Gran Misión Patria

Invito a que inventemos una nueva misión: La Gran Misión Patria; con la finalidad de devolverles el sentido patrio a los confundidos y alienados que han sido inoculados con los valores del capitalismo, con los anti valores del imperialismo y que se sienten con derecho supremo a vivir “el Sueño Americano”.

La Gran Misión Patria es una propuesta que busca rescatar nuestros valores: valores educativos, valores culturales, valores sociales, valores humanos, valores de amor al planeta y los recursos naturales, valores de amor a la patria y sus símbolos, valores de amor y hermandad entre iguales.

TODO maestro debe ser patriota o no habrá educación, todo médico debe ser patriota o no habrá salud, todo empresario debe ser patriota o no habrá patria, todo obrero debe ser patriota o no habrá producción; todo joven debe ser patriota o no habrá futuro; TODOS debemos ser patriotas o nunca tendremos Patria.

El 8 de Diciembre de 2012, pasó a la historia patria como el día en que el comandante de la Revolución; Hugo Chávez Frías, nos dio su última proclama. Momento y acción magistralmente comparada por el General Pérez Arcay, con el momento en que el Negro Primero se devolvió del campo de batalla para buscar a su comandante, el general Páez, en plena batalla de Carabobo: “mi General Vengo a decirle adiós porque estoy muerto”

El Comandante Hugo Chávez Frías, en pleno campo de batalla en Cuba, al saberse herido de muerte, vino a nosotros el pueblo, a darnos su última proclama porque estaba muerto. El 8 de Diciembre de 2012 fue la última vez que pudimos ver y oír al Comandante de la Revolución y su última proclama fue similar a la del otro grande, fue similar a la del Libertador Simón Bolívar; ambos nos pidieron en su último discurso Unidad; Unidad y Unidad.

El Comandante Supremo de la Revolución, a manera de despedida nos dio, además una serenata; pero no fue una serenata cualquiera, fue una serenata con sentimiento alma y corazón; cuando entonó a modo de despedida el himno del Batallón Blindado Bravos de Apure.

“Patria, Patria, Patria Querida,

Tuyo es mi cielo, tuyo es mi sol.

Patria, Patria, tuya es mi vida;

Tuya es mi alma,

Tuyo es mi Amor.”

Ese himno inmortal, fue sacado del batallón y hecho nuestro por el comandante Chávez, ese himno debe entonces motivarnos y movernos a buscar el corazón de la patria con más ahínco, con más fuerza, con más brío.

Del árbol de las tres raíces nos llega el pensamiento, fresco aun, de Simón Rodríguez quien nos invita a inventar: “Inventamos o erramos” y quien nos dice, además: “Napoleón quería gobernar al género humano; Bolívar quería que se gobernara por sí mismo y Yo quiero que aprenda a gobernarse (Este sí que es amor propio) pues todavía quiero más: quiero que venga a aprender a mi escuela” Su meta en esa propuesta era sencilla y simple pero profunda y revolucionaria; quería que la sociedad de aquel entonces (1828) viera “lo que sus padres no vieron y lo que ellos no esperan ver que es que conocen sus derechos cumpliendo con sus deberes”. En el congreso de Angostura ya Bolívar lo había expuesto: “Nos han dominado más por la fuerza de la ignorancia que por la fuerza de las armas”.

Venezuela desde hace 200 años comenzó un camino que lo aleja cada vez mas de sus propias raíces. Tomando en cuenta el origen de nuestra fundación, de donde se desprende que no somos europeos, ni indios, ni americanos, ni africanos; lo cual es cierto, se nos inoculó el sentimiento de que no somos nada, de que no tenemos derecho a sentirnos nada.

Esa cruel mentira fue inoculada por generaciones y generaciones; eso hace que hoy nos encontremos como resultado, con una sociedad alienada y antipatria; pareciera que se salvaron de ese virus mortal, los afortunados que quedaron en la “oscuridad” del analfabetismo a quienes les llegó la luz con la Misión Robinson, inventada por nuestro comandante Chávez.

La Misión Robinson, nuestro Simón Rodríguez, en su seudónimo; fue un gran éxito, todos los analfabetas se incorporaron a las luces; no solo aprendieron a leer y escribir sino que fueron ilustrados en artes, en higiene, en modales, en cultura general; en el conocimiento de sus derechos y sus deberes (otra vez Simón Rodríguez).

Sin embargo hemos dejado libre y no le hemos prestado atención a una ignorancia mayor y más peligrosa: la ignorancia de los valores Patrios, la ignorancia de nuestros orígenes y esto ha degenerado en la ignorancia de nuestros valores. He ahí la importancia de inventar ahora la Gran Misión Patria para que los venezolanos (tanto los que están en el exterior como los que están aquí pero con los pies fuera del suelo, como dirían los abuelitos) vuelvan a Venezuela, vuelvan a sus orígenes, vuelvan a la Patria y sean felices de quienes son y que tienen.

Simón Bolívar hizo el esfuerzo grande y, perdónenme la expresión, bruto; el trabajo la macro, el trabajo lo más rudo y logró expulsar a los españoles del territorio Sur Americano; elaboró, de su propio puño y letra, el marco constitucional que sirvió de columna vertical de la patria que estaba naciendo; fue un esfuerzo titánico para un solo hombre y en, además, muy poco tiempo; sin embrago logró lo principal: dejó el terreno libre y la raíz sembrada para que creciera con el tiempo la Patria soñada.

Hugo Chávez, hizo el esfuerzo grande y casi también le tocó en lo macro, pues encontró la patria que dejó Bolívar en 1830, degradada; la raíz que Bolívar sembró, casi a flor de tierra y a punto de ser arrancada para siempre. A Chávez le tocó en un esfuerzo titánico y, también, en poco tiempo: volver a plantar la raíz que dejó Bolívar, volver a traernos a Simón Rodríguez y resucitarnos a Ezequiel Zamora (el árbol de las tres raíces).

A nosotros nos toca afinar la estructura que el comandante Hugo Chávez nos dejó; esa porción de pueblo que apoya a la oposición apátrida, es decir a los herederos de los mantuanos de los siglos 17 y 18; lo hace por la misma razón que los analfabetas fueron explotados por los ilustrados: No estaban capacitados para defender sus derechos y cumplir con sus deberes, siguiendo la constitución y las leyes, que nunca habían podido leer. Es decir, esta porción de pueblo que hace loas a sus verdugos y a los que ya fueron amos de la tierra y los hombres, solo lo hace por ignorancia.

Esta ignorancia es más difícil de combatir que el analfabetismo, porque esta ignorancia esta inoculada en personas de los diferentes estratos sociales; que van desde clases bajas que están convencidos de que solo la clase dominante puede tener “ciertos” derechos; hasta clases altas que se creen con la exclusiva propiedad de “ciertos” derechos también.

Hay que inventar la Gran Misión Patria, para reforzar el orgullo patrio, el orgullo de saberse únicos, la Gran Misión Patria para erradicar la gran mentira de que, como somos una mezcla, no tenemos identidad.

La Gran Misión patria para reencontrarnos y vivir como hermanos en nuestro hermoso territorio llamado Venezuela.

Enarbolemos con orgullo y responsabilidad el Pabellón Nacional y entonemos con orgullo un nuevo himno de la naciente Patria:

“Patria, Patria, Patria Querida,

Tuyo es mi cielo, tuyo es mi sol.

Patria, Patria, tuya es mi vida;

Tuya es mi alma,

Tuyo es mi Amor.”


oscarajimenezr@gmail.com


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Oscar Jiménez


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