El Libertador y la salud pública

Para estos días de guerra no declarada bacteriológica así como la fomentación de focos virales en el país, y ante la amenaza en particular del Ébola, luego del chiquikugunya es oportuno reflexionar sobre las palabras y los principios de Bolívar en relación a este tema, el de la salud de la nación. Sabemos del negocios que hacen los laboratorios trasnacionales con la compraventa de las medicinas, asi como el juego que hacen algunas empresas farmacéuticas en la venta de fármacos a los bachaqueros quienes compran los productos a altos precios y los revenden en la frontera colombiana a mayores precios aún. Esto demuestra una vez más que el capitalismo es culpable del “holocausto económico”, de la tragedia humana contemporánea, de millones de personas víctimas de guerras económicas, hambre, enfermedades, delitos, violencia y las drogas cobrando vidas, derrumbamiento de valores familiares.

Esta reflexión social lleva a plantearnos: ¿Qué relación hay entre Bolívar, el capitalismo y la salud del pueblo?. Acudiendo al espíritu, al Legado del Libertador respondemos que S. Bolívar sin pretender ser “médico de la salud”, procuraba serlo sin proponérselo, desconociendo detalles de “la ciencia médica” muestra un talento inusual, llegando a más allá de sus límites. El ejército Libertador mientras se encontraba independizando la patria, rescatando los derechos humanos, realizaba la salvación del derecho a la vida. Aquí; el término salud apunta al “derecho” de toda persona independiente de su condición social, sexual, étnica, económica, política, religiosa o nacional para gozar del “bienestar público” en sociedad y a la naturaleza, teniendo la premisa de independencia y soberanía.

Sin embargo; ¿Qué es la salud? Un “estado de bienestar”, de satisfacción física y espiritual, es vida ante todo para cada miembro de la sociedad, salud es el derecho a la felicidad humana. En consiguiente la salud de la sociedad es fruto de la “felicidad”. Emancipar a la sociedad del sufrimiento social patrio, es imprescindible, el derecho a la salud, el derecho a la vida, y es posible cuando se logran los derechos de la sociedad. Sin patria es imposible disfrutar de estos derechos, y más aún, si no hay respeto por la patria, no hay paz social alguna que permita la convivencia social. Bolívar en su Discurso de Angostura señaló: “Como se trata de la salud de todos, me atrevo a creer que tengo el derecho a ser oído…” Se dirigía a los representantes del pueblo, pero deja ver en su Proyecto de Constitución de Angostura, los derechos que han de menester los ciudadanos (as) para gozar de los frutos de la independencia a ser recibidos por todos: “la salud de la república”, vale decir la felicidad de todos sin discriminación alguna.

El derecho a la felicidad significa “condiciones de vida” que permita “nuestra existencia mediante” (Bolívar a Alejandro Osorio, 25-05-1821), decía el Libertador, “el sistema de gobierno más perfecto…que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política” (Bolívar, Discurso de Angostura, 15-02-1819). La salud estaría garantizada, toda vez que toda persona tenga acceso a un sistema de seguridad “público” que permita el derecho a la salud física y espiritual, equivale a disfrutar el derecho a ser feliz, a bienes materiales, tierra, agua y aire no contaminado, excretas, reciclaje de residuos, transporte entre otros derechos que el imperialismo despoja con su doctrina capitalista de ganancia, rentabilidad y privatización a diferencia del papel que juega los centros de atención integral comunitarios (CDI) en atender a las comunidades y al pueblo trabajador en general.

Sin salud no hay felicidad posible. Ella requiere “un sistema de gobierno” que asegure “la estabilidad política”, que ofrezca paz social opuesta a la guerra imperialista. Bien indicaba el Libertador: “el objeto que más me llama la atención en el día es la tranquilidad interior de América”. (Bolívar a Santander, 06-01-1825); asimismo proponía: “es necesario darle a nuestra existencia una base de garantía” (Ibídem). Esa garantía es sencillamente, a no padecer, no sufrir; tener derechos al trabajo libre, al estudio, a los bienes, a la libertad sin explotación del hombre por el hombre, sin explotación de otras naciones e imperialismos, a la recreación, a la construcción pacífica de la patria y no satisfacer “intereses mezquinos” de empresas o corporaciones “carentes de responsabilidad social” que afrenta la dignidad humana. El Libertador dijo, con motivo del decreto emitido sobre el fomento de la enseñanza pública de Chuquisaca, Bolivia: “La salud de una república depende de la moral que por la educación adquieren los ciudadanos en su infancia” (11-12-1825), moral que -según Bolívar- es moral republicana, moral patria, incluyendo en ella, la moral de la familia.

“Los ciudadanos en la infancia” adquieren hábitos y cuidados para auto conservación física pero también para la convivencia social. La familia ejerce el papel de trasmitir valores adquiridos por la escuela y la ciencia, no aquellos que educan los intereses y valores privados, sino aquellos que busca “educación pública”, donde se enseña “la higiene social”, “el amor a la naturaleza”, “amor patrio” y “amor a la humanidad”. Finalmente; Bolívar decía: “un mal que no se conoce no se puede curar” (Bolívar a Sucre, 26-04-1825). Si no conocemos los males de la república, su diagnóstico social y espiritual, mal podríamos intervenir “políticamente” sobre ese “cuerpo social”.

Actualmente; “el ejército” de las Misiones de Barrio Adentro en la República Bolivariana de Venezuela han jugado un rol importante, en asegurar condiciones de existencia social de vidas, millones de personas han acudido a ejercer ese derecho, sin embargo, “la impunidad de los delitos” hace que la moral de la sociedad enferme, y eso no es lo que aspiraba el Padre de la Patria sino en dar el don que “el ejército ha libertado, un código de salud que reúne la permanencia a la libertad al grado más eminente que se conoce en el gobierno de los hombres…”. Estabilidad, Paz y Felicidad; he allí ¡el código de la salud de la revolución bolivariana! ¡El código de salud del socialismo bolivariano!.




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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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