Patria vs. Mercado

Desde niños nos acostumbramos a oír la palabra patria y la identificamos como una propiedad protegible y defendible por los militares, o como el lugar donde hayamos nacido, como ese sitio que tiene como propietarios a algunas[1] de las personas que en común también allí hayan,  o no, nacido.

A los militares de la época prechavista, por ejemplo, siempre se les inculcaba el amor y la defensa de la patria, defensa armada con artefactos bélicos, pero no con conciencia solidaria porque de haber sido así-como actualmente ocurre en la Venezuela Bolivariana-entonces no habrían ejércitos conformados por esas personas que han solido matarse entre sí bajo aquellos conceptos políticos, por esas banderas y para proteger la propiedad privada de aquellas algunas personas con patria.

Tal vez por esa razón, las personas nacidas a bordo de un barco en alta mar tienen y asumen como patria el país de donde proceda el propietario de dicho barco.

Con los estudios privados y oficiales conocemos la patria académica, la que traen los diccionarios burgueses. Así, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE) trae estas “perlas”:

patria.

(Del lat. patrĭa).

1. f. Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos.

2. f. Lugar, ciudad o país en que se ha nacido.

~ celestial.

1. f. Cielo o gloria.

~ chica.

1. f. Lugar, pueblo, ciudad o región en que se ha nacido.

http://buscon.rae.es/drae/?type=3&val=patria&val_aux=&origen=REDRAE

Obsérvese la primera acepción y se verá que la patria académica es sólo aquel territorio “ordenado como nación” a la que podrían sentirse ligadas algunas personas como patria adoptiva, lo cual implica un concepto político, define una propiedad privada frente a terceros. Se trata de un vestigio clasista que se remonta a los mismos tiempos esclavistas.

Eso contrasta revolucionariamente con la nueva idea de patria grande, de patria universal, que se daría cuando la mayoría de los “países”, si no todos, estén alineados con el socialismo o así lo hagan las “naciones” liberadas de clases sociales.

Efectivamente, hoy el territorio venezolano bolivariano puede perfectamente definirse como patria bolivariana, como una nación con permanentes puertas abiertas y tendenciosamente invitadoras a que sus fronteras vayan desapareciendo, de tal manera que cada país vaya integrándose con otros países dispuestos a tener esa megapatria que se vaya  constituyendo con territorios libres de mercados burgueses, por tierras y centros de productores y consumidores donde las mercancías sean adquiridas y vendidas más como valores de uso que como valores de cambio[2].

Comprendamos que los valores de cambio son categorías burguesas que despersonalizan los objetivos del trabajo, de la mano de obra, ya que para los capitalistas esta es parte del capital, sin importar el grado de satisfacción de necesidades populares que los mismos trabajadores y productores efectivos experimenten en carne propia.

Hoy todavía sigue ocurriendo que para la mayoría de las sociedades del mundo, más que de países debemos hablar de mercados, y de aquí la defensa a ultranza que hace la alta burguesía para imponer el libre mercado de todos los continentes, naciones, países y centros geográficos de compraventa. Por eso se puede afirmar con propiedad que el capitalismo o el capital es apátrida por naturaleza propia ya que para el empresario burgués todas las fronteras deben estar abiertas o sin restricciones. Digamos que el capitalismo es el antónimo principal de la palabra patria [3] ya que esta es negada cuando los países o las “patrias” son asimilados a mercados más o menos grandes, más o menos importantes y rentables, por el capital.

Cuando se tiene esas concepciones, resulta explicable porqué los burgueses con mayor poder económico llevan a la guerra a nacionales y extranjeros sin importarles nacionalidad, patria o las personas del caso porque para los empresarios hasta los militares son simples medios de trabajo, o a lo sumo   fuerza de trabajo encargada de la defensa del gran capital.


[1] En las sociedades y países burgueses se asientan y viven personas jurídicas extranjeras, así como personas meramente nacionalizadas que pasan a tener una doble patria. Pensamos que es hasta razonable que esas personas jurídicas y los nacionalizados den prioridad a sus nacionalidades y patrias de origen. En consecuencia, alertamos a los gobiernos dotados de militares y pueblos con conciencia patriótica solidaria apara que tengan en cuenta y siempre presente que sólo los patriotas nacidos en nuestra patria, ahora bolivariana, están libres de esas potenciales traiciones antipatrióticas.

[2] El valor de cambio estuvo vigente durante el mercado por trueque, y en este claramente se buscaba entregar tanto trabajo como el que se recibía en cambio-. Esto no es lo que ocurre con la mercancía burguesa. Esta tiene, o el vendedor le coloca un precio o valor de cambio dinerario, las más de las veces caprichoso, sin importar cuánto trabajo albergan las mercancías compravendidas, las cuales son valoradas en costo y ganancias como simples inversiones alícuotas de dinero. En “PRAXIS de El Capital” se amplía estas observaciones.

[3] Véase que aquí dejamos claro que el concepto de patria subsume  la idea de propiedad colectiva, de unión, unidad.

 

ramcam@cantv.net



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Manuel C. Martínez M.


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