Qué hacer con los vende patria

Nadie debería extrañarse que las naciones cuando se encuentran en graves problemas, a sus líderes no les quede otra que apelar a soluciones extraordinarias. En principio no está en discusión que la política sea una ciencia en cualquier civilización, lo que tampoco significa que en circunstancias apremiantes se descarten soluciones pragmáticas, como por ejemplo: “el fin justifica los medios”; o la “guerra es la prolongación de la lucha política por otros medios”. Ya en una ocasión, el genio de la revolución bolchevique, Nicolás Lenin, había llegado a la conclusión de que “la historia ha conocido muchas guerras, y que pese a los horrores, las ferocidades, las calamidades y los sufrimientos que toda guerra acarrea inevitablemente, fueron progresistas, es decir, útiles para el progreso de la humanidad, contribuyendo a destruir instituciones particularmente nocivas y reaccionarias”. Y qué si habláramos del Decreto de Guerra a Muerte dictado por el Libertador, sin el cual no hubiese sido posible frenar la perfidia de quienes apostaban al fracaso republicano.

En pocas palabras diremos que no hace falta ser sesudo analista para darse cuenta de que en Venezuela el proyecto socialista del siglo XXI, en ningún momento se ha interesado en que la sangre llegue al rio. Por el contrario, la Doctrina Chávez siempre ha dado demostraciones de querer apostar a la paz, entendiendo ésta como un valor supremo. Y fue con hechos y no palabras, como Chávez en forma contundente nos demostró que era partidario de la convivencia nacional, y de ahí que supo perdonar a quienes lo secuestraron en Miraflores y luego salvajemente rompiendo el hilo constitucional, el 11 de abril del 2002.

Pero como dice el dicho, buenos es cilantro pero no tanto. Hoy son muchas las aguas que han corrido por debajo del puente, quedando en evidencia que Nicolás Maduro no es aquel Chávez que siempre se llevaba las manos al corazón cuando le tocó lidiar con adversarios tramposos y desleales que eran capaces de venderle el alma al diablo. Y porque Maduro proviene del seno del sindicalismo combativo, y no de esa moribunda CTV plagada de esquiroles, advertimos al fascismo que con el Presidente Maduro no se juega, pues ni se deja oler el pan, ni le tiembla el pulso a la hora de administrar justicia sin guantes de seda.

De modo que si las circunstancias obligan de manera terminante , y la oposición persiste en embrutecerse más planteando escenarios de guerra civil, entonces no quedara otro remedio que desenfundar la espada de Bolívar para que muerdan el polvo de la derrota. Y consta que no es primera vez que en nuestra historia, el dialogo se paralizó para resolver los conflictos calentándole el trasero a los traidores de la patria a punta de peinilla. Ahora vemos porque Juan Vicente Gómez tenía algo de razón cuando señalaba como únicas opciones para sus enemigos: encerrarlos en la Rotunda o aventarlos al destierro.


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Freddy Elías Kamel Eljuri

Presidente del Instituto Municipal de Patrimonio Histórico de la Alcaldía Bolivariana del Municipio Miranda del estado Falcón. Vicepresidente de la academia de Historia del Estado Falcón. Escritor. Productor radial.

 kameleljuri@gmail.com

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