La Derecha, Full de reconcomio, y el Gobierno de lenidad frente a ella

La lucha de clases también pasa por toda una era de revolución1 que terminará remplazando la forma saliente, cargada de opresión y ventajismos clasistas, por la nueva. En el caso burgués, su derecha pasó por la fase de falsa unión pactada durante la Revolución Francesa entre trabajadores, prestamistas y comerciantes, y fue la conjunción de esas fuerza oprimidas por la aristocracia parasitaria de marras la que dio al traste con esta.



Pasadas varias décadas de revoluciones tecnocientíficas, como expresión desarrollista de las fuerzas productivas liberadas, se entró en la fase de lucha preantagónica entre capitalistas y asalariados-con dos Guerra Mundiales encima-y ese preantagonismo sigue sin cesar y sin asomo de convertirse en una lucha antagónica propiamente dicha por cuanto su mejor indicador sería la declinación irreversible de la tasa media de ganancia2, pero con cada conato proletario por derribar este modo, los mercados se oxigenan, sus inventarios se vacían, y todo parece renacer entre la cenizas.



Curiosamente, luego de aquellas guerras que reducían la oferta de proletarios en varios millones, el precio de la mano de obra sobreviviente, lejos de aumentar según la cacareada ley de la ofertademanda, también se reducía por la concomitante destrucción de las previas instalaciones productivas. Este es un palmario e histórico ejemplo de cómo debe manejarse integralmente el asunto de las ofertas y demandas: ninguna de ellas está sola-salvo como abstracción-ni puede explicarse sin el concurso concreto de toda la Economía con todos sus protagonistas y variables en juego.



En el caso de la contienda electoral que llevan a cabo en Venezuela los 2 candidatos principales en las Elecciones de este inminente “oct. 7”, y en cuya competencia actual todo evidencia que se trata de una abierta lucha extraelectoral y muy desigual-por eso no respetan las normas del ente comicial rector (CNE), entre otras tantas particularidades, habida cuenta de que en un país capitalista jamás antes la derecha sabe mejor que la izquierda en su conjunto que las elecciones democráticas son para ella una formalidad heredada de aquella incipiente fase que pondría de cuerdo a los proletarios con sus opresores capitalistas, quienes, según ya apuntamos, lucen como iguales ante la ley política, eran hermanos y libres por igual, pero que , no obstante, debían mandar unos, y obedecer otros. Por esta otra razón, quede claro que las gestiones políticas están rígidamente subordinadas al dueño del billete, vale decir a la estructura de clase o poder económico. La Política, al igual que las ciencias en general, debe subordinarse a la Economía y no lo contrario.



Pero, ocurre que cuando la contienda electoral no pasa de ser una suerte de puja por el poder, escenificada entre amigos de clase-caso EE UU entre republicanos y demócratas, y el caso venezolano de la 4ta. República consumada entre adecos y copeyanos-como si se tratara de olímpicas o deportivas rivalidades, cuando así ocurre, decimos, la Política termina privando sobre una base estructural que para nada le afectaría el triunfo de uno u otro candidato.



Todo lo contrario ocurre cuando el enfrentamiento del voto electoral es entre un gobierno dispuesto a cambiar y reducir privilegios clasistas tradicionales, aún en el caso-supuesto mío-de que ese mismo gobierno siga fielmente subordinado al sistema capitalista mundial3, entre y contra los más genuinos representantes políticos de la clase dominante.



Entonces, se trata de una lucha por el poder económico y en muy poca medida por el poder político ya que este derivaría del poder que con mucha saña y reconcomio reclama para sí la clase económica dominante tradicional. De allí que la derecha venga haciendo y seguiría haciendo hasta lo imposible para que el gobierno pierda su actual poder económico y político, para que el gobierno deje de seguir en manos de gente que no sea de la misma derecha.



Por su parte, el gobierno exhibe una alta dosis de lenidad y hasta ahora ha asumido una marcada capacidad para seguir creyendo que esta contienda es electoral y no económica, trata a la derecha como si se tratara de una contienda electoral entre partidos que luchen por la conquista del simple poder político como otrora lo hacían adecos y copeyanos, partidos estos contestes en que la clase dominante debía permanecer incólume y hasta robustecida con sus alternos mandatos de los disfrutaron en familia durante 4 largas y oscuras décadas.




marmac@cantv.net


1 Según Carlos Marx, ningún movimiento revolucionario puede ocurrir de súbito. Véase el Prólogo de su Contribución a la Crítica de la Economía Política (burguesa).

2 La tasa media de guanacia, si bien comprende las tasas decadentes de algunos capitalistas en determinadas ramas de explotación, también recoge las elevadísimas tasas de las empresas que suelen sobrevir en cada conmoción crítica de importancia; tanto la Primera Guerra Mundial, como la Segunda son brillantes ejemplos de estos asertos míos.

3 Véase mis trabajaos correspondientes por este mismo medio, los hallará en mi serie de “Conozcamos”.


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Manuel C. Martínez M.


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