El voto consciente vs. el voto obediente

30 ene. 06
Los abstencionistas de finales de los años 90 nos sentimos muy complacidos con el triunfo del actual Presidente de la República, ciudadano Hugo R. Chávez F. Fue un triunfo logrado contra la férrea maquinaria electoral en posesión exclusiva de los puntofijistas. Izquierdistas de todo color y decepcionados de AD y de COPEI sumaron sus esfuerzos y decidieron a favor de la alternativa ofrecida por el actual Presidente.

El índice de abstención que privó durante las elecciones de las cuatro contiendas precedentes a la llegada de Chávez ponía en entredicho la democracia misma, y este militar abrió un nuevo camino esperanzador no sólo para salir de tanta podredumbre política sino para detener la caída económica de una Venezuela pobre poseedora de grandes riquezas mal administradas y mal confiadas a los gobernantes que para su desgracia han habitado en Miraflores.

El número de votos atesorado por el nuevo candidato de Sabaneta estuvo marcadamente determinado por los venezolanos más conscientes del país, por los más demócratas y más lastimados ideológicamente por las políticas neoliberales de los partidos de entonces, es decir: los miembros de la clase media, trabajadores, intelectuales, técnicos y artistas, quienes se sumaron y votaron por el entierro de los partidos tradicionales y su obsoleto y demagógico liderazgo.

Y ocurrió que de un tiempo para acá, luego de mil conatos e intentonas fallidos para la destitución ilegal de Chávez, este optó por reforzar su popularidad electoral. Diseña y ejecuta las conocidas misiones, unas onerosas instituciones cuyos beneficiarios son los ciudadanos que menos contribuyeron a su triunfo electoral.

A estas alturas, nadie es capaz de negar el carácter humanitarista y filantrópico que caracteriza dichas misiones, que han puesto a comer a quienes hurgaban en los basureros, y que han alfabetizado y sanificado incipientemente a un considerable número de venezolanos, hasta ayer olvidados por todos los gobiernos anteriores.

Y es que la bandera del chavismo ha ondeado alrededor de una masa de gente que desafortunadamente es la menos productiva a corto plazo, pero sobre quienes por ciega obediencia y debidamente cedulados y estimulados por el propio Presidente de la república ha estado presente durante las primeras cuatro o cinco elecciones exitosas al lado de los votos conscientes de la misma clase media que lo llevó al poder.

Pero la pírrica presencia electoral del 4D pasado nos revela que algo ha pasado con la popularidad del Presidente, y su decadente confiabilidad debemos buscarla en la decepción sufrida por quienes conscientemente lo apoyaron para su triunfo y han estado defendiéndolo de las arremetidas terroristas, pero a quienes las políticas monetaristas, el entreguismo de Pdvsa, el desdeño ecológico y demás desacertadas políticas ha puesto de nuevo a reflexionar el voto de quienes le dieron sus conscientes votos iniciales.

De resultas, creemos que si el Presidente Chávez no se pasea por la diferencia entre los votos conscientes del trabajador venezolano, a quienes debe su llegada al Poder, y el voto obediente a quienes él conquista para mantenerse en el Poder mediante las misiones populares, su reelección está desde ahora en entredicho.





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Manuel C. Martínez M.


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