La verdad es una sola y así será el escenario electoral final

La oposición venezolana volvió a fundirse en la encrucijada de la derrota y apenas faltando unos días para la jornada electoral ya presienten el cataclismo que les ocurrirá este 14 de abril. Sabemos que la oposición siente miedo, se siente derrotada por esta realidad política que se presenta compacta y donde ellos están desdibujados de cualquier escenario positivo; de allí las voces angustiadas que se escuchan en el desierto de la MUD, que soplan y soplan, queriendo provocar una tormenta de arena, sin ni siquiera darse cuenta que van a ser arrasados por el huracán gigante de la libertad y la victoria revolucionaria. El triunfo es de Maduro.

Esa es la verdad, que es una sola. Otra vez se juntan los elementos políticos y las variables electorales en torno a la figura del átomo político que es Hugo Chávez. Millones de partículas se adhieren de manera vibrante, racional y consciente con la voz de la conciencia que retumba en los poros de la piel para hacer vibrar el eco de las palabras con cantos de patria, con cantos que salieron y salen del alma, que invitan a no desmayar en la tarea que tenemos de construir el socialismos y consagrar la independencia, que ahora si hemos conseguido. Derrota a Capriles.

Sigamos nuestra trayectoria por la senda que nos marcó el líder supremo y nada de detenernos a mirar el abismo de las tinieblas donde finalmente caerá la oposición venezolana después del revés aplastante que le propiciará la fuerza revolucionaria. Y si algo podemos hacer nosotros para aliviarles la pena y dolor, es ayudarlos a caer para que no sigan en ese eterno caminar de las derrotas eternas. En ese sentido, conviene recordar que todos los discursos de la derecha se elaboran bajo el signo de la derrota, tanto así que la oposición venezolana no sabe ni lo que propone ni lo que defiende. Digo, son otros poderes ocultos, de rostro asesino y ojos de saltamonte quienes si saben lo que realmente quieren. La oposición venezolana son simple instrumento que se presta para hacerle daño a la patria, a la sociedad venezolana para volverla hundir en los catacumbas del silencio. Maduro es nuestra voz y Chávez es el eco de la victoria.

Mientras los poderes ocultos tratan de esconder sus garras desgarradas, los visibles con cuerpo de escuálidos, no tienen cerebro para asumir las instrucciones que le dan sus amos, dueños y señores. De allí la mediocre campaña electoral que están haciendo ahora, donde el candidato parece arrebatado y su discurso no tiene argumentos de entrada ni de salida. Por eso digo, que es una candidatura desconectada, desenchufada de la actual realidad política nacional y donde su derrota ya es un hecho consumado. Capriles se consume en el vacío de las palabras.

Ahora bien, cabe preguntarse por qué la oposición se empeñó obstinadamente en apoyar un candidato condenado a la derrota, que duda hasta de mismo y que le falta nada menos y nada más que la convicción. Y esa es la frustración oculta en las filas opositoras que con rabia, dolor y tristeza votan por un candidato que es débil de pensamiento, sin contenido, noche y silencio que mientras más intenta aclarar más bien oscurece, como diría mi amiga Yesenia Lilet. Capriles es derrota.

Las fuerzas revolucionarias van rumbo a la victoria, precisamente porque nosotros ya derrotamos al triunfalismo. Y esta campaña electoral la hemos asumido con mucha responsabilidad, con mucha lealtad a la figura del líder supremo, para darle ese regalo de los 10 millones de votos. La verdad una sola y así será el escenario electoral final

El autor es: Politólogo

eduardojm51@gmail.com



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Eduardo Marapacuto


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