La Conferencia de paz

Las esperanzas que tantos venezolanos, y en primer lugar quienes asistimos, pusieron en ese encuentro están vivas y reforzadas con sus primeros efectos concretos.

Uno podría calificar de exitosa la Conferencia Nacional para la Paz si sólo juzgara la nutrida y variada asistencia a su instalación, las intervenciones habidas, la libertad con la cual hablaron, y el coraje del presidente Maduro para convocarla, pero restan dos factores principalísimos para una evaluación completa.

Uno de ellos es la ausencia de dirigentes de la oposición organizada en la MUD. ¿Qué pensarían de su decisión cuando vieron hablar al Presidente de Fedecámaras, a Lorenzo Mendoza, a otros importantes empresarios y a políticos opositores? ¿Alguien puede creer que la MUD recibió la invitación “pasadas las diez” de la misma noche de la reunión, cuando el lunes 23 habían declarado que presentarían siete puntos para el debate, entre ellos la elección del Fiscal, magistrados del TSJ y rectores del CNE? Pienso que fue un error no asistir. Seguramente presionados por las posiciones más radicales de quienes mantienen las guarimbas y propician la violencia. Las intervenciones y propuestas habidas les debieron demostrar que no hubo ninguna limitación, salvo la de tiempo, para intervenir y decir lo que quisieran. Tiempo tendrán para la reflexión, para ver los efectos de esa reunión y decidir si persistirán en esa ausencia. Si la búsqueda de la paz y la reactivación de la economía continúan inalterables e impulsadas desde las comisiones de trabajo y el Ejecutivo, y el país empieza a sentir sus resultados, los ausentes serán los únicos perdedores.

El otro factor es la continuidad de tan importante iniciativa. Hubo quienes temían que todo se quedaría en bla, bla, bla, que fuese una asamblea discursiva, y hemos visto con satisfacción que no será así. En menos de 48 horas se instaló una reunión de 150 empresarios (no sé si con sindicalistas) para comenzar los trabajos de la comisión de la verdad económica, y la sucesiva integración de mesas de trabajo subió a 600 los asistentes, y ya aprobaron sus primeras conclusiones. Más adelante nos despejará dudas sobre las cifras de la producción nacional, a menudo distintas según la fuente que las suministra, y las causas de la caída de la producción en aquellos sectores donde ha habido ese decrecimiento.

Otro paso fue la integración de la Comisión de Enlace, que permitirá examinar las propuestas formuladas en la instalación, la designación de dos comisiones ejecutivas, extenderla a todos los estados y convertirla en permanente. Todo lo cual nos hace pensar, y me imagino que a ustedes, que no se trató de un “simulacro de diálogo” ni que el mismo fue abordado “con liviandad e improvisación”, como afirma la MUD. Todo lo contrario, hubo tal seriedad en los planteamientos de unos y otros, que al día siguiente se habían dado los primeros pasos en una segunda etapa de la Conferencia Nacional para la Paz, y recogidas numerosas propuestas.

Las esperanzas que tantos venezolanos, y en primer lugar quienes asistimos, pusieron en ese encuentro están vivas y reforzadas con sus primeros efectos concretos. Ahora resta darle seguimiento y continuidad a tan importantes tareas, y por parte del Gobierno, y en particular de su gabinete económico, comenzar a ejecutar las recomendaciones que habrán de recibir. La progresiva recuperación de la economía contribuirá a mejorar la situación política y a satisfacer a millones de venezolanos que quieren vivir en paz.

Comparaciones

La situación que hemos vivido desde el 12-F, ha llevado a muchos a compararla con las de otros países. Ustedes habrán leído como la equiparan a la agresión a Siria, con mercenarios “rebeldes” apoyados por potencias extranjeras; otros lo hacen con Ucrania, cuya crisis entró en otra fase con el derrocamiento del presidente Viktor Yanokóvich, y en el fondo hay un enfrentamiento EEUU-Rusia; recuerdan la desestabilización y muerte de Allende, promovidos por Washington según irrefutable documentación, y hace poco escuché al gobernador Falcón hacerlo con la Colombia de 1948 cuando asesinaron a Jorge Eliécer Gaitán y comenzó la guerra cuyo final ahora se negocia en La Habana.

No tengo espacio para demostrar las enormes diferencias que existen entre esos procesos y la situación del país, sin coincidencias o semejanzas que no sea la injerencia estadounidense.

Unas líneas para desmarcarlo del 27-F. Basta ver las fotografías de los protagonistas de unos y otros hechos para que se muestren las diferencias sociales. Mientras en el 89 fue el pueblo de los barrios el que bajó a saquear porque había hambre y poco dinero para ir a abastos y pulperías, ahora son de niveles medios y altos de la clase media los que salen a formar guarimbas, barricadas, cerrar avenidas y autopistas, concentrados en el Este de Caracas y en sectores de ese nivel socioeconómico en ciudades como San Cristóbal o Valencia. Y hablando de represión entonces hubo centenares de muertos, miles según algunos cálculos, producto de la acción de la Guardia Nacional y de unidades del Ejército, en pleno toque de queda, y ni un solo policía o militar detenido, y unos medios silenciando la brutal represión que por el contrario, la aplaudieron. Ahora son 17 los muertos, algunos producto de la acción policial y de la GNB, otros de los violentos de las guarimbas, y 10 funcionarios presos. Y si antes había hambre y faltaba el dinero para comprar, ahora hay poco que comprar, pero hay dinero. Con apenas excepciones, los medios sólo ven uno de los dos lados.


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Eleazar Díaz Rangel

Periodista egresado de la UCV. Ganador del Premio Nacional de Periodismo y menciones en diversas especialidades. Es Director del diario Últimas Noticias desde el año 2001. Profesor titular jubilado de la universidad central de Venezuela, cuya escuela de comunicación social dirigió (1983-86). Presidente de VTV 1994-1996. Presidente de la asociación venezolana de periodistas.

 edrangel@grupo-un.com

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