Pan y circo

Durante el Imperio Romano, los gobernadores de la época, en respuesta a los descontentos y los reclamos de “la plebe”, organizaban grandes festividades para entretenerlos, que incluían comilonas y circo, porque se temía a la reacción de la plebe, cuya violencia era tal, que podían incendiar al Imperio y destruir Roma en un abrir y cerrar de ojos.

La plebe, lumpen, desarrapados, desdentados, arrastrados, marginales. Cientos de años han pasado, ahora aquella plebe ha evolucionado y se ha convertido en pueblo revolucionario, se ha ilustrado, ha estudiado, esta en constante evolución para llegar hacer culto, más aun, sabe y ese saber lo une y lo convoca para luchar por lo que quiere, aunque el fascismo y la ultraderecha quieran confundirlo.

Pero la vieja practica de los Cesares romanos aparentemente aun persiste, la “Dedocracia”, la Cooptación, el Enroque, son los distintos tipos en que se convirtió la estrategia para imponer políticamente, unilateralmente, al candidato preferido, el autoritarismo por la que tanto se le ha criticado tanto al presidente bolivariano, parecido a aquel rey Francés Luis XIV a quien se le atribuyen la máxima de: “el estado soy yo”. Solo sus ideas, sus estrategias, su autoridad, el pueblo y el gobierno eran el y nadie más.

Durante la campaña a la presidencia, el pueblo revolucionario le gritaba al presidente bolivariano cuando pasaba por las distintas regiones: “Chávez si, fulano no”, imposible aducir que no escucho, son miles los testigos que son el pueblo en acción descontento por aquellos gobernadores y alcaldes, que con el beneplácito del presidente, fueron entubados por el desangelizado partido socialista unido de Venezuela, PSUV, que de socialista tiene lo que Capriles tiene de izquierda.

Y aunque algunos opinadores, comunicadores, politiqueros e interesados traten de defender lo indefendible, ya no es posible, ni con las “divinas” estrategias presidenciales, naricear al pueblo para que acepte lo inaceptable en una revolución que el presidente bolivariano grita a los 4 vientos que va camino al socialismo, ¿Cómo puede ser posible con las viejas practicas cuartarepublicanas y el yoyismo, donde el “dedo” del gobernante de turno era el que elegía a los gobernadores y Alcaldes?

Aquí lo que ocurrió fue un simple y vulgar “enroque” a la manera Chavista; ¿es que 14 años de enroque no bastan?, donde la administración y la burocracia con sus vicios permanece inalterable; se movieron de aquí para allá, se quito aquí y se puso acá y el presidente bolivariano nombro a dedo a sus candidatos, pretendiendo con esto el “pan y circo” para calmar los reclamos y la “santa arrechera” del pueblo. Imposible sin consultar con el pueblo revolucionario que esta harto de que le impongan amigos, recomendados, cuando precisamente larga es la lista de los traidores que vienen perjudicando al pueblo y que fueron nombrados por el presidente bolivariano. El menospreciar la opinión del pueblo revolucionario que voto por el, sigue abriendo la brecha entre el pueblo y el presidente bolivariano.

Igual ocurrió con los Ministros, muchos de los cuales han sido fuertemente cuestionados por el pueblo revolucionario pues ¿quien más que el pueblo vive, sufre y padece las burlas, los robos, la politiquería barata y adulante, la lucha por el poder y el clientelismo de algunos y de antes que vuelven por sus fueros gracias a la ceguera, sordera y prepotencia del presidente bolivariano que se hace el “paisa” y aun “no manda obedeciendo” como muchas veces le prometió al pueblo revolucionario?

El “nido de víboras” del que hablaba el finado y muy recordado General Müller Rojas, y será ahora el presidente Bolivariano que tenga que demostrar que no es así, quien propicia con su autosuficiencia, la corte de aduladores que aplauden ciegamente los errores garrafales en que se incurren solo por ser ideas y estrategias de el. No es posible solucionar los graves problemas estructurales de Venezuela si el mismo no acepta los cambios que tienen que darse.

La medida de lo que sigue, son las decisiones tomadas unilateralmente, junto a “sus compañeros y equipo”, apartando al pueblo que lo eligió, desconociendo las malas obras de sus “amigos del pasado, del presente o la combinación de los unos con los otros”, la militarización descarada de todos los Ministerios y entes públicos no es garantía de probidad y mucho menos eficiencia. El pueblo eligió al presidente bolivariano para tener la oportunidad de sentar las bases de una revolución, de un sistema que llego para quedarse. Sin el pueblo no hay líder ni hay revolución.



El debate y la corrección de los graves y enormes errores debe darse, el presidente bolivariano tiene que aceptar que llego la hora de los relevos, en que el pueblo de La Republica Bolivariana de Venezuela va a nombrar a sus propios líderes populares que los representen y que luchen junto a ellos y no contra ellos, la otrora “plebe” romana evoluciono, se ilustro, y es capaz de autogobernarse y de escoger con acierto a los que lo representaran, no aceptarlo es condenarse y condenar a la revolución.

Confiamos en el Líder.

anazaicon@yahoo.com


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Ana Bordas


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