Trabajo y/o Deporte

¨...Para vivir hace falta comer, beber, alojarse bajo un techo, vestirse y algunas cosas más¨.
Bien, todas esas cosas sólo son asequibles por el hombre en la medida que este trabaje en su producción.

El trabajo, definido como aplicación de energías fisicointelectuales, exclusivas del trabajador, o despliegue de su fuerza de trabajo para la fabricación de los bienes necesarios para la dieta de subsistencia, forma parte inseparable de todo cuerpo humano en el sentido de que cualquier periodo de tiempo dedicado, pues, al trabajo es tiempo de vida en sí mismo, de metabolismo en el más amplio sentido de la expresión, y función esta que es característica de todo fenómeno morfobiológico.

Ahora bien, una persona que no trabaje virtualmente terminaría intoxicándose por insudación, atrofias varias e irreversibles anquilosis. Es aquí donde entra en escena la práctica del deporte.

Porque desde la aparición de las primeras familias, genos sociales o grupúsculos de personas, propietarias privadas de los recursos complementariamente imprescindibles para la producción de los bienes satisfactorios de de necesidades, antiguos y aún usuales tipos de trabajo como: caza, pesca, enlazamiento, lanzamientos, boleaduras, tiro al pichón, etc., desde hace tiempo fueron perdiendo su carácter originalmente productivo y laboral para convertirse en suntuarias actividades recreacionales para esos mismos grupos privilegiados a los cuales el trabajo empezó a resultarles ora indigno, ora un rasgo de inferioridad para sus practicantes. Digamos que lo que otrora practicaban como actividad de sustento, ahora lo hacen como distracción sanitaria, so pena de enfermarse.

De manera que desde entonces el deporte no ha sido otra cosa que una actividad sustituta del trabajo creador practicable sólo por quienes dispongan de suficiente ocio después de trabajar si es que lo hacen, o simplemente no necesitan trabajar por comer, beber, alojarse bajo un techo, vestirse y disponer de otras cosas más con cargo al trabajo de terceros que sí lo hagan.

Dos corolarios de entrada: 1.- Los llamados medios de producción: maquinarias y materiales, son bienes de uso que se desgastan con su empleo, razón por la cual mal pueden ser productivos, sino fungibles. 2.- Los empresarios, en conjunto, o empleadores de personas trabajadoras, no sólo buscan ganancias sino fundamentalmente poder disponer de los bienes que ellos no producen por estar dedicados al deporte, es decir: al trabajo *improductivo*. Digamos que hay personas que no aportan nada a ningún país ni como dueños de recursos de producción ni como deportistas.

Por lo demás, cualquier excusa en defensa del deporte conceptuado como práctica distensora y desarrolladora del cuerpo humano, tal defensa siempre estará cancelada ante la posibilidad cierta de que cualquier movimiento muscular correspondiente a uno que otro deporte encontrará un símil exacto dentro de los típicos movimientos de las tareas productivas de uno que otro bien satisfactorio de necesidades, es cuestión de reencauzar ese tiempo de ocio y esa facultades corporales hacia prácticas laborales harto beneficiosas para el hombre y que, además, se traducirían en una mayor riqueza material de bienes para comer, beber, alojarse,...

Piénsese por un momento en que quien profesionalmente practica un deporte es porque ha hecho de este un oficio y, entonces, de hecho no hace deporte: En estos casos el deporte pasa a ser una actividad creadora de servicios recreacionales (un trabajo), cuyos usuarios son los espectadores, quienes tampoco hacen deporte en su condición de tales.



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Manuel C. Martínez M.


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