Trincheras de Ideas

Ante el terrorismo político hay que actuar enérgicamente

El análisis que se haga de lo acontecido en la Refinería de Amuay hay que enmarcarlo, a mi juicio, en dos momentos. El primero es el de lo que realmente ocurrió con su trágica secuela de muerte, destrucción y conmoción nacional. Con la acertada respuesta que ha dado el Gobierno revolucionario y el propio presidente Hugo Chávez. Aunque las respuestas gubernamentales, dada la magnitud de la agresión y ofensiva mediática derechista, lucen muy débiles, muy moralistas y a veces excesivamente técnicas que no tocan de fondo la gravísima agresión política de la que está siendo objeto el presidente Chávez, Pdvsa, el ministro Ramírez y la revolución bolivariana. Tiene razón James Petras.

Si fue un sabotaje terrorista o no –lo que todo apunta a que sí lo fue, independientemente de las investigaciones iniciadas por los organismos de inteligencia y de la misma Pdvsa, incluso que pudo ser un deliberado acto desde dentro de la propia industria– eso era lo que esperaba la derecha para continuar activando su Plan B (la masacre de Yare forma parte, evidentemente, de ese Plan), aprovechándose del dolor y la muerte de decenas de compatriotas, convertir el hecho en una brutal campaña subversiva de terrorismo político con claros objetivos golpistas que nada tienen que ver con el proceso electoral. Baste ver la programación de CNN y la prensa derechista de toda América llamando prácticamente a derrocar el legítimo gobierno de Venezuela. Baste ver a Globoterror.

Si hay dudas de que una agresión terrorista se viene manejando desde hace rato no se olvide el pueblo venezolano que en los Estados Unidos del Norte hicieron hace pocos años, un video/juego llamado Mercenarios, donde una agresión militar terrorista extranjera atentaba precisamente contra la Refinería de Amuay. ¿Casualidad?

Una referencia que no parece casual fue lo dicho por la periodista derechista conocida con el mote de la Bicha junto a una pitonisa donde señalaron que en el país “ocurrirían eventos lamentables, con pérdidas de vidas humanas en las cárceles y habría explosiones en áreas de PDVSA”. ¿Por qué tanta precisión en las “predicciones” o el adelanto de lo que ya está ocurriendo u ocurrió?

El Sr. Schemel, director de una conocida encuestadora que tiene meses dando a Chávez como seguro ganador en las elecciones del 7 de octubre, señaló que Chávez podría perder ante el raquítico candidato de la derecha, “si ocurren eventos extraordinarios”. Lo acaba de ratificar el 27 de agosto. ¿Casualidad, está dateado y asomó esa posibilidad y nadie le prestó atención? ¿Son la masacre de Yare y la explosión de Amuay esos “eventos”?

Se desataron los demonios de la contrarrevolución, ya uno de los cipayos del imperio, el genocida colombiano Uribe, dio una de las órdenes de actuar a los grupos terroristas para militares colombianos que esconde la contrarrevolución en Miranda, el Zulia, Táchira, Carabobo y en zonas de Caracas. La CIA con sus planes siniestros y criminales activó el tan cacareado plan B ante la imposibilidad, a estas alturas, de reducir la brecha, la enorme ventaja que Chávez le lleva al candidato fascista.

El plan de la derecha es generar pánico y terror colectivos. La propaganda negra, sucia –propia de J. J. Rendón–, el rumor como aquel del desabastecimiento de gasolina o incitar a las compras nerviosas. Por si fuera poco el mismo día del suceso misteriosos terroristas cibernéticos hackearon los portales nada menos que de CADIVI, El Ministerio Público y ONCTI. Por internet se habla de asaltos a comercios y alteración del orden público.

¿Qué hacía un equipo de Globovisión rondando en las adyacencias de Amuay antes de producirse la tragedia el sábado en la madrugada y las fotografías del reportero Héctor Silva, precisamente a la hora del suceso? Ese es el material utilizado para la desestabilización ¿No es evidente que estaban informados de que “algo” iba a ocurrir? Allí debe actuar la Fiscalía General de la República y el Sebín en la investigación anunciada.

“Vendrán nuevos accidentes”, predijo el viejo Enrique Mendoza, el mismo que cerró el Canal 8 el 12 de abril de 2002. ¿A cuáles “accidentes” se refiere el ultraderechista candidato, a otros que tienen planificados?

¿Y qué dijo el delincuente de Diego Arria, que literalmente se cagó en la Guardia Nacional? Una burda provocación. Leamos: “A la cúpula militar desvergonzada le importa un pito que cadáveres de guardias nacionales sean tratados como animales. “El Horror es su Divisa”, escribió, jugando burlonamente con la frase que distingue a la GNB. Allí murieron oficiales, clases y soldados, ¿por qué herirlos de esa manera? Porque así es la oligarburguesía, cruel y despiadada. ¿No va a recibir ni siquiera una respuesta de la GN?

Otra de las matrices es dirigir el ataque contra las políticas adoptadas por el Gobierno revolucionario a raíz del sabotaje petrolero los años 2002/2003. ¡Dos meses parada la industria petrolera! Más de 25 mil millones en pérdidas, un hundimiento de la economía, muertos, incendios, abandono masivo de los puestos de trabajo de los sectores privilegiados de la industria, la llamada ‘gentuza del petróleo’. Un golpe petrolero, terriblemente terrorista donde Amuay sufrió daños y pérdidas que tardaron años en recuperarse, ahora los terroristas y golpistas de ayer, María Corina Machado, Toro Hardy y otros esgrimen la bandera del la falta de gerencia, que los 20 mil despedidos hubiesen salvado la industria, por supuesto obviando el “detalle” del paro/sabotaje. ¡Qué cinismo y caradurismo!

Insisto en que falta más contundencia y agresividad en el discurso gubernamental, tomar previsiones y medidas drásticas que impidan una o más acciones terroristas de envergadura; frenar el desbordamiento de Globoterror y otros medios que actúan sin ningún control. Allí no hay ética, el periodismo es una impostura, un pretexto para el ataque despiadado, amarillista, mentiras a granel.

Esa sinergia en la acción mediática de la derecha, donde el objetivo es el ministro Rafael Ramírez, Pdvsa y su liderazgo tecno/político y por ende el presidente, ¿qué busca?

Crear las condiciones para otra agresión u otro acto terrorista donde el objetivo es Pdvsa, siempre la industria petrolera, allí se centra la estrategia golpista del imperialismo. Juegan las dos cartas: El oportunismo electoral, sacarle punta al hecho, a su propio sabotaje. Por el otro, repetir la ofensiva mediática parecida a la de 2002 hasta el golpe del 11 de abril: derrocar el gobierno. Tumbar a Chávez. Producir una situación de desestabilización y llegar con ese cuadro a las elecciones del 7 de octubre. En estos días ya no se habla de que habrá fraude, pasó a un segundo plano esa matriz –por ahora–.

Pero, insisto, hay que ser más agresivo políticamente en el lenguaje y en los hechos, menos laigh. No revivamos las experiencia del 2002, que desde enero estábamos alertando sobre el golpe en todos los escenarios, igual otros colectivos sociales y grupos políticos, y los gobernantes no le hacían caso a “esos rumores”. Guerra avisada no mata soldado y si lo mata es… por pendejo.


(humbertocaracola@gmail.com) (Con Chávez y la revolución, todo) (Cese la agresión imperialista y de las monarquías árabes y otomana a Siria) (Miembro del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC), (Libertad ya para los 5 patriotas cubanos presos en las cárceles yanquis).


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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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