“Don´t worry, be happy”

“Don´t worry, be happy” (no te preocupes, se feliz) fue el título de una canción que tuvo gran popularidad, a nivel mundial, en la década de los 80, si mal no recuerdo. Casi todo el mundo tarareaba por lo menos una de las estrofas de la canción que popularizo en cantante Bobby McFerrin. Para ser feliz, según la canción no había que preocuparse. Igual pasó en Venezuela con la canción “Se tu mismo”, cantada por Trino Mora, y se popularizó entre las décadas de los 70 y 80. Mora Interpretaba, con preferencia el pop y el rock.

Todo esto para entrar, en primer lugar, en la de no preocuparse y dejar que la felicidad llegue como un aguacero, después de la nublazón del cielo. Los venezolanos, hoy día, no podernos esperar que las cosas no lleguen, tenemos que ir en su búsqueda. Por ejemplo, cómo hacemos para ser feliz dentro del escenario capitalista y el neoliberalismo, donde quien manda es el señor dinero (el dólar para ser más específico).Tiene razón sobrada el papa Francisco, cuando en su visita, reciente a Brasil, dijo ante jóvenes brasileños: “A todos les repito: nunca se desanimen; no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague. La realidad puede cambiar, si el hombre puede cambiar… Sean los primeros en tratar en de hacer el bien, de no habituarse hacer el mal, sin vencerlo” Ya había pronunciado otras palabras que parecían sacadas del léxico de nuestro Comandante Supremo, Hugo Chávez. Esto dijo:”La crisis económico-social y el consiguiente aumento de la pobreza tiene sus causas en las políticas inspiradas en las formas del neoliberalismo (salvaje, como lo afirmaba Chávez) que consideran que las ganancias y las leyes del mercado como parámetros absolutos en detrimento de la desigualdad de las personas y de los pueblos”.

¿Cómo hacemos, entonces, para no preocuparnos por nuestra felicidad? Y si nuestra felicidad está marcada por el neoliberalismo salvaje, tenemos que hacer algo para asegurarnos que nuestros hijos y nuestros nietos vivan en una sociedad justa, donde no sea el dinero el que marque la pauta. Y para tal logro tenemos que luchar con todas nuestras fuerzas para derrotar a este sistema capitalista, por lo menos en nuestro país. Y la lucha es ahora. No es mañana ni pasado. Es ahora. ¿Acaso, para las fuerzas del cambio, no es preocupante que nuestro presidente Nicolás Maduro, haya ganado las últimas elecciones con un margen tan estrecho?

Por eso y por otras cosas, Hugo Chávez, un hombre con un pensamiento fuera de época, insistía, e insistía, hasta su último suspiro en la unidad. “UNIDAD, UNIDAD, UNIDAD, PARA QUE TENGAMOS PATRIA”. Y esas frases cobran más vigencia en estos momentos, cuando los enemigos de la Patria están sumergidos en una de locura, tratando de hacerse con el poder como sea. Y, nosotros, los revolucionarios tenemos que hacer lo contrario. Es decir, no permitirles a estos fascistoides que logren su cometido. “La realidad puede cambiar, si el hombre puede cambiar…”, afirma el papa Francisco. En nuestras manos está cambiar la realidad existente, pero antes tenemos que cambiar nosotros. Tenemos que despojarnos de aquel trauma que vivió la izquierda venezolana, cuando fueron candidatos presidenciales José Vicente Rangel (dos veces) y Teodoro Petkoff (dos veces), cuando se decía que era de izquierda, pero abandonó al PCV, donde fue connotado dirigente, y fundó el MAS. Hoy día está con quienes son la crema y nada de la derecha fascista.

Pero llegó el Comandante y mandó a parar (parafraseando el estribillo de la canción de Carlos Puebla a Fidel) .Tuvo que llegar el huracán Hugo Chávez y romper, en 1999, con aquella tragedia del 10 ó 15 por ciento de votos logrados en aquellas elecciones con los candidatos izquierdistas. Retomando lo del cambio. Urge, pues, camaradas, una unidad basada en la conciencia. Sólo eso puede salvarnos de una hecatombe. No es con “Se tu mismo”, de Trino Mora, como vamos a salir adelante, sino con “Se como Chávez”. Es necesario, en estas circunstancias, que seamos como Chávez, para que podamos afrontar con éxito el reto del 8 de diciembre, y los que vengan después. Sería muy triste dejar perder lo que con tanto esfuerzo construyó Chávez, que lo dio todo para que tuviéramos Patria, inclusive, hasta su vida la dio en aras de la libertad de su Venezuela querida, la misma que amó el Libertador Simón Bolívar, y por la que también murió tan sólo de 47 años de edad. Defendamos la Patria y tendremos felicidad. ¡Chávez y Bolívar, un solo corazón, un solo ideal!





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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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