Hay que sincerar a las empresas privadas

El padecimiento social en el mercado cuando los consumidores acuden son testigos del descalabro productivo de las empresas en Venezuela, producto de décadas de dependencia de los petrodólares, nunca se les había visto tan frágiles como ahora, resultado de una serie de decisiones políticas, sociales y económicas, aplicadas durante la IV República, acuden su sistema productivo dependiente, sin subsidio de divisas, al mercado ilegal de divisas y venden caros, otros esconden las mercancías en sótanos, venden productos a precios especulativos, juegan a la escasez contra el gobierno, alteran la calidad del producto, venden productos vencidos, realmente el problema de divisas ha puesto en evidencia la crisis económicas de las empresas privadas, su vulnerabilidad del rentísmo petrolero. Pedro Palma economista del país dice: Como si lo anterior fuera poco, múltiples actividades productivas del sector privado se han visto severamente limitadas por (.) la entrega de divisas para la importación, lo cual ha generado enormes atrasos en la cancelación de deudas a proveedores externos. Esto ha interrumpido los envíos de insumos a Venezuela, causando la paralización de la producción de múltiples productos o su dramática reducción, generando severos problemas de desabastecimiento y escasez. Nos preguntamos si la crisis de divisas, ¿Cuándo obligara a la empresa privada a cambiar su esquema dependiente de divisas, cuando se comportarán como empresas independientes, maduras e impulsarán un patrón industrial de transformación de materia prima creando valor agregado.

La inercia paradigmática de dependencia del estatismo los ha llevado a contraer la actividad económica en sus niveles de actividades. ¿Realmente puede tener el país empresarios que no dependan de las coyunturas económicas, de las divisas internacionales? Veamos; la empresa privada no rompe con la cultura rentística, las divisas subsidiadas, es un círculo vicioso, para operar, pese que muchas de ellas acumulan dólares en el exterior, en todo caso, la imposibilidad cada vez mayor de acceder a las divisas e importar, es limitantes a la expansión de la producción, particularmente en los últimos tiempos, acumulan deudas con proveedores externos, dificultando seguir manteniendo el flujo de suministro de insumos. ¿Debería el Estado subsidiarlos, no estaría financiando el capitalismo rentístico petrolero? ¿Cuándo realmente producirán para el país, de verdad, bienes de alimentos, fármacos y productos del aseso personal, equipos industriales, etc.?. Una de las soluciones que plantea Palma es el estímulo de la inversión y la producción privada con el fin de incrementar la oferta interna y aumentar la eficiencia y productividad del aparato productivo al parecer el remedio contra la inflación, ¿Volveríamos al paternalismo del Estado, con créditos y subsidios a los empresarios privados que solo se benefician ellos, y venden caro al pueblo? ¿No significa que con ello, se estaría profundizando la pérdida de la capacidad competitiva de la empresa privada en el mercado? ¿Realmente se hace eficiente y productiva una empresa privada, inyectándole millones de dólares subsidiados del Estado? ¿Qué exigen para estimular las inversiones privadas?

La racionalización del gasto público, en particular el gasto social en las Misiones, dizque para la restauración de los equilibrios fiscales monetarios y monetarios a través de la racionalización del gasto público, el ingreso público necesarios para reorientarlo a estimular la empresa privada, eso realmente no contribuye a sincerar las empresas privadas, la producción privada, la eficiencia y productividad, es realmente una distorsión el estímulo del Estado en la formación del precio de la empresa capitalista. La crisis de divisas debe enseñar a los empresarios venezolanos a sincerar el aparato productivo y liberar un proceso industrial y manufacturero endógeno cuyos paradigmas mentales los tiene presos, disponiendo de capitales no los usan para expandir el desarrollo productivo libre y soberano, prefieren la actividad de comprar y vender, limitando con ello, la expansión de todos los sectores productivos.



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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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