La usura actual es una oportunidad para que el gobierno rescate parte de la escualidad proletaria

La Ecuación del Cambio en la formación de los precios

Las escuelas tradicionales de Economía vulgar o antimarxistas, expresadas en toda esa bibliografía burguesa, impresa en editoriales burguesas, comercializadas capitalistamente manejan y lograron inscribir en los pensa de estudio de academias y universidades del mundo la afamada y poco criticada ECUACIÓN del CAMBIO, cuyo algoritmo es el siguiente:

QP = VM, para:

Q, cantidad o volumen de oferta;

P, precios de las mercancías recogidas en Q;

V, hábitos de consumo, propensión ahorrista o velocidad de circulación del dinero, y

M, masa o volumen del circulante monetario.

Esa fórmula es una simple variante de la siguiente:

Oferta = Demanda

Empecemos por aclarar que esa ha sido una de las fórmulas matemáticas, en materia monetaria y en el proceso de formación de los precios, más caracterizantes de la Economía Vulgar o no científica. Con ella se ha pretendido justificar las subas de precio que arbitrariamente inducen las empresas comercializadoras y consecuencialmente las fábricas correspondientes cada vez que, de antemano, los empresarios se enteran de que hay o habrá más circulante en la economía nacional, a veces por inyecciones de capital foráneo, otras por incrementos salariales inducidos por el gobierno de turno, por desembolsos ocasionales, navideños, vacacionales y afines.

Curiosamente, las subas inducidas de precios en bienes de elevado costo-lavadoras muy sofisticadas, TV de amplia resolución-castigan directamente más al consumidor de mejores ingresos-clase media o escualidad-, quienes no son precisamente los más beneficiados con la mejor distribución de la renta petrolera venezolana desde la llegada del Presidente Chávez, dirigida y diseminada entre las grandes mayorías de gentes humildes y marginados de ayer[1].

En teoría y de hecho, el comerciante primero conoce que hay más circulante, más “M”, y después procede a elevar los precios, “P”, pero no es que los demandantes cargados de más dinero salen a competir entre sí y así provoquen un desbalance oferta-demanda cuyo equilibro se restablecería a un precio superior, según el no menos famoso “teorema der la telaraña”[2]. En este teorema se prevé una mejora para el volumen de "Q". Este teorema hace abstracción de la división social burguesa porque la suba de precios no es aplicable a la clase de cero o pequeños ingresos.

Lo que ocurre es que, para “Q” y “V” constantes, ante un incremento de “M” el empresario sube ex post los precios sobre la base de que, aun así, podría vender su mercancía, con lo cual, la masa circulante vuelve a su poder adquisitivo anterior de compra cuando era de menor de volumen y regían menores precios.

Sin embargo, con mejores ingresos salariales nada impide que el consumidor adquiera nuevos hábitos de consumo, decida ahorrar parte de sus nuevos salarios. En este caso, baja “V” y la ecuación queda vigente y equilibrada, a pesar de un aumento en “M”: Entonces no habría una presión exagerada sobre la oferta que induzca una elevación exorbitante de precios porque no habría dinero suficiente con el cual realizar la oferta correspondiente.

La fórmula del cambio es inviolable por ser un algoritmo, como si se tratara de la identidad 2 + 2 = 4, en la cual, si coloco 3 en el primer o segundo miembro, 3 debe ponerse en el otro. La fórmula regirá siempre de manera ex ante. Al cambiar una de sus 4 variables la igualdad de ella fuerza al cambio de alguna de ellas o de varias. La igualdad se restablece, pero no es que los mejores salarios ocasionan la suba de precios, sino que estos son inducidos por el empresariado especulador a sabiendas de que ya “M” subió y la fórmula seguirá rigiendo a una escala superior, en ese caso, al subir “P” y sigan constantes las demás variables.

Hay una excepción explicativa de la acientificidad o piratería de dicha fórmula del cambio financiero. Es lo que ocurre cuando el incremento del circulante responde en paralelo a un incremento en la oferta, “Q”, a una mayor dinámica económica productiva. Sólo así, decimos, la fórmula permite estimar hasta donde subirían los precios según la formula en cuestión, ya que necesariamente una suba en “Q” arrastra otra en “M”, y viceversa, si la economía se contrae, baja “Q” y esta ocasiona una baja en “M”[3].

De manera que estamos en presencia de un mecanismo matemático que es manipulado como excusa por parte del empresariado de baja industriosidad y no interesado en aumentar la producción nacional. Además, independientemente que en la cadena de intermediarios sólo el primer eslabón se enriquezca especulativamente, y el resto se limite a comprar caro, no obstante, sus ganancias mejoran aun manteniéndolas con un margen constante ya que invierte más capital en inventarios constantes.

El corolario de esta aplicación de la ecuación del cambio a la mejor distribución de la renta petrolera es que a la llamada burguesía parasitaria podría salirle el tiro por la culata ya que al develarse que no es el gobierno el culpable de esa grosera inflación, las propensiones políticas de la escualidad podrían modificarse. De allí la coyuntura política muy favorable que tiene ante sí el gobierno y que podría aprovechar con todas las medidas combativas de la presente inflación a fin de batallar y vencer en esta guerra económica, y con esta victoria muy posiblemente haga despertar al pueblo dormido de una escualidad formada también por venezolanos proletarios y no ricos ni ricachones.

[1] El gobierno ha informado que sobre la economía nacional y desde la llegada del Presidente Chávez hasta ahora se ha lanzado más de 500 M MM de dólares en obras sociales diversas. Ese monto explica el crecimiento de “M”., aunque diseminado en un gran volumen de beneficiarios, alrededor de 4,5 MM de comensales nuevos, otros tantos que venían de ingresos bajos, cosas así en una población aproximada de 30 MM. De manera que la ecuación pierde eficacia cuando “M” no se concentra en pocos compradores, pero sigue sirviendo para justificar subas inducidas de precio. Las megainflaciones medioevales de cuando Europa conquistó y saqueó a América sí encajaban en esa ecuación porque las riquezas nuevas sólo iban a los bolsillos aristocráticos.

[2] Así explican la formación de precios los profesores de las universidades burguesas y procapitalistas o vulgares.

[3] Este no es el caso de la economía venezolana. Parte importante del empresariado, enemigo jurado del gobierno actual, no ha invertido 1 $ en nuevos centros productivos-no le conviene hacerlo-, pero sabe muy bien que esa nueva masa de dinero representa los dólares que antes la burguesía canalizaba hacia sus bolsillos y/o dejaba de entrar en la economía doméstica por bajos precios del petróleo. Le quedaba la opción de CADIVI y la suba inducida de precios justificables matemáticamente a través de la ecuación que nos ocupa.


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Manuel C. Martínez


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