Estremezcamos al PSUV

Si me pidieran ahora, que en pocas palabras definiera lo qué es el PSUV,, utilizaría la figura de una mesa de ping pong, una pelotica y dos jugadores que no compiten; solamente juegan y el juego consiste única y exclusivamente en tirar la pelotica de un lado a otro,. Así definiría al PSUV actual y el de siempre: Una mesa de ping pong.

La “pelotica” somos nosotros la militancia y vamos de aquí para allá según la fuerza del golpe. Si la pelotica se desvía y se sale de la mesa, evidentemente no es culpa de la pelotica, sino de la manera en que uno de los jugadores –que son panas y tienen un contubernio- coloca la raqueta y da el golpe a la pelotica.

Se acerca el momento del Congreso del PSUV y no observa nada extraordinario. Ves a los dos jugadores dándole a la pelotica y la pelotica haciendo el recorrido de un lado a otro –ping pong-, según la intensidad del golpe. Claro, hay la sensación fabricada, como “paquete” ideológico, que la pelotica voluntariamente participa en el juego y a veces toma el giro que desea. Esto es simplemente una impresión; la pelotica sólo salta de un lugar a otro, en función del deseo de los dos jugadores, que a decir verdad, cada uno tiene detrás de él, unos pocos observadores –seguidores- que ven y se aprovechan del juego con la pelotica.

A las plazas nos invita para oír discursos y un evento cuando el PSUV requiere dar una demostración de “fuerza”, porque tiene la seguridad o creencia totalmente falsa, que en política, fuerza es un “montón de gente” reunida. Si no es una plaza, puede ser un salón cerrado, pero definitivamente la pelotica está ahí porque los dos jugadores así lo han definido. Digo jugadores, aunque se observa la participación de la mujer en algunas cosas, pero para otras; el machismo está ahí y se expresa en el movimiento –ping pong- de la pelotica.

El PSUV y sus líderes no saben nada del principio de Arquímedes y menos conocen de las leyes físicas que pueden tener su explicación en la política, pero no tan preciso, como la física explica la relación masa, fuerza y tiempo.

Ya están los temas del congreso. La percepción de país y de partido que se debatirá es la que tendrán los jugadores, que por supuesto ya están dando el golpe para que la pelotica –que somos algunos nosotros- oigamos sus orientaciones y tengamos la oportunidad de poner más bonito los documentos, pero la realidad anda por otro lado distinta a lo que hermosamente colocamos en el documento sobre el partido y sobre el país. Modelo Productivo endógeno continúa siendo una frase extraña.

Creo que algunas peloticas debemos decidir hacer un ejercicio de democracia. Reunámonos en las plazas o en cualquier otro sitio que decidamos por grupo de 15, 20 ó 30 camaradas y pensemos en nuestra fuerza y el peso que podemos tener. Pensemos un poco, cómo el partido que tenemos se acerca o aleja de lo que está en los documentos. Es tiempo que la pelotica decidamos saltar como cuerpo con un gran peso y fuerza para dar también nuestra impresión de lo que queremos. Sabemos que eso no saldrá de por los medios privados ni por los medios públicos, pero en cada estado puede irse plateando ideas y seguro estoy, que Aporrea servirá de vehículo de esas ideas que en grupito vayamos planteándonos sobre el partido que queremos y cómo puede hacerse realidad el contenido del libro azul, el programa patria y la ley Plan de la Patria.

Sería bueno entonces, comenzar a organizarnos, sin violar por supuesto la institucionalidad, pero haciendo uso de lo que está en el preámbulo de la Constitución Bolivariana de Venezuela,. Hagamos pues; el esfuerzo de estremecer al PSUV para que nazca un partido que necesitamos para hacer una revolución.


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Claudio Dominguez


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