La guerra económica es mentira

Por Toby Valderrama y Antonio Aponte


Dicen los clásicos que en la guerra es fundamental conocer al enemigo. Otros estudiosos añaden que este conocimiento determinará la calidad de la confrontación, y que sólo de esta comprensión podrá surgir una estrategia exitosa. Hoy el gobierno nos habla de una “guerra económica” y desde allí diseña su política. Estudiemos la situación.

Lo primero es determinar cuál es el enemigo; luego, la calidad de la confrontación, y de allí diseñar una estrategia exitosa. El enemigo que señala el gobierno es, a veces, el capitalismo, pero a veces, como en las Expo, el capitalismo es un valioso aliado. Existen altos voceros del gobierno que hacen elogios de este supuesto enemigo, y se convoca a los capitalistas a participar en el combate a la "guerra económica", se les dan dólares. Para decir lo menos, hay confusión en cuál es el enemigo. Con la falta de definición es imposible conocer al enemigo, tener comprensión de su fisiología, su modus operandi, los pilares de su dominación; de esta manera, la masa, los humildes se confunden, van a la "guerra económica" con la moral de combate baja. 

Con esta confusión todo el cuadro bélico se deforma, el objetivo se pierde, la calidad de la confrontación se distorsiona, la estrategia es negada. El capitalismo, el supuesto enemigo, se fortalece porque, al no conocerlo, lo atacamos en sus manifestaciones y no en el centro vital. Así se ataca a la escasez, a las colas, a los precios, se persigue a los buhoneros, pero no a las relaciones de propiedad, no la propiedad nosocial, soporte del capitalismo, no al egoísmo, su base espíritual. De esta manera, la mal llamada "guerra económica", que no es otra cosa que el funcionamiento del capitalismo con sus crisis periódicas, su especulación, su apropiación del trabajo ajeno, su ética egoísta, su agresión a la naturaleza, su creación de cordones de miseria, de pobreza, de infelicidad; de esta manera, repetimos, la mal llamada "guerra económica" será permanente, las promesas de acabar con ella, de llegar a un jardín apacible donde el capitalismo no tenga máculas, serán vanas; la ilusión de un capitalismo con rostro humano, desengaño, fuente de escepticismo; y la masa, sufrida de capitalism, dará la espalda a los derrotados en la guerra bufa que ellos inexplicablemente decretaron.

El gobierno debe rectificar, aún hay tiempo: determinemos al enemigo claramente, al capitalismo, "desechemos las ilusiones y preparémonos para la lucha", estudiemos su funcionamiento, sus vicios, la psicología que instala en las masas, construyamos una economía socialista, de propiedad social de los medios de producción, de distribución, aquella que sustenta la ética del deber social, la conciencia de pertenencia a la sociedad.

Abramos un importante frente de guerra en la psicología, en la ideología, que son pilares fundamentales de la batalla contra el capitalismo. Elevemos la pasión que emana de fundar un mundo nuevo, rescatemos las razones sagradas para luchar. Sólo así podremos revertir este camino hacia la derrota y transitaremos caminos de éxito.

Así el Socialismo entrará verdaderamente en batalla, y estaremos librando una guerra real, con enemigo creíble. La Revolución construirá una unidad indestructible alrededor de un objetivo altruista por el cual vale la pena luchar, no necesitará andar inventando enemigos, peleando con trapos rojos, extinguiéndose, transformándose en su propia caricatura.

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Toby Valderrama


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