Mecánica de la ganancia en la formación de los Precios Justos

“Por consiguiente, vemos que en el fondo es el precio que están dispuestos a pagar los consumidores lo que determina los costes, y no al revés, como se suele asumir: no importa cuántos intermediarios haya, pues su tarea no consiste en incrementar los costes, sino en arbitrar los márgenes pagando más a los productores y cobrando menos a los consumidores. Los márgenes no surgen porque haya intermediarios: más bien hay intermediarios porque existen los márgenes, y sólo mientras sigan existiendo.” http://www.ilustracionliberal.com/42/nos-roban-los-intermediarios-juan-ramon-rallo.html


Perlas educativas como las del epígrafe abundan en Internet desde que se salieron de los claustros universitarios y académicos. Según ese asesor de costos, los intermediarios son beneficiarios para el consumidor en el sentido de que a través de ellos logra menores precios de compra. Creemos que “el mundo al revés” de Galeano tiene un reino mucho más amplio que el político de nuestros tiempos americanos.

Veamos lo que puede ocurrir en la formación de los precios:

Según la versión marxiana[1]: al costo de producción, que incluye salarios y los demás costes contantes, se sumaría 30% [2] de ese costo para un “precio justo” = costo + ganancia = 1,3 del monto de la inversión usada por el empresario durante un año en particular (I), o sea, precio = 1.3 (I).

Esa ganancia, ese 30% (I), quedaría repartido, con tendencia hacia la equitatividad, entre fabricante y su cadena de intermediarios, con inclusión del financista de todos ellos, si fuere el caso[3].El precio de producción que serviría de base al precio de venta al consumidor sería, aproximadamente, 1,1 de la inversión usada por empresario durante un año en particular, o sea, precio = 1.1 (I) para cada tipo de capitalista: fabricante, intermediarios y financista, quienes de esa manera alcanzan una tasa media de ganancia igual para todos los capitales aisladamente considerados.

Según la versión burguesa: al costo de producción, que incluye salarios y los demás costes, se sumaría 30% de ese costo para un precio “justo” = costo más ganancia = 1,3 de la inversión usada por empresario durante un año en particular
= 1,3 (I).

Esa ganancia = 30% (I) la busca para sí el fabricante, así como cada uno de los intermediarios y financistas involucrados. Es práctica contable que los fabricantes e intermediarios mayoristas reciban tasas de ganancia ajustadas a su volumen de compraventa. Estos mayoristas reciben tasas menores en función de sus volúmenes traficados, Así discurre la formación de los precios encadenados hasta llegar al detallista de la “esquina”, que suele funcionar con una tasa superior a la de los supermercados por la misma razón de que a mayores inventarios comerciales, menores tasas.

Veamos la diferencia entre ambas versiones:

Ese primer precio al que vende la fábrica, con ese 30% de ganancia, o sea, el precio = 1,3 (I) regirá para el monto de la inversión de los intermediarios y con las rebajas propias de la venta al mayoreo. Digamos que podría aplicarlo el fabricante, según su fuerza competitiva dentro del ramo correspondiente, y, en paralelo y sucesivamente, cada uno de los intermediarios de su cadena correspondiente e independientemente del largo de ella. Las rotaciones del capital intermediario darían mejor cuenta del monto de la tasa de ganancia que podría permitírseles. Los bodegueros, por ejemplo, rotan unas 24 veces al año, y en algunos rubros hasta de 54 veces/año. El número de rotaciones de los intermediarios estarían sujetas al tamaño de su clientela y de las mismas rotaciones de esta.

Para la banca casi siempre ha habido regulaciones al respecto que suelen conducir a una tasa de ganancia bancaria o interés-aparentemente-por debajo de la tasa de ganancia de sus clientes ya que, sobreentendido, de no ser así, no sería rentable para el prestatario fabricante ni para ninguno de los intermediarios o revendedores del caso.

Nos preocupa que un intermediario pueda aducir que está legalmente autorizado para cargarle 30% al costo de sus compras al fabricante o al precio que le vende su proveedor. Si es esa la mecánica en funcionamiento, no debe extrañarnos el descubrimiento que ha hecho la Superintendencia con márgenes especulativos de hasta 2.000%.




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[1] Véase Manuel C. Martínez M., PRAXIS de EL CAPITAL
[2] Entiéndase que allí ese 30% del costo representaría la plusvalía del año.
[3] Véase Manuel C. Martínez M., Ob. Cit.



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Manuel C. Martínez


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