Así como el precio, sin ser valor, es su referencia monetaria, y así lo usan los especuladores

El dólar paralelo es un artilugio comercial manejado políticamente

Las abstracciones derivadas de la realidad compleja dificultan conocer a esta de manera popular, y de allí la tremenda piratería que en materia económica ha regido sobre la cuestión del valor.

Como los bienes terminan cambiándose a determinado precio, y como con el dinero recibido podemos comprar otros bienes, el hombre termina creyendo que el precio es el valor en sí mismo. Hasta allí han llegado sus pocas dosis de cientificidad vulgar.

Ocurre que los precios son expresiones monetarias que reflejan el valor ya contenido en el bien preciado, y hasta se da el caso de bienes que sin ser valor alcanzan precios, la tierra y la fuerza de trabajo.

Cuando la producción u oferta de un bien escasea suele encarecerse y esta suba de precio nos hace pensar que la cuantía del valor no solo dependa del trabajo que haya costado su fabricación, sino de la escasez del caso. Por ejemplo, todo control de cambio provoca escasez.

El dólar paralelo aprovecha esa coyuntura. Como sabemos, la escasez responde a desequilibrios entre la demanda y la oferta de los bienes. Es obvio que un bien escaso puede reportarle más dinero-mayor precio-al vendedor, quien posiblemente también habrá pagado un precio mayor de parte de su proveedor. Las obras de arte suelen cotizarse a precios que no guardan relación alguna con su costo de fabricación por parte del artista porque los precios alcanzados por esas mercancías son simples referencia que terminan coadmitiendo los coleccionistas que fungen de comerciantes del Arte.

Es lo que ocurre con el fulano "dólar paralelo": estamos en presencia de un dólar nominal que podría no estar comprándolo nadie, pero aparece en libros como precio de otro dólar que talvez se adquirió a otro precio.

Con este dólar ocurre lo que pasa con las depreciaciones de maquinarias y equipos que fueron compradas aprecios muy bajos y hoy las empresas los registran a semejantes precios, según esa referencia.

La Superintendencia no puede seguir admitiendo la existen fantasmagórica de un dólar meramente especulativo e imaginario como son los precios que señalan el monto de dinero que debamos pagar por una mercancía exhibida en cualquier inventario.

Marx da en llamar valor elativo de los bienes a la cantidad de otros bienes por los que estos puedan cambiarse. Esta definición surge del hecho de que ningún valor de uso que haya costado trabajo puede expresar su propio valor por sí sólo. Así, una gallina puede cambiarse por unos 15 kg de maíz-unos 270 Bs.-, pero, fuera de esa relación de valores entre ambos bienes no podemos conocer el cuánto ni el aspecto del valor que ella contiene. Como el valor de uso no es valor, lo sería el precio que pueda alcanzar en el mercado, tal es la confusión que siempre ha reinado sobre l valor de los valores de uso.

Lo que apreciamos en un bien es su utilidad, su tangibilidad y el conocimiento práctico que ya tengamos en cuanto a su utilidad, pero no su valor porque este es sólo resultado de la manipulación con fuerzas de trabajo. Por eso recurrimos a su valor relativo o mediante otro valor que le sirva de equivalente o que lo refleje. Tal es el truco del dólar paralelo.



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Manuel C. Martínez


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