el valor del trabajo, la ampliación de su demanda, pero también sabemos de su influencia en la oferta de las empresas, en particular hoy, cuando el dólar negro (ilegal) no refleja el valor-costo de producción, sino el valor del patrón dólar con él se guían los empresarios capitalistas (y comerciantes) cuando asignan precios, de manera que el valor del café, no es el valor real del café sino un “valor ficticio”  de igual modo aplican para cualquier bien de la sociedad, el valor de los bienes reflejan el costo de producción y los gastos administrativos más la tasa de ganancia, sino el valor-patrón dólar (dolarización de la economía como instrumento de la distorsión de los precios en el mercado) como valor ficticio que erosiona la vida del venezolano y su familia.

ESCASES DE DOLARES Y DEVALUACIÓN MONETARIA DEL BOLÍVAR

Las consecuencias de la devaluación monetaria  y la dolarización de la economía (el patrón dólar como valor-precio) en el marco de la de la coyuntura negativa de los precios del petróleo se traduce por un lado en escasez de divisas y por tanto de producción y desabastecimiento de productos de primera necesidad, pero también la escasez de divisas ha impulsado el mercado especulativo del patrón del dólar, impulsando la desvalorización del bolívar, la inflación, la especulación en los mercados informales (bachaqueo)  y formales, puesto que los bienes se ofrecen no al valor real sino al valor ficticio, bien lo explican Abadí y Garcías, “las dificultades para producir localmente han aumentado la dependencia de productos e insumos importados, que son cada vez más costosos en un contexto de escasez de divisas oficiales y dificultades para planificar la reposición de inventarios”, de manera que no es responsabilidad del modelo de transición al socialismo del siglo XXI lo que está en la balanza sino el modelo capitalista quien desestabiliza los precios del petróleo en el mercado internacional, quien conduce a los negocios al cierre y la sociedad hacia el fracaso, hacia el colapso.

Veamos las consecuencias en que los obstáculos del modelo capitalista rentista privado han derivado siendo que “los controles de precios” no son factores desincentivadores de la oferta, tampoco son las trabas a la producción como plantea Abadí y Garcías, sino “las limitaciones de divisas”, los petrodólares, las divisas que demandan los empresarios capitalistas dependientes del Estado, traduciéndose en “trabas para producir localmente, (…) pérdida de la competitividad local, y por tanto de desindustrialización del aparato productivo” Mejor dicho; el aparato productivo privado no es autónomo, independiente, capaz de generar producción endógena, sino que es altamente dependiente de los insumos y equipos industriales importado, haciendo más dependiente al país, más improductivo como lo prueba la coyuntura actual. Así lo demuestran las cifras, según “Consecomercio, entre 2003 y 2013 cerraron más de 4.000 industrias en el país; y según el INE Venezuela perdió poco más de 190 mil patronos y empleadores entre el 2do semestre de 2001 y el 2do semestre de 2014”. ¿Qué nos dice esta realidad? Los efectos negativos de la contracción de las divisas, el colapso de los precios del petróleo (provocado por el modelo capitalista de los EE.UU), la guerra económica no declarada, por un lado de fuerzas externas y por el otro de fuerzas internas, bien lo dice Abadí y Garcías: “Al desaparecer empresas, hay menos oferta –y otros efectos negativos como reducción en la productividad, remuneraciones y empleo–, lo cual genera mayor escasez y por tanto una mayor distorsión del precios regulados y el precio en el mercado negro”. Con esto se quiere afirmar que el patrón dólar está colapsado al modelo capitalista de la empresa privada en su intento de arruinar al Estado venezolano y colapsar el modelo del socialismo del siglo XXI.

En efecto la estrategia del colapso perfecto de los EE.UU del socialismo bolivariano, por el contrario está generando efectos contrarios, no son los controles los que limitan “el aprovechamiento de los recursos naturales (petróleo, gas, tierras productivas, recursos minerales, entre otros) y humanos (bono demográfico)”, sino “las trabas” externas (las divisas) e interna, la resistencia a cambiar el patrón rentista petrolero, pero también son las políticas de los empresarios frente a la revolución bolivariana, su resistencia a los controles, que ha generado decisiones económicas “de menor producción, menor oferta laboral” y por tanto, menor abastecimiento del mercado.

BALA DE PLATA: RECETA NEOLIBERAL

¿Cómo pretende Abadi y García resolver las distorsiones de precios provocadas por la escasez de divisas, el dólar negro, (dolarización de la economía)?. Afirman que “No hay una receta única ni una bala de plata para la eliminación de las distorsiones de precios”. Podría decirse que el chavismo no tiene una receta dogmática pero si una bala de plata, el socialismo bolivariano. Veamos la propuesta de abadi y Garcías muy distante de resolver bajo el escenario capitalista la distorsión de los precios.

Afirman según su planteamiento: “eliminar los controles de precios y ajustar el tipo de cambio oficial, sin considerar un verdadero plan integral de recuperación económica, podría ser catastrófico. Si se eliminan todos los controles de precios y se aumenta el tipo de cambio simultáneamente, el impacto inflacionario sería enorme. Pero además, las mayores ganancias de los productores no garantizarían la productividad de las empresas que, en su gran mayoría, dependen de los insumos importados y no tienen acceso a las divisas necesarias para importarlos. ¿Cómo harían, asumiría préstamos internacionales de la banca mundial, re endeudando al país?. Por otra parte, si fuera así, el modelo capitalista “de los productores privados no garantizarían la productividad de la empresas, lo cual significan que no serían eficientes para pagar las deudas al gobierno. Aquí se prueba que el capitalismo demanda del apoyo financiero del Estado, no se desprende del paternalismo que critica.

Otra recomendación de Abadí y Garcías, “Si no se flexibilizan otras trabas para la producción como las regulaciones laborales restrictivas y las grandes regulaciones tributarias; y si no se resuelven las ineficiencias de la burocracia gubernamental, los problemas de corrupción y la oferta insuficiente de infraestructura y servicios básicos, no se incentivará la tan necesaria inversión privada extranjera”. Aquí se prueba, el carácter neoliberal satanizado por el pueblo protagonista del Caracazo y Guarenas, las desregulaciones laborales, tributarias no resuelven el bienestar público, solo servirá para instalar el capitalismo salvaje de la inversión privada extranjera, capitales no comprometidos con el desarrollo nacional.

El plan de Abadi y Garcías es el mismo de la propuesta de Cavidea, propuesta capitalista, que consiste en “eliminar los controles públicos” –e incluso flexibilizarlos– se debe generar “un ambiente de confianza” para los capitalistas internos y externos, favoreciendo las políticas públicas al capital privado, de atracción de capital en dólares, devaluación mayor del bolívar, que reactive el aparato productivo privado en perjuicio del bienestar de la sociedad, puesto que de ser así las desregulaciones laborales reproduciría la desigualdad social y el desarrollo desigual. Quiere decir; que si “una vez eliminadas las trabas y controles gubernamentales, --según Abadi y Garcías-- la libre interacción entre los agentes económicos permitirá no sólo aumentar la producción nacional, sino mejorar la competitividad, la cantidad y calidad de los trabajos, y el bienestar de la sociedad”, nada más lejos de la verdad, el modelo de desarrollo capitalista el aumento de la producción no crea bienestar social si los precios no son justos, por cuanto ni son los que pueden pagar los consumidores ni son tampoco los que quieren cobrar los productores, son precios de desequilibrios que afectan la calidad y la cantidad de los bienes ofertados en el mercado, por la que la liberación de las trabas, de las regulaciones no serviría para sostener el crecimiento económico y el desarrollo social.

¿Cuál es la respuesta entonces al problema de la asignación de precios?, desdolarizar la economía en primer lugar, guiarse por el reconocimiento de los costos de producción, la adecuación de los precios al valor del bolívar, el valor de los productos al costo de la fuerza de trabajo, la corrección de la inflación (des-especular los precios), ajustar no solo los precios de los bienes sino también el valor trabajo, sincerizar los precios justamente la economía en correspondencia al valor trabajo, también las estructuras de costos, las ganancias. Que la empresa produzca para sociedad a precios justos para el bienestar de todos.  

Fuentes:

1.-https://cifrasonlinecomve.wordpress.com, “Inflación de 96.8% este año en Venezuela, pronostica el FMI”, 14 abril, 2015

2.-Anabella Abadi y Carlos García, “¿Venezuela es el país más caro o más barato del mundo?”, Prodanvinci, 14-04-2015.



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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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