El Socialismo va a la paz con aperos de guerra

Por Toby Valderrama y Antonio Aponte

Estamos en tiempos que, por confusos, son peligrosos, se habla de guerra y de paz con la ligereza de la irresponsabilidad, cada hora las acciones dislocadas agrian el ambiente. Se tiende la mano, se envía carta al imperio que no habla del Comandante Chávez ni del Socialismo, y así, con guante de seda, procuramos no irritar a las entrañas del monstruo; pero ese mismo día se acusa a la embajada gringa de haber dado órdenes a organismos económicos venezolanos de sabotear, de crear escándalos, en otras palabras, de ser cómplices de la agresión extranjera, de ser traidores a la Patria. Se escala así el conflicto cuando se trataba de apagar el fuego, las declaraciones inexplicables lo avivan.

Un momento se trabaja por la paz, otro se blanden las banderas de la guerra, en esa confusión no nos preparamos para el enfrentamiento contra el imperio, y tampoco acabamos de conseguir el sosiego de la paz, caminamos en círculos, chapoteando el pantano de las indefiniciones.

El gobierno marcha errático, sin más estrategia que permanecer, sin más triunfos que un día más ganado a la incertidumbre. La televisión sustituyó a la realidad, la imagen engaña, el espectáculo es lo importante, el discurso se vació de contenido.

La masa da signos de confusión, de desencanto, las colas son evidencia de una economía herida que no termina de sanar, el dólar golpea la credibilidad, es asombroso el aumento de los precios. Las señales del malestar social son cada vez más claras pero el gobierno las ignora, lanza flechas para todos lados, no termina de encontrar el camino. Los gobernantes lucen cansados, agotados en un accionar que no parece ir a ningún lugar.

El pragmatismo se comió al Socialismo, ya no se nombra, cada día se pierde la capacidad de asombro, el país se resigna al regreso a los modos de la cuarta, se esperan las elecciones burguesas para definir el rumbo, o se espera un golpe, un estallido, la calma presagia convulsiones.

El gobierno debe volver al Socialismo, al pensamiento de Chávez de verdad, verdad, allí está su fortaleza. Debe resolver la ecuación guerra-elecciones burguesas. La guerra le resta votos, las elecciones le restan moral de combate. La solución es el Socialismo, que moraliza y gana elecciones, hay que desempolvarlo.

Debemos dejar claro que no somos un país guerrero, pero simultáneamente prepararnos para la agresión, pero de forma creíble, que los gringos sepan que si entran aquí no les será fácil, gratis, salir; que el burgués sepa que la agresión será respondida con profundización del Socialismo. Y esa preparación debe ser militar, pero también y fundamentalmente ideológica, de formación para resistir la agresión; que cada unidad sepa por qué lucha, cuáles son sus objetivos; elevar la conciencia, la moral, la organización, y simultáneamente prepararnos para las elecciones.

Las elecciones deben encararse con mentalidad de guerra, no es posible sufrir una agresión y seguir con la misma organización burguesa de época de paz. La elección de los diputados debe hacerse de otra manera, porque la Asamblea debe funcionar de otra manera. No es posible que denunciemos a los organismos burgueses como agentes enemigos y ellos sigan como si nada.

Hay que tener fe en el Socialismo, con él podemos dar batalla en el terreno que plantee la burguesía.

elaradoyelmar.blogspot



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Toby Valderrama


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